WILHELM FRIEDEMANN, OTRO
GRAN BACH AL DESCUBIERTO
Por Ignacio
Deleyto Alcalá. Lee su Curriculum.
Wilhelm Friedemann Bach (1710-1784) es el mayor de los hijos de Bach
nacido de su primer matrimonio con Maria Barbara. Considerado un virtuoso
del órgano, su padre le dedicó obras como el Orgelbüchlein, las Invenciones
y Sinfonías, los Pequeños Preludios BWV 924-931 y parte del Clave
Bien Temperado. Trabajó durante dieciocho años como organista en la
Liebfrauenkirche de Halle. Tan larga estancia al corriente de los deberes
musicales de esa y otras iglesias de la ciudad le valieron el sobrenombre
de "el Bach de Halle". De los hijos de Bach que han pasado a la
historia, Friedemann es el menos conocido y es probable que por su propia
dejadez mucha de su música se haya perdido. Fue un músico indisciplinado
con fama de holgazán y murió sumido en la pobreza y el olvido.
Junto a Carl Philipp Emanuel, Friedemann es representante
del llamado empfindsamer Stil (literalmente estilo sensible) aunque
muchas de sus obras rindan homenaje al carácter conservador de su padre.
Su obra, catalogada por M. Falck, incluye bastante música instrumental
para teclado además de conciertos para uno o dos claves y sinfonías. A
la música sacra dedicó una treintena de cantatas y una Misa. También se
le atribuye la autoría de la Obertura en Sol menor (catalogada en
el Bach-Werke-Verzeichnis como BWV 1070) para flauta, cuerdas y bajo
continuo de la que Musica Antiqua Köln hiciera una extraordinaria grabación
a comienzos de los ochenta calificada por su director R. Goebel como “un
pecado de juventud”.
El hecho de que en los últimos tiempos hayan aparecido varios discos
dedicados a su figura le han devuelto un merecido protagonismo sacándole
así de un olvido injustificado. Uno de los primeros y absolutamente
imprescindible fue el firmado por Musica Antiqua Köln y R. Goebel
(ARCHIV) en 1985 que incluye su Concierto para dos claves en Mi bemol
mayor y una sonata amén de otro concierto para clave de C.Ph.E. Bach.
Desde entonces han ido apareciendo con cierta regularidad grabaciones de
sus obras aunque pocas se han centrado exclusivamente en su figura.
HARMONIA MUNDI, FRANCE publicó en su día un disco monográfico
protagonizado por Christophe Rousset con diversas obras para clave y
posteriormente otro (hoy descatalogado) con varios de sus conciertos para
clave a cargo de Richard Egarr y London Baroque. Ahora, es la Akademie für
Alte Musik Berlin quien en el mismo sello le dedica un programa con varias
sinfonías, el Adagio y fuga en Fa menor y el Concierto para
clave y orquesta en Mi menor.
Con este aparente espíritu de difusión por parte de músicos
y discográficas parece que por fin le está llegando la hora a la música
de W.F. Bach así como ocurriera la década pasada con la de su hermano,
Carl Philipp Emanuel.
Las sinfonías son quizás las obras que más llaman la atención de este
disco. Su condición de estilo puente entre dos periodos, el barroco y el
clásico -que el compositor presenta no tanto como fusión de ambos sino
en separada exposición- las convierten en piezas originales y de enorme
interés musical. La Sinfonía en re mayor es una obra alegre y
festiva con trompas en el primer movimiento, juguetonas flautas en el
segundo y un animado y contagioso tercer movimiento.
Debemos destacar la Sinfonía en Re menor
posiblemente los dos últimos movimientos de una sinfonía: el primero,
marcado por el protagonismo de las flautas que recuerda al Telemann más
sombrío y el segundo, con una fuga de extraordinaria factura y de ecos
handelianos. Su profundidad y serenidad unidas a su riqueza musical la
convierte en una obra maestra no sólo por su capacidad de síntesis del
estilo barroco sino por su alcance que la lleva a emparentarse con el último
Mozart. Sólo por esta obra merecería la pena hacerse con el disco
interpretada aquí de un solo trazo: un adagio recogido, apolíneo y de
texturas transparentes y una fuga brillante y entusiasta llevada con gran
precisión rítmica. Obra de obligado conocimiento en una versión
redonda.
