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Número 24º - Enero 2.002


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HOY, MENÚ BARROCO 

Por Ignacio Deleyto Alcalá. Lee su Curriculum.

 


Por muy comercial que se nos antoje, tarde o temprano, todos los conjuntos especializados en música antigua han de dar su visión de las piezas más conocidas del Barroco. Il Giardino Armonico nos presenta ahora su particular menú titulado “Musica Barocca” que incluye platos fuertes (véase programa completo abajo) y algún que otro inesperado aperitivo (v.g. Grave para dos flautas de Telemann). A priori este disco tiene todo a su favor: un programa amplio y variado que engancha desde el primer momento y un conjunto italiano con mucha solera y músicos de lo más cotizado en interpretación historicista, todos de la mano de su director y flautista, Giovanni Antonini. 

Como se sabe, los italianos han monopolizado la atención de la música antigua en competencia con otros conjuntos de “primera generación” aunque tanta fama no siempre esté del todo justificada, ya se sabe, no es oro todo lo que reluce. Hablando de este disco, aquel que busque lo que habitualmente se espera de los italianos (desenfado interpretativo, grandes contrastes rítmicos, derroche de imaginación y atrevidas ornamentaciones) puede quedar algo decepcionado. En breve, poca extravagancia allí donde se esperaba más.

Curiosamente son los movimientos lentos y las obras que invitan al reposo las auténticas ganadoras y que convierten a este disco en muy recomendable. Pocas veces hemos disfrutado del Adagio del Concierto para oboe de Albinoni (quizás el movimiento más bello escrito para oboe) en una lectura de tal encanto que se escucha con admiración y sin fatiga una y otra vez. Aquí el oboísta Paolo Grazzi alcanza la inerte belleza del instrumento del desaparecido David Reichenberg. 

Al mismo nivel están las improvisadas variaciones sobre el popular tema Greensleeves (de autor anónimo aunque atribuido, entre otros, a Enrique VIII) interpretadas al archilaúd con dedicación y sencillez por Luca Pianca  o el conocido Canon y Giga de Pachelbel con el expresivo violín de Enrico Onofri en posiblemente una de las mejores grabaciones de la pieza. A su lado, una inquieta lectura del popular Concierto para flautino, cuerda y continuo RV 443 aquí con flauta dulce sopranino (y no con flautín) en el que Antonini despliega todo su virtuosismo. Lugar de honor también para el ya mencionado Grave para dos flautas traveseras, cuerda y continuo de Telemann, de singular encanto, y la pieza que cierra el disco, a modo de lamento o triste despedida, el Adagio para dos violines de Albinoni. Asombroso el trabajo del continuo a lo largo del disco con el eximio Luca Pianca a la cabeza. Y es que el continuo de Il Giardino se ha de llevar la distinción más alta, summa cum laude

La Suite nº 3 de Bach -a pesar de estar impecablemente interpretada con una obertura vigorosa, rotundidad y afinación en los metales y contundencia en la percusión- no aporta nada nuevo a una miríada de versiones precedentes. Por ello, se revela innecesario haberla grabado completa. Mejor haber incluido sólo el obligado “Air” de la nº 3 (de gran factura en esta interpretación) y dejar sitio para la “Badinerie” de la Suite nº 2 en la que Antonini seguramente habría sorprendido. 

Tanto la famosa Chacona de Purcell aquí sin la profundidad necesaria como La Llegada de la Reina de Saba de Handel que suena perezosa y poco ceremoniosa tampoco aportan nada a versiones ya clásicas como la de Trevor Pinnock. Director que por cierto firmó uno de los mejores discos de este estilo junto al de Reinhard Goebel, ambos en Archiv. Dos grandes directores historicistas que, como se ve, también grabaron discos de favoritos barrocos, muy comerciales ellos. 

En todo caso, el evidente enfoque comercial no resta mérito a estos trabajos que a cualquiera interesarán, sea o no amante del Barroco. Es más, estos discos -a veces tan denostados- son los que más afición crean y si es con interpretaciones de altura como las de Il Giardino, auténtica afición.

Una última nota que demuestra el carácter irónico de estos italianos: se incluyen tres adagios de Albinoni pero... ¡cuidado y no juzguen precipitadamente! ninguno es el famoso Adagio de Albinoni que, sabido es, no es de Albinoni sino del musicólogo italiano, Remo Giazotto quien reconstruyera un pequeño fragmento hallado en la Biblioteca de Dresde tras la Segunda Guerra Mundial. ¿Verdad que no se esperaba menos de un grupo purista como Il Giardino? . 

Musica Barocca (TELDEC 8573 85557-2):

J. S. Bach
Suite No. 3 en Re mayor BWV 1068 (con el Trompeten-Consort Innsbruck)


T. Albinoni
Adagio del Concierto para Oboe en Re menor op. 9


A. Vivaldi
Concierto para flautino No. 4 en Do mayor RV 443


T. Albinoni
Adagio para violín solo y cuerdas 


A. Marcello
Concierto para oboe en Re menor


G. Ph. Telemann
Grave del Concierto para dos flautas traveseras y cuerdas 


J. Pachelbel
Canon y Giga en Re


Tradicional
Greensleeves 


H. Purcell
Chacona en Sol menor


G. F. Handel
La Llegada de la Reina de Saba (de Solomon)


T. Albinoni
Adagio para dos violines y continuo