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JUGAR CON LA MÚSICAPor
Cristina Isabel Gallego García.
Lee su curriculum.
"El mejor recuerdo que un niño puede tener de su infancia es que jugó y fue feliz". A ellos les encanta jugar, el juego nace de la realidad que los rodea, de la cual toman sus elementos para volver a ella recreándola y enriqueciéndola. En Educación Infantil el niño empieza a concebirse a sí mismo como ser físico en un entorno concreto y necesita del juego para continuar su aprendizaje. El juego influye decisivamente en el desarrollo y madurez del niño, constituye un modo peculiar de interacción con el medio, le permite exteriorizar sus pensamientos y sentimientos cuando aún no sabe expresarse oralmente, le ayuda a descargar impulsos y emociones, colmar su fantasía, realizar todo lo que aún le es negado en el mundo del adulto: puede ser conductor, mamá, aviador, doctora... Debemos proponerles juegos que tengan interés y significado para ellos, que se convertirán en una poderosa herramienta de crecimiento y desarrollo personal. Los juegos con música tienen que partir de sus propios intereses para poder considerarlos un asunto personal. Cuando la tarea no se asume como algo deseado o necesario, sino impuesto y ajeno no les interesa y el aprendizaje no resulta significativo. Con la música los niños pueden buscar sonidos nuevos, encontrar objetos que producen sonidos, diferenciarlos, manipular objetos sonoros o construirlos... Hay que acostumbrarlos a escuchar, a jugar con los sonidos, a percibir sus parámetros, a elegir entre sonidos agradables y desagradables, sonidos de nuestro cuerpo o del exterior, a escuchar el silencio... La música favorece la creación de juegos libres y espontáneos; se necesita muy poco para hacerlos felices. La fotografía del artículo es de una clase de Educación Infantil de 5 años. Les propuse un juego de dramatización con el que se divirtieron mucho. Escuchando una música determinada los niños tenían que expresarse libremente con todo el cuerpo; los globos se convirtieron en animales que bailaban con ellos, cohetes en los que podían subirse y volar... Otras veces en clase hemos viajado por la geografía mundial escuchando música de diferentes países, también se han convertido en príncipes que bailan en salones de palacio, directores y músicos de magníficas orquestas, exploradores que descubren nuevos lugares... Siempre intento que los niños realicen estas actividades de forma lúdica en los rincones de juego, en el aula de psicomotricidad, en el patio... La organización espacio-temporal en el colegio es flexible para que les permita desarrollarse a través del juego. El juego es una caja de emociones positivas que el niño aprende desde que comienza a participar en situaciones y experiencias lúdicas con padres y maestros. Son marcos de interacción que provocan emociones y podrían ser escenarios de desarrollo de las buenas relaciones personales, la comunicación y la comprensión social en un clima de emociones positivas. Al escuchar una música determinada los niños pueden realizar juegos simbólicos, imitando movimientos, acciones o actividades... Jugando los niños se relajan y se olvidan de ajustar su acción o su verbalización a lo que la situación les requiere. Estos juegos inciden de forma decisiva en el desarrollo de la capacidad representativa y mental. Ésta es una de las formas concretas en las que se despliega la función simbólica, que fue considerada por Piaget como el ingreso de los niños en el mundo de las ideas, en el mundo de la verdadera inteligencia humana. La inteligencia musical se desarrolla a medida que el individuo interactúa con la música, vincula las acciones a su marco conceptual y las incorpora dentro de un marco simbólico; es por tanto importante que las experiencias musicales de la primera infancia aprovechen el desarrollo natural del niño. Para que los niños puedan jugar con la música, es aconsejable una metodología lúdica (considerar el juego como motor del proceso), activa (donde el niño sea el sujeto de sus aprendizajes), vivencial (que disfruten con las actividades musicales a partir de aprendizajes significativos, no memorísticos), globalizadora (integradora), personalizada, creativa... Basándonos en las citadas metodologías observamos como los niños, a través de una metodología lúdica pueden buscar sonidos agradables y desagradables, producir sonidos con el cuerpo, con instrumentos, cantar canciones, inventar historias, contar cuentos con música, moverse con la música, escucharla, dibujarla... en definitiva, divertirse aprendiendo música. Según Jean Dubuffet "en la práctica diaria de la vida corriente hay una enseñanza más rica que la que encontramos en los libros". Es necesario que impliquemos al niño activamente en su propio proceso de aprendizaje, por eso es tan importante la metodología activa para enseñar música. Debemos crear un ambiente positivo, de libertad, relajación... en el que valoremos y comprendamos a cada alumno, estimulando su manifestación personal, respetando sus producciones... La globalización es el hecho psicológico por el cual el niño percibe el todo antes que las partes. Tiene su base en que su pensamiento es sincrético, por lo que no se le deben presentar los conocimientos fragmentados, sino ofrecerle la realidad de forma integrada. El juego con música se puede trabajar en los tres ámbitos de Educación Infantil (Identidad y Autonomía Personal, Medio Físico y Social, Comunicación y Representación), llevando al niño a un desarrollo global. Con la educación personalizada el niño se vale por si mismo en sus actividades habituales para satisfacer sus necesidades básicas, mostrando un nivel de autonomía, autoconfianza y seguridad ajustado a sus posibilidades reales y pidiendo ayuda cuando sea necesario. Hemos visto como el niño al jugar con la música desplaza al exterior sus miedos, angustias y problemas íntimos, interioriza las normas y pautas de comportamiento social, desarrolla las funciones psíquicas de percepción, memoria, lenguaje, razonamiento, imaginación... que facilitarán los aprendizajes escolares. Arnulf Rüssel lo considera "la base de la existencia de la infancia". El juego es un instrumento privilegiado para el desarrollo de las capacidades que se pretenden que alcance el niño, por eso es tan importante que tanto padres como maestros favorezcan el juego en sus hijos, alumnos... ya que éste contribuirá de forma decisiva en el desarrollo integral de los niños.
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