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Número 30º - Julio 2.002


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SPIRIT: EL CORCEL INDOMABLE - Hans Zimmer & Bryan Adams

Por Pablo Nieto Jiménez.

El ser Director Musical de unos grandes estudios como Dreamworks (un cargo olvidado desde los tiempos de Alfred Newman en la Fox), le da la oportunidad a Hans Zimmer de elegir libremente los proyectos que más le atraen. Cuando llegó a sus manos la oportunidad de componer la música de SPIRIT: EL CORCEL INDOMABLE, no dudo ni un segundo en aceptar. Y es que, no hay que olvidar, la debilidad que el autor alemán siente hacía las producciones de dibujos animados. EL REY LEÓN, EL PRÍNCIPE DE EGIPTO y LA RUTA HACIA EL DORADO ya tienen nuevo compañero de viaje...

SPIRIT: EL CORCEL INDOMABLE, narra la historia de un caballo salvaje, indomesticable por el Hombre. Ambientada en plena conquista del Oeste, la lucha por su libertad y el derecho a elegir su propio destino, serán los elementos principales sobre los que se asiente la película. Algo que podría considerarse como la representación de la batalla que el pueblo Indio mantuvo durante años contra el "Hombre Blanco" (identificado en la figura del ejercito Norteamericano) en defensa de esos mismos ideales. No extraña, por tanto, que Spirit sienta una mayor proximidad con los indios que le acogen y respetan, que con el escuadrón militar que intenta someterle.

Visualmente, estamos ante toda una obra de arte cinematográfica; con un universo animado de una belleza insuperable, donde la plasticidad y el realismo del caballo (y por extensión del resto de animales) destaca con luz propia. Viendo esta película, a uno le entran ganas de poder involucrarse en ese maravilloso mundo de ficción.

El gran problema que planteó desde un primer momento esta película, fue el hecho de que los animales no hablarán. Especialmente, cuando el protagonista y auténtico motor de la misma era un caballo. Fue entonces, cuando la música entró en acción, asumiendo un papel trascendental en la narración y el curso de la historia. Qué Spirit no pueda expresarse, no significa que otra persona no pudiera hacerlo por el.

De este modo, el encargado para poner voz a esos sentimientos, fue el popular cantante canadiense Bryan Adams. Sobre la base del score previamente compuesto por Zimmer, Adams escribió unas hermosas baladas, de importancia superlativa en el film. "Here I Am" o "I Will Always Return" son sin duda las dos canciones más significativas. Su calidad es sorprendente, aunque seguro que mucho menos que su éxito, pues es más que probable que una de las dos entre a formar parte del selecto club de "Canciones ganadoras del Oscar".

"Here I Am", que abre el disco, la volveremos a escuchar a modo de "reprise" en el corte número 8 (un curioso tema en el que encontramos varios minutos de score de Zimmer a modo de Suite). La segunda, será repetida al final del disco, y también, en el corte 7, bajo el título "This Is Where I Belong". No hay que olvidar tampoco, el emotivo y triste lamento "Brothers Under the Sun", el vibrante tema "You Can´t Take Me" o el formidable duo de Adams con Sarah McLachlan "Don´t Let Go".

Hablemos de Zimmer. Pues bien, descontando la fusión score-canción del reprise de "Here I Am", hay que decir que este disco contiene otros cuatro temas suyos, de aproximadamente 20 minutos de duración. "Run Free" es el primero de ellos. Un corte de casi seis minutos de paroxismo sinfónico, lleno de cambios orquestales, quintaesencia del ritmo "zimmeriano". Con el, se describe el salvaje galopar de Spirit. Un tema para soñar despierto, donde las influencias del gran Aaron Copland son más que patentes. Al mismo tiempo, aquí se nos presenta la melodía sobre la que se construye la canción "I Will Always Return". Este mismo leit motiv, será desarrollado en Homeland. Un corte mucho más pausado, pero no por ello menos intenso a nivel emocional. Especialmente, cuando entra en juego la guitarra acústica en involución con la orquesta, para regalarnos una fabulosa versión del tema.

Otro corte igualmente remarcable es el titulado Rain. En el, la presencia de Orff, o lo que es lo mismo, el famoso "You Are So Cool" de Amor A Quemarropa son continuas. Un divertimento musical que servirá para apaciguar los ánimos tras los dos cortes anteriores.

El score de Zimmer, concluye con el corte titulado "The Long Road Back". Un tema eminentemente dramático, que empieza con una contenida versión del tema principal, para luego desarrollar la idea musical que sirve de base a la canción "Brohers Under the Sun". Las cuerdas, y especialmente, una brillante utilización de diferentes tipos de flautas, nos hacen recordar al Zimmer de "Más Allá de Rangún".

Es por tanto esta Banda Sonora, una pieza de obligada adquisición no sólo para los fans del duo Zimmer & Adams, sino para todo aquella persona que quiera escuchar la última Obra Maestra musical que nos ha regalado el mundo de la animación. Hans Zimmer lo ha vuelto a hacer, y van...