Revista mensual de publicación en Internet
Número 37º - Febrero 2.003


Secciones: 
Portada
Archivo
Editorial
Quiénes somos
Entrevistas
Artículos
Crítica discos
Bandas sonoras
Conciertos
El lector opina
Web del mes
Tablón anuncios
Suscribir
Buscar
 

 

 EL PIANISTA

Por Pablo Nieto

 

 

Tras adquirir los derechos para llevar al cine "La Lista de Schindler", Steven Spielberg consideró, que había alguien mucho más capacitado que él para abordar este proyecto, hablamos de Roman Polanski.

Sus méritos como director le avalaban, pero más aún su condición de superviviente del Holocausto. Polanski sufrió en sus propias carnes los campos de concentración cuando era niño hasta que fue "adoptado" por una familia de polacos no judíos. Nadie mejor que él, para trasladar a la pantalla su visión privilegiada del asunto. Sin embargo, declinó el ofrecimiento alegando no estar preparado.

El resto es historia. Spielberg dirigió con pulso firme una de las Obras Maestras del Cine, logrando ganarse el cariño del público, la crítica... y 7 Oscars, mejor película y dirección inclusive.

Años después, la historia del genial pianista polaco Wladyslaw Szpilman le permite a Polanski reencontrarse con su pasado trasladándolo a nuestros días. Y es que, "El Pianista" es una de las mejores películas del polémico director polaco. Sobria, contenida y tremendamente dramática.

Algo a lo que contribuye, la historia de este judío atrapado en el ‘getto’ de Varsovia, tras lograr evitar su traslado a los campos de concentración Nazis, lugar al que si fue enviada toda su familia.

El precio que tuvo que pagar por su vida es probable que muchos no hubiesen podido asumirlo; ya que,  Szpilman estuvo recluido varios años, en un deprimente piso de la Varsovia Ocupada, sin poder salir del mismo, por temor a ser reconocido... Años de soledad y aislamiento del mundo exterior que supo sobrellevar gracias a la música. Las notas fluían en su mente, como eficiente "morfina" con la que calmar el dolor.

Su talento innato para la música, volvería a salvarle la vida, cuando accidentalmente se encontró con el capitán Hosenfeld, en el acto final de la ocupación nazi de Varsovia.

Wojcieh Kilar, es sin lugar a dudas uno de los compositores europeos más respetados de la actualidad, pese a que en los últimos años no suele prodigarse mucho en esto de la composición de bandas sonoras. A las espaldas de este genial compositor, encontramos partituras de la talla de DRÁCULA, RETRATO DE UNA DAMA o LA MUERTE Y LA DONCELLA, película esta última con la que colaboró por primera vez con su compatriota Polanski.

Como era de esperar, Polanski volvió a contar con Kilar para EL PIANISTA. Sin embargo, la partitura de Kilar en nada tiene que ver con la partitura que John Williams escribió para La Lista de Schindler. El trabajo de Kilar es mucho más incidental, y sobretodo, limitado a la adaptación de temas y danzas tradicionales judías. Prueba de ello, es que esta edición tan sólo contiene un tema del mismo ("Moving to the Ghetto").

La explicación a esto es muy sencilla: Chopin. Si por algo destacó Wladyslaw Szpilman fue por su inigualable talento a la hora de interpretar los solos de piano del padre de la música polaco: Frederick Chopin.

Por ello, la música sólo aparece cuando Szpilman "habla" de Chopin, o piensa en él (por ejemplo: la escena en la que se pone a tocar una Polonesa de forma imaginaria ante el piano que comparte con él la soledad del piso del ‘Getto’ del que no puede salir).

Este disco, contiene una selección de las obras más representativas utilizadas en la película. Tres Nocturnos (en C-Minor, Op.72 y el Op.48),  las Baladas No.1 y No.2, el Waltz No.3. Dos grandes Polonesas y el Prelude en E Menor acompañando un Andante "Spianato" EN G Major. Todos estos solos de piano, son interpretados con gran sentimiento y pasión por  Janusz Olejniczak.

Uno de los alicientes del disco es la presencia de una de las grabaciones originales de una interpretación de la Mazurca en A Menos, Op.17, No.4 que realizó el propio Szpilman en 1948.

Este disco, no sólo es de obligada adquisición por los amantes a la banda sonora, sino por los admiradores de Chopin, pues estamos ante un fantástico recopilatorio de algunos de sus mejores temas.