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Número 32º - Septiembre 2.002


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MONTSALVATGE: LA TOLERANCIA EN EL ARTE

Por Paula Coronas Valle. Lee su curriculum.


Xavier Montsalvage

       Existen todos los motivos para afirmar que el gerundense Xavier Montsalvatge es un valor vivo en nuestra Historia Musical española.

Paisano de Antonio Soler y de Isaac Albéniz, este nonagenario compositor (nacido el 11 de marzo de 1912) que hace tan sólo unos meses nos dejó, hoy constituye un recuerdo permanente para el deleite y la memoria de grandes músicos y millares de aficionados a su obra.

Ha sido largo y fructífero el camino recorrido por este artista de curiosidad insaciable, de lucha y trabajo infatigables, de continua investigación y aprendizaje. Su línea vitalista y entusiasta ha ido cincelando al compositor maduro, consolidado y sobre todo independiente, cuya tendencia singular y estilo muy personal han brillado desde un principio. Toda esta trayectoria realizada con enorme ilusión y bajo el signo del convencimiento pleno ha cristalizado en una personalidad única, voluntariamente aislada en muchos momentos, que se ha convertido en la imagen lúcida del creador contemporáneo.

Sus primeros pasos en la Escuela Municipal de Barcelona arrancan de las enseñanzas recibidas de la mano de Enric Morera y de Jaime Pahissa. Mirando atentamente al pasado, prefiere lo francés a lo alemán, (admira a Debussy, Satie, y al Grupo de los Seis)bucea en el atonalismo y en el dodecafonismo aunque sin llegar por ello a incluirse en estas corrientes. Su música es crisol de diversas y variadas tendencias estilísticas, su música es punto y aparte.

Entre esta capacidad de dilucidar lo interesante de lo vulgar, lo verdadero de lo superfluo, se encuentra en su obra una etapa nacionalista y folklorista que recibe el nombre de antillanismo, pero eso sí, tamizado por un lenguaje genuino, novedoso y específicamente característico.

Personalidad polifacética, Montsalvatge, se enclava en la figura del músico culto, cuya capacidad creadora no ha cesado nunca de evolucionar, persiguiendo ante todo la integridad del Arte.

Sus derroteros han ido por diversos cauces: Crítico en varias revistas(Destino, La Vanguardia), autor de múltiples artículos que muestran su actitud tolerante y abierta, heredera de la tradición cultural catalana, y su interés por otras materias artísticas como la pintura, la literatura, la escultura y la arquitectura.

En el campo docente también hay que recordar su solvente labor, ocupando durante diez años, y hasta su jubilación en 1982 la Cátedra de Composición del Conservatorio Superior de Barcelona.

Autor de una extensa y rica producción, podríamos definir a Montsalvatge sin miedo a equivocarnos, como la continuidad de una gloriosa tradición musical pretérita que ha abanderado los conceptos de rigor y calidad, equilibrando la balanza de la modernidad con buen tino y acierto. Representa una institución salvadora en medio de tanta mediocridad, cuyo espíritu liberal ha sabido escoger con coherencia los mejores aires del momento para fundirlos en un estilo bien definido y de contornos muy marcados.

El resultado ha sido una obra valiosa, que desde el estreno de sus "Cinco Canciones negras" en 1945 no ha hecho más que crecer: Concierto breve para piano y orquesta(1953), Partita(1958), la Ópera Babel 46(1960), Sonatina pour Ivette(1961, dedicada a su hija),la Desintegración morfológica de la Chacona de J.S. Bach(1962), las Cinco Invocaciones al Crucificado(1962),Laberinto(1971), La Sinfonía de Réquiem(1986)... por citar algunas de sus más célebres obras.

La sinceridad y frescura de la música de Montsalvatge ha destacado siempre venciendo incluso a los eclipses ocasionados por el mito de la música catalana:Federico Mompou, con quién mantuvo una intensa amistad. También oscureció en algunos momentos a otros músicos señeros, coetáneos de Xavier como Blancafort, Toldrá, o su paisano Joaquín Homs.

Su trato cordial, amable y natural (dicen quienes le han conocido) es un punto más a su favor. Sobre todo en este compositor de vida aquilatada encontramos al "hombre recompensado" por tantos años de dedicación y esfuerzo, de trabajo bien hecho y de ideas fieles.

Probablemente pocos artistas puedan decir lo mismo. En una entrevista recientemente concedida a la Revista Scherzo, y con motivo de su 90 cumpleaños, confiesa públicamente:"Me gustaría poder ir a todos los sitios y disfrutar de tanto afecto y reconocimiento".

No hay mejor precio a la vida de un creador: La plena satisfacción del artista y el homenaje que unánimemente, y a pesar de los pesares, le brinda este artístico mundo competitivo pero sublime a la vez.

La vida de Xavier Montsalvatge se despidió de nosotros, pero nosotros nunca nos despediremos de él.

DESCANSE EN PAZ