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Número 16º - Mayo 2.001


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MAGDALENA KOZENÁ,
EN IMPARABLE ASCENSO

Por "Don Profondo".

 

Es aún bastante joven: tan sólo veintiocho años. A pesar de ello, ya se ha convertido en una de las grandes estrellas de Deutsche Grammophon, sello tan necesitado como los demás de encontrar nombres atractivos para todo tipo de público, es decir, eminentemente comerciales al tiempo que de calidad, que sustituyan a los de las grandes figuras de antaño. Magdalena Kozená lo tiene todo: un hermoso, potente y extenso instrumento, una gran musicalidad y, no menos importante, un físico muy atractivo. Sus contratos son cada vez más relevantes y su fama crece por doquier. No parece equivocado, por tanto, pensar que la mezzo checa va a ser una de las grandes figuras del canto de las primeras décadas del nuevo siglo.

En poquísimo tiempo ha grabado diez discos para DG y su sección de música antigua, Archiv. Ello nos habla de la gran confianza en ella depositada, sobre todo si pensamos que a otros grandes divos del canto, el piano o la batuta les han anulado sus compromisos. De todos esos registros, y coincidiendo con la gira que ha realizado por España, nos toca comentar tres. El primero es un recital de arias de Bach grabado con una agrupación historicista checa, Musica Florea, bajo la solvente dirección del desconocido Marek Stryncl. No es el acompañamiento lo que interesa, de todas formas, sino la intervención de la cantante. Comedida y alejada de cualquier tipo de divismo, la Kozená nos ofrece versiones luminosas y musicales, a veces un tanto impersonales y ajenas al contenido dramático, pero siempre cantadas con gusto e intensidad. Disco de muy agradable escucha, representativo de las grandes posibilidades de la cantante en este repertorio.

El segundo es uno de los tres discos Haendel grabados junto a su buen amigo Marc Minkowski y la agrupación que éste lidera, Les Musicians du Louvre. Si hemos de ser sinceros, no nos parece el acompañamiento ideal para estas hermosas obras religiosas. Antes al contrario, nos resulta la suya una dirección un tanto plana, sin garra, por mucho que la mezzo insita en las entrevistas en que precisamente se caracteriza por el dramatismo y la espontaneidad. Ella sí que está bien. Más que eso: fabulosa. Escúchese el Salve Regina para comprobar cómo recrea de manera portentosa  todas y cada una de las palabras del texto. La comunicatividad se convierte en el principal arma de la mezzo, que con su voz fresca y connatural buen gusto termina llevándonos al huerto. Se nota, por lo demás, que el autor de El Mesías es uno de sus preferidos, por lo que es de esperar que en el futuro nos ofrezca nuevas incursiones en su obra. La larga duración del compacto hace más atractiva su compra, sobre todo para quien no posea estas páginas.

Finalmente tenemos un disco sorprendente: canciones de Dvorák, Janacek y Martinu. Repertorio en principio alejado de la imagen que tenemos de la Kozená, pero que ella misma, y no la discográfica, se ha empeñado en registrar. De hecho es un disco a priori poco comercial, a pesar de que las páginas escogidas sean todas hermosísimas y apenas contásemos con alternativas (las Mélodies pour une amie de mon pays de Martinu son primera grabación mundial). En cuanto a la interpretación, hemos de compartir la opinión de quienes señalan que la cantante todavía puede madurar en  este género, pero aún así convence por la comunicatividad que inyecta a sus recreaciones. La óptima labor del incansable Graham Johnson, el gran pianista actual para los lieder, hace subir el nivel interpretativo. Sea como fuere, sólo por el programa ya merece la pena comprar este cedé, imprescindible para los especialmente interesados en la música checa, y muy recomendable para los amantes del lied en general. Como la incluimos en esta página, no hace falta insistir en lo hermoso de la portada. Esperemos nuevas grabaciones de la diva, pues a tenor de lo que hasta ahora nos ha ofrecido sólo podemos esperar grandes cosas.

 

Bach: Arias.
Musica Florea, Marek Stryncl. 54
’.
Archiv 457 367-2.

Haendel: Laudate pueri Dominum, Salve Regina, Dixit Dominus, Saeviat tellus Inter rogores.
A. Massis (soprano), S. Fulgoni (contralto), P. Henckens, K. McLean-Mair (tenores), M. Pujol (bajo).
Les Musicians du Louvre, Marc Minkowski. 78’.
Archiv 459 9627-2.

Love Songs.
Lieder de Dvorák, Janacek y Martinu.
Graham Johns
on, piano. 67’.
Deutsche Grammophon, 463 472-2.