Revista mensual de publicación en Internet
Número 31º - Agosto de 2.002


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MÚSICA EN LA CARRETERA

Por Antonio Pérez Vázquez. Lee su curriculum.


Este es un artículo que complementa al del mes pasado ya que se me olvidó mencionar como medio portátil de reproducción musical a los equipos de música de los automóviles. Es verdad que no van a pilas, pero se desplazan.

Y es verdad que se me olvidó mencionar los equipos de música de los automóviles. También tengo que decir que en este caso hay muchas más cosas que decir y es un tema que por sí solo es capaz de ocupar un artículo entero como de hecho lo va a hacer.

Es innegable el placer que supone estar de viaje y disfrutar de nuestra canción (o canciones) favoritas durante el trayecto. No tengo que decir que es un placer cuando nuestro auto-CD, auto-radio o auto-casete funcionan como deben. Digo esto porque hay situaciones en las que un altavoz funciona aleatoriamente (depende de los baches que hayas cogido y de su intensidad) o simplemente funciona defectuosamente (distorsiona tanto que pone los pelos de punta). Para el apartado de rotura total no digo nada porque en esos casos no incordian ellos, lo que incordia es la imposibilidad de escuchar música.

Pues eso, cuando se dispone de un equipo apropiado se disfruta de una buena sesión de música mientras recorremos hermosos parajes que nos evocan sensaciones totalmente placenteras que nos empujan a hacer más y más kilómetros sin importarnos adónde vayamos (para los curiosos Anthony Hopkins tiene este pasatiempo como una de sus grandes pasiones, me gustaría saber que coche tiene), es uno de esos momentos en los que aparece la pregunta ¿te gusta conducir?. Aunque la pregunta ¿te gusta conducir mientras escuchas buena música? A mi por lo menos me gusta mucho más que conducir a secas.

Incluso cuando se va por ciudad es más recomendable ir escuchando música que soportar los ruidos que sólo causan estrés y más estrés. Una buena insonorización interior y un aire acondicionado de categoría suponen una gran ayuda. La carencia de algunos de estos elementos hace que el resultado final quede claramente mermado en su efecto beneficioso.

Los semáforos son otra de las situaciones en las que "la música amansa a las fieras" ya que la prisa hace que en más de una ocasión nos pongamos más nerviosos de la cuenta cuando nos tenemos que detener ante el "maldito círculo rojo". Pero tengo que admitir que en estos casos los compañeros de viaje nos pueden causar más de un quebradero de cabeza. Me refiero a esos automóviles antiguos pilotados por unos dueños que se han preocupado más en instalar un equipo de música soberbio antes de realizar el cambio de aceite a su debido tiempo (y digo el cambio de aceite por no cambiar el coche entero).

Varios segundos antes de que hagan su puesta en escena el sonido estridente de una música de dudosa calidad hace acto de presencia en el ambiente. El sonido de los graves es tan potente que es casi lo único que se puede escuchar de la canción. Finalmente, para a nuestro lado y podemos apreciar la colosal potencia de ese "equipo de música con ruedas" que se nos a colocado al lado. Estoy más que convencido de que el coste del equipo supera al del automóvil en sí. Incluso temo por la integridad del chasis ya que parece que vibra cuando llega la parte de la canción en la que los graves hacen su aparición. ¿Se desmontará en cualquier momento?

Tras unos largos minutos de concierto el disco del semáforo se pone en verde y nos libera de tal suplicio. Lo malo es cuando tenemos la desgracia de estar en una larga caravana, en cuyo caso acabas intimando con el individuo hiper-watio-man he incluso llegas a preguntarle el lugar donde adquirió tan espléndido equipo. Por supuesto no es para comprarte uno igual, sino para denunciarlo por promover el desorden público.

A mí, personalmente, lo que más valoro en un equipo musical montado en un automóvil es la calidad del sonido. No me importan el número de altavoces o la potencia de éstos. La calidad es lo más importante, es lo que te va a hacer disfrutar del trayecto. En lo referente a los temas musicales, eso queda en manos de los gustos de cada uno.

NOTA: Si algún admirador esta pensando en regalarme algún equipo musical para el coche quiero que sepa que la comodidad de uso es muy importante y que los mandos en el volante son un accesorio muy valorado por mí. Ya que se hacen las cosas, mejor hacerlas bien.