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Número 16º - Mayo 2.001


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SONY CLASSICAL Y EL DVD

Por "Don Profondo".

 

Ese fabuloso sistema que es el DVD parece imponerse finalmente en lo que al cine respecta, pero las compañías de música clásica aún parecen contemplarlo con recelo. De hecho, sólo Arthaus –dedicado al mundo videográfico, no al cedé- se ha lanzado a sacar en el nuevo formato una cantidad abundante de óperas, ballets y conciertos. Los sellos de toda la vida no se animan del todo. El número de DVDs que han lanzado DG, Philips, Decca, EMI o Warner es muy reducido. Sony Classical se sitúa en un terreno intermedio: ya tenemos una oferta aceptable y parece que, aun con cuentagotas, seguirán apareciendo grabaciones de interés.

Presentamos aquí dos de las más recientes, bien representativas de los terrenos en los que el sello nipón se está moviendo: lo “puramente clásico”, destinado al público más conservador, y el “crossover”, que busca un mercado amplio y heterogéneo. Ejemplo de lo primero, Karajan y su Cuarta Sinfonía de Tchaikovsky. Del salzburgués ya han aparecido un buen número de grabaciones en DVD, fruto de la colaboración que en los últimos años de su vida estableció con Telemondial para inmortalizar su imagen y su sonido, inconfundibles, en las mejores condiciones audiovisuales. Ahí están, sin ir más lejos, sus Sinfonías de Beethoven, tan espectaculares como faltas de contenido. O su imprescindible Concierto de Año Nuevo, el de 1987, verdaderamente sublime, quizá el mejor que se haya escuchado en los últimos veinte años junto con los de Carlos Kleiber.

 Pero hablamos de Thaikovky. La Cuarta necesita dos elementos para extraer todas las posibilidades que encierra, que son más de las que aparenta: una orquesta de primera y un director que aúne espectacularidad e introversión. La Filarmónica de Viena ya había grabado una memorable lectura bajo la batuta de Claudio Abbado para DG en 1975, y nueve años después sigue demostrando que su potencia, su belleza sonora, su maleabilidad y la musicalidad de sus solistas son ideales para esta página... y muchísimas otras, claro. El salzburgués, por su parte, despliega toda su prodigiosa técnica para deslumbrar al espectador. ¿Y sólo eso, como tantas veces? Pues no, aquí se entrega a fondo y, a despecho de ciertos detalles hedonistas en el fraseo, ofrece una interpretación sentida y coherente, ora angustiosa, ora humorística, ora triunfal, pero sin caer en el mero exhibicionismo. La filmación no está a la altura:  su cursilería llega a resultar molesta. Aún así, se recomiendan sin reservas estos tres cuartos de hora de puro Karajan, pero Karajan del bueno.

 El otro DVD que presentamos es el primero de los tres volúmenes que componen la serie de seis películas sobre cada una de las Suites para violonchelo solo de J. S. Bach que se estrenaron en 1997 a partir de una idea de ese fabuloso músico que es Yo-Yo Ma. No se trata exactamente de video-clips. Menos aún de documentales. Tampoco son películas al uso. Sin embargo, de todo ello hay aquí. De fondo, la portentosa interpretación que el chelista realiza de las sublimes páginas bachianas, bastante respetuosas con el estilo -aun sin ser historicistas- y tan efusivas como profundas en lo interpretativo. Pero, ojo, la música se halla aquí repartida entre cada una de las cintas y entremezclada con sonidos diversos, lo que significa que para escuchar bien el audio hay que comprarse el doble cedé. Aquí es ante todo lo visual, y cómo ese elemento visual influye en la interpretación, lo que interesa. El mercado al que va destinado el producto rebasa con mucho, por tanto, el círculo de los admiradores de la obra del Cantor.

Cada una de las películas cuenta con la dirección de una figura relevante en el mundo de las artes, trátese del cine, el teatro, la danza o incluso la jardinería. No nos extendemos sobre el contenido de ellas, pues el lector interesado puede acceder a una completa página web con información detallada sobre las mismas. Sólo concretamos sobre las dos que ocupan este primer volumen. The Music Garden narra la odisea de Ma y la diseñadora de jardines Julie Moir Messervy para realizar un jardín inspirado en la Suite nº 1. Su estética y narrativa se aproximan a la de un documental, pero la labor del director Kevin McMahon logra enganchar al espectador, haciéndole vivir los éxitos y sinsabores de la peculiar pareja que termina llevando su costoso proyecto desde Boston hasta Toronto.

The Sound of the Carceri interesa aún más. La Suite nº 2 inspira a François Girard, director de la notable película El violín rojo, una sugestiva filmación en la que se da “vida” a las fascinantes “Carceri” imaginadas y dibujadas por el arquitecto del XVIII Giovanni Battista Piranesi, a medio camino entre la neoclásica admiración por la antigüedad y la más desatada fantasía prerromántica. Los efectos especiales son de lujo,  hasta tal punto que supusieron a la cinta un premio EMMY en 1998. Para el melómano interesa especialmente lo que se dice acerca de la influencia de la acústica en la interpretación. De hecho, la tecnología permite a Ma, a través de unos cascos, escuchar la reverberación con la que tendría que contar si tocase realmente en el interior de esas arquitecturas imposibles. DVDs muy recomendables, pero insistimos en que quien los adquiera lo ha de hacer pensando más en el producto audiovisual que en el meramente sonoro. Si lo que quiere es el audio, debe acudir al doble cedé correspondiente. Un detalle negativo: los subtítulos vienen sólo en francés y alemán. ¡A ver si se acuerdan por fin del mercado español y latino!

 

Tchaikovsky: Cuarta Sinfonía.
Orquesta Filarmónica de Viena, Herbert von Karajan.
46’.
Sony Classical SVD 48309.

Yo-Yo Ma. Inspired by Bach. Vol. 1.
The Music Garden (dir: Kevin McMahon).
The Sound of the Carceri (dir: François Girard).
Yo-Yo Ma, violonchelo. 115’.
Sony Classical SVD 89297.