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Número 13º - Febrero 2.001


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VOCES DE HOY EN SONY CLASSICAL (y III)

Por Ignacio Deleyto Alcalá. Lee su curriculum.

El barítono danés, Boje Skovhus será el encargado de cerrar esta serie que hemos venido dedicando en los últimos meses a jóvenes cantantes. Boje Skovhus es un artista cuyo nombre está inevitablemente asociado a Viena y en particular a la Volksoper, teatro donde obtuvo sus primeros éxitos. Después pasaría a formar parte de la Wiener Staatsoper en la que ha hecho numeroroso papeles, muchos mozartianos, como Don Giovanni o Il Conte d'Almaviva. Varias veces ha puesto de manifiesto su escaso interés por el repertorio italiano y particularmente por Bellini y Donizetti a los que dice no entender. Boje Skovhus ha dedicado una gran parte de su carrera al lied, género por el que tiene una especial predilección. Aquí comentaremos dos discos dedicados al lied alemán y que han sido objeto de relanzamiento en nuestro país: La Bella Molinera de Schubert (SK 63075) y Lieder de Wolf y Korngold (SK 57969), el disco que supuso su debut en Sony Classical en 1994.

De todas las formas musicales es precisamente el Lied (perfecta unión entre música y poesía) la que mejor representa y caracteriza al romanticismo alemán. La Bella Molinera compuesto en 1823 es junto a Viaje de Invierno el ciclo de canciones más famoso de todo el repertorio. Basado en poemas de Wilhelm Müller está plagado de imágenes recurrentes en el universo romántico alemán: la figura del caminante, la presencia del agua, los colores de la naturaleza, el cazador en el bosque, el sonido de las trompas, los amantes sentados a la sombra de un árbol, etc; la afinidad del artista con la naturaleza que no sólo es motivo de descripción sino fuente de inspiración y hasta de revelación. En realidad, este ciclo es un pequeño drama en miniatura (y no una mera sucesión de canciones) que tiene un efecto acumulativo y de creciente intensidad hasta llegar al suicidio en las aguas del arroyo del joven amante despechado. Sin llegar al ejemplo de alienación romántica del solitario protagonista de Viaje de Invierno este ciclo cuenta una historia con un triste y previsible desenlace, muy alemana en esencia, cuya música es inalcanzable en cuanto a belleza y precisión narrativa.

De todos es sabido que la sombra de Fischer-Dieskau es alargada y todos los barítonos con interés en el lied se han de medir con él. La comparación parece, por tanto, obligada. El enfoque general de Skovhus hacia esta obra es mucho menos intelectual que el del alemán. Esa aparente sencillez del danés habla en su favor pues simplicidad y frescura sientan muy bien a la obra de Schubert. Fischer-Dieskau, por su parte, parece querer buscar cinco pies al gato y llega a matizar hasta límites insospechados, quizás demasiado. Sin embargo, es Fischer-Dieskau el que con su habitual capacidad de seducción logra que prevalezca su visión sobre la de Skovhus. También es de agradecer el hecho de que Skovhus no busque imitar al alemán, al menos, no se nota tanto como en Olaf Bär, otro importante barítono de su generación que calca a Fischer-Dieskau sin tener su genio, ni su técnica.

Bo Skovhus es un barítono que en primer término nos revela un timbre algo ingrato. A medida que uno se adentra en la obra y vuelve a escuchar una y otra vez parece que esto ya no importa tanto. Skovhus posee autoridad y nos revela una dicción ejemplar, sin llegar a los manierismos de Bär. Hace una lectura muy cuidada, sin complicaciones, arriesga lo justo y demuestra un fraseo muy expresivo. Sin embargo, su voz no siempre está centrada como debiera. Se nota particularmente cuando ataca el comienzo de una frase que unido a veces a un vibrato no muy bien realizado, deja en el oyente una sensación desagradable. De todos modos, su atención el texto es modélica, se nota que ha estudiado y comprendido a la perfección los diferentes estados de ánimo por los que pasa el joven aprendiz de molinero. El acompañamiento de Helmut Deutsch es -como se podía esperar de un especialista en el género- cuidado y detallista. Versión, por tanto, que no se convierte en una primera recomendación pero que se escucha con gusto e interés.

El segundo disco, anterior en el tiempo, nos presenta una selección de lieder de Wolf basados en poemas de Eichendorff y cuatro lieder de Korngold inspirados en el mismo poeta alemán. Algunos musicólogos consideran a Wolf el más grande compositor de lied por encima de Schubert, Schumann o Brahms. Puede que su dedicación casi exclusiva a este género pesara a la hora de hacer esas afirmaciones tan categóricas.

Wolf representa la máxima expresión de esa unión entre música y poesía de la que hablábamos al principio. Además de ser un devoto admirador de Wagner compartía con éste su interés por fundir melodía y palabras. Wolf también desarrolló al máximo la parte de piano en sus obras convirtiendo al instrumento en protagonista junto a la voz y no en un mero acompañamiento. Su maestría en el tratamiento de la polifonía hizo "hablar" al piano como pocos lo habían hecho antes.

La humildad no era una de sus virtudes. El mismo se jactaba de lo gran compositor que era con frases como "Lo que escribo ahora, lo escribo para el futuro. Son obras maestras. Nada parecido desde Schubert o Schumann". Como es sabido, Wolf sufrió un ataque nervioso e intentó el suicidio. Acabó en un manicomio en el cual murió el 22 de Febrero de 1903.

Como ya hemos dicho, esta grabación supuso la tarjeta de presentación de Skovhus en el mundo del lied y precisamente por lo arriesgado de la elección el programa fue estudiado a conciencia. Los resultados son excelentes en lo que a interpretación se refiere: su capacidad para expresar tanto la soledad y el abandono como la contagiosa alegría ("Liebesglück") o el carácter juguetón ("Der Soldat 1"), la justa pero exacta matización, su ejemplar dicción y fraseo. Todo está resuelto con gran sensibilidad. No poco del éxito de este registro ha de recaer en el piano de Deutsch que es imaginativo y capaz de pintar con maestría todos los matices y colores de las armonías de Wolf. Si tuviéramos que elegir una sola canción para demostrar esto, una buena candidata sería, sin duda, "Die Nacht" donde ambos artistas dan lo mejor de sí mismos. Un disco, por tanto, que ningún amante al lied debiera dejar escapar.