Revista mensual de publicación en Internet
Número 26º - Marzo 2.002


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UNA MENTE MARAVILLOSA - James Horner

Por Joaquín R. Fernández.

James Horner ha creado un trabajo en el que vuelve a deleitarnos con su magisterio a la hora de mostrar cómo se ha de adaptar una banda sonora a las imágenes que un realizador determinado pone a disposición de un compositor. Ahora bien, esta obra no está exenta de una polémica que, de tan repetida, ya llega a resultar cansina: así, el autor de 'Willow' sigue utilizando motivos musicales que ya nos presentó en partituras pasadas, adaptándolas a situaciones presentes e indignándonos por anticipado con respecto a sus posibles aportaciones futuras.

Una Mente Maravillosa se abre con un tema, "A Kaleidoscope of Mathematics", que Horner ya usó por última vez en 'El Hombre Bicentenario', sólo que aquí lo adorna con una acertada voz femenina. Es una pieza elegante que crece en intensidad según se desarrolla y que se escucha constantemente a lo largo de la obra, alcanzando su cénit en el momento en el que Nash descifra las complicadas fórmulas que se visualizan ante sus despiertos ojos ("Creating "Governing Dynamics"" y "Cracking The Russian Codes").

Particularmente sólidas son las oscuras piezas que describen la entrada del protagonista en el enigmático mundo de Parcher ("Nash Descends Into Parcher's World"), suaves pero a la vez muy perturbadoras. Pero, sin duda, lo mejor de esta banda sonora se halla en los cuidados fragmentos dramáticos que se suceden cuando la película llega a su ecuador. Hasta entonces, el realizador, Ron Howard, nos aburre hasta la exasperación, algo que cambia drásticamente desde el instante en el que conocemos la verdad que rodea a Nash. Horner nos demuestra entonces por qué es uno de los grandes en esto de la música de cine, pues sabe eludir la sensiblería para captar la verdadera emotividad de la historia ("Of One Heart, Of One Mind"; "Saying Goodbye To Those You So Love").

Finalmente, la alegría se apodera de la partitura para festejar la parcial recuperación del personaje interpretado por Russell Crowe ("Teaching Mathematics Again"; "The Prize of One's Life... The Prize of One's Mind"). Un gran final para una partitura que, si bien no se encuentra entre lo mejor que ha compuesto este autor, merece ser tenida en consideración por la belleza de algunas de sus propuestas.

El compacto concluye con la previsible canción de turno, interpretada en esta ocasión por Charlotte Church. Es una delicada y agradable balada, pero no deja una particular huella en el oyente. Además, la excelente edición de esta banda sonora se completa con un buen número de añadidos. Así, y además del consabido tráiler, encontraremos un vídeo con comentarios del propio James Horner, una galería fotográfica con imágenes de la película y textos con entrevistas a Ron Howard y al propio compositor de la obra. Sin duda, una estupenda iniciativa digna de todos los elogios posibles.