Revista mensual de publicación en Internet
Número 33º - Octubre de 2.002


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LA LITERATURA INFANTIL Y LA MÚSICA

Por Cristina Isabel Gallego García. Lee su curriculum.

Cuando se habla de Literatura Infantil, existen dos posturas diferenciadas: los fervientes defensores de la literatura infantil como actividad textual artística y aquellos que ven imposible su existencia como discurso literario. La literatura creada específicamente para niños, tiene unos objetivos amplísimos, donde caben criterios pedagógicos, psicológicos, religiosos, ideológicos, sociales... En el presente artículo quiero destacar todas las posibilidades educativas que la Literatura Infantil nos ofrece cuando la trabajamos con una fiel aliada: la Música.

Es necesario empezar diciendo que la dificultad de precisar lo que es la Literatura Infantil radica en la multitud de factores que inciden en ella, por ello sólo un método interdisciplinar se puede ocupar de esta materia. Ésta tiene que ver con: la historia de la literatura, la historia de la educación, la sociología, el folklore, la pedagogía, la psicología...

La Literatura Infantil engloba varios apartados:

-        la literatura creada específicamente para los niños por un autor,

-        la que no fue creada en principio para ellos pero que la hicieron suya,

-        la literatura anónima procedente del folklore popular y

-        la creada por los propios niños.

Al hablar de Literatura Infantil, es necesario prestarle una importante atención a los cuentos infantiles, ya que en la escuela crean y favorecen un gran número de situaciones y actividades educativas. Pueden ser el eje que motive la expresión plástica, musical, dramática, de experiencia de la naturaleza...

Entre las actividades que podemos realizar a partir de un cuento tenemos las siguientes:

-        Relatar el cuento de modo intencionadamente equivocado para comprobar si los niños detectan gazapos (escucha activa).

-        Inventar otro final, añadir o suprimir escenas.

-        Secuenciar el cuento, ordenar las acciones por orden de aparición (actividades lógico matemáticas). Convertirlo en un puzzle y volverlo a componer para que lo entienda mejor el niño.

-        Conversación y preguntas sobre aspectos importantes del cuento, que le sirven al niño para desarrollar el lenguaje y la imaginación.

-        Representación de una escena o de todo el cuento.

-        Recortado o punzado de elementos del cuento.

-        Modelado de los personajes en arcilla o plastilina.

-        Dibujo de su personaje favorito, la escena que más les guste.

-        Realización de marionetas sobre el cuento.

-        Etc.

 Y podríamos seguir detallando actividades, pero las que más nos interesan en esta ocasión son las relacionadas con la Música. Como ya comenté en otra ocasión, podemos introducir  música y danza en cuentos conocidos por todos, asociar un instrumento musical a un personaje, a un objeto o a una situación determinada que se de en el cuento y dejar a los niños tiempo suficiente para que capten cuando es su turno y toquen los instrumentos...

Otra actividad muy enriquecedora es asociar una canción al cuento. A los niños les atrae cantar, oír cantar, seguir el ritmo o bailar al compás de una canción, ya que el canto es una de las actividades que realizan con más espontaneidad y alegría. Les gusta las canciones que les hablen del cuerpo, de cosas que están integradas en la vida, etc. por ello deben acostumbrarse a cantar y conocer muchas canciones que les aporten variedad expresiva e interés temático para enriquecer su capacidad emocional, y de forma gradual, se irá estimulando su aproximación cognoscitiva al lenguaje musical (Conde Caveda y otras. 1999. Nuevas canciones infantiles de siempre. Málaga. Aljibe.).

 La canción se constituye como un elemento fundamental en el mundo musical de los niños/as (Bernal y Calvo. 1997. Didáctica de la Música en la Educación Infantil. Granada. Las autoras). Solicita su participación directa y activa por lo que se convierte en un recurso excelente tanto para la educación musical como para el aprendizaje y la interiorización de otras Áreas del Curriculum, estableciendo una conexión con los elementos fundamentales de la música: ritmo, melodía, armonía, textura y forma. Por medio de la canción se trabajan la educación auditiva, el sentido rítmico, la voz, las habilidades motrices y la capacidad gestual y expresiva del niño/a. Así mismo se pueden practicar acompañamientos instrumentales. Las canciones enriquecen el lenguaje y aportan nuevas palabras y expresiones al vocabulario. A través de la canción se desarrollan la memoria, la imaginación...

En cierta ocasión escuché a un grupo de alumnos relatando un cuento que comenzaba de la siguiente manera:

 “Érase una vez, en el lejano oeste, una tribu de indios y un regimiento de vaqueros, se habían declarado la guerra. Los indios, cogiendo sus caballos (1). Al poco rato de cabalgar, llegaron al desierto de arena (2), en donde soplaba un fuerte viento (3).

Con gran esfuerzo lograron cruzar el desierto y siguieron cabalgando (1). De pronto, se encontraron con las Montañas Rocosas (4)...”

Nuestros protagonistas continúan cabalgando, después empieza a llover, con ráfagas de viento fuerte... En un primer momento iban a entablar una guerra con los vaqueros, pero alguien les hace ver que esa no es la mejor manera para solucionar los problemas, y tantos los indios como los vaqueros deciden resolverlos sentados en el campamento, dialogando  alrededor de una hoguera y fumando la pipa de la paz.

Los números que aparecen en la narración corresponden a los siguientes efectos tímbricos que tienen que realizar los niños:

-        (1) percusión corporal sobre las piernas imitando el galope de los caballos.

-        (2) frotarse las manos imitando el sonido de la arena.

-        (3) soplar imitando el viento.

-        (4) con los puños cerrados percutir con los nudillos imitando el sonido de las piedras...

No he querido relatar todo el cuento de manera detallada. Mi objetivo es que veáis como se puede potenciar la capacidad tímbrica de elementos corporales a través de la asociación de los mismos a una narración. 

Las formas actuales de la oralidad (el relato oral, la canción, la comunicación poética, el juego de palabras, etc.) tienen una historia antigua y a menudo desconocida. Estos materiales, sin embargo, extraídos de su contexto natural y transportados a la escuela, mantienen aún algunas de sus funciones, al tiempo que adquieren otras nuevas. Inician al niño en la palabra, el ritmo, los símbolos, le ayudan en la maduración de la motricidad, despiertan el ingenio, favorecen la adquisición del lenguaje hablado, de un lenguaje personal y expresivo, conducen a la estructuración de la memoria.

 El empleo de las fuentes orales es de una utilidad didáctica indudable. Sobre todo porque posibilitan suscitar el interés por lo que no está escrito, buscar el testimonio vivo, fijar la atención en la producción cultural de otras personas, indagar en la visión que tienen del mundo...

En el aprendizaje de canciones intervienen muchos factores, como son: auditivos, visuales, motores, memorísticos, sociales, lúdicos, expresivos, etc, que al irse trabajando progresivamente, desarrollan las capacidades del ser humano y al mismo tiempo su sensibilidad. La Música favorece en este caso el acceso de los niños a aquella literatura capaz de comunicarles la emoción y el goce de leer, como dice Janer Manila, a aquella literatura capaz de llevarlos hacia la realidad por los caminos de la imaginación creadora, por los caminos ¿por qué no? – del juego de leer, con la convicción cierta – como observa Rodari – de que en la conquista de la palabra escrita hay implícito un camino para la liberación y el conocimiento.