El Adagio y Fuga en fa menor es otra obra llamativa por su
sorprendente parecido con algunos de los divertimentos para cuerdas de
Mozart. De hecho, la comparación con el salzburgués no es ociosa. A
petición del Barón van Swieten, Mozart llegó a realizar una transcripción
de la pieza añadiendo una introducción a la fuga. Como reza en una de
las cartas a su padre fechada en abril de 1782: “Todos los domingos a
las 12 voy a casa del Barón Van Swieten y allí no suena más que Bach y
Handel. Estoy haciendo una colección de las fugas de Bach, tanto de
Sebastián como de Emanuel y Friedemann”.
Raphael Alpermann es el solista en el concierto para clave, parte central
del disco aunque no la de mayor interés. La interpretación de
“Akamus” es enérgica y fogosa. Su sonido rico y denso, con una cuerda
bien empastada y sin excesos en la afinación, resulta convincente aunque
en el segundo movimiento la orquesta resulte algo agresiva en los ataques.
El instrumento se acopla bien con la orquesta y su lectura es intensa y
contrastada. La larga cadencia del segundo movimiento no resulta
particularmente inspirada. Da la impresión de que el solista no sabe
salir de donde se ha metido. Por lo demás, Alpermann resuelve bien
demostrando su apabullante virtuosismo y siempre arropado por el
contundente acompañamiento de la orquesta.
Salvo pequeños detalles, estamos ante un disco sensacional que supone un
paso adelante en la recuperación de este compositor y que hará las
delicias de los amantes del barroco alemán.
20 años de la Akademie für Alte Musik Berlin
Harmonia
Mundi ha apostado fuerte por esta agrupación alemana que tiene sus orígenes
en el Berlín oriental y que con grabaciones como el Oratorio de
Navidad de Bach, oberturas de Telemann y recitales con Andreas Scholl,
Cecilia Bartoli y Dorothea Röschmann se ha colocado en lo más alto en
cuanto a conjuntos barrocos alemanes se refiere. De organización democrática
(al estilo de la Orpheus Chamber Orchestra) los miembros de la orquesta
tocan generalmente sin director salvo las colaboraciones casi en exclusiva
con René Jacobs. Tras unos discretos comienzos en la Universidad de
Humboldt pronto empezaron su asociación con René Jacobs que se ha
convertido en su mejor avalista y el que seguramente les abriera las
puertas en 1995 a su contrato en exclusiva con la discográfica de Bernard
Coutaz.
El catálogo francés cuenta ya con más de una veintena
de títulos protagonizados por Akamus centrados mayormente en el
repertorio barroco alemán. La mayoría de sus discos han sido acogidos
con entusiasmo por la crítica internacional. Ahora, celebran sus 20 años
de existencia con conciertos y galas en Berlín. Con motivo de este
aniversario HARMONIA MUNDI lanza -junto al disco comentado en primer
lugar- un disco sampler que recoge extractos de algunas de sus últimas
grabaciones. El disco no tiene desperdicio y a buen seguro abrirá el
apetito al aficionado inquieto por algunas grabaciones completas de las
obras representadas.
REFERENCIAS:
W. F. BACH: Sinfonías, Adagio & Fuga en Fa menor,
Concierto para clave. R. Alpermann, clave. Akademie für Alte Musik
Berlin. HMC 901772
20 Años de la Akademie für Alte Musik Berlin.
Extractos de obras de Telemann, Keiser, Bach, Porpora, Müthel, etc.
Dorothea Röschmann, Vivica Genaux, Peter Bruns, etc. HMX 2901795.
E-mail: info.iberica@harmoniamundi.com
Página web: www.harmoniamundi.com