Revista mensual de publicación en Internet
Número 39º - Abril 2.003


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Impresionante Meier

Por Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum. 


La Walquiria. Ópera en tres actos. Primera jornada de "El anillo del nibelungo". Música y libreto de Richard Wagner. Plácido Domingo (Siegmud); Alan Titus (Wotan); Phillip Ens (Hunding); Waltraud Meier (Sieglinde); Luana DeVol (Brünnhilde); Lioba Braun (Fricka). Director de escena: Willy Decker. Director musical: Peter Schneider. Orquesta Titular del Teatro Real. Teatro Real de Madrid, 5 a 23 de marzo de 2003. Nueva producción del Teatro Real y la Sächische Staasoper Dresden Semperoper.

El Teatro Real de Madrid, en colaboración con la Semperoper de Dresde, aborda la Tetralogía de Wagner. Tras una excelente producción de El Oro del Rin, presentada en mayo del año pasado, ahora llega al coliseo madrileño La Walquiria firmada por el mismo equipo artístico y con un cartel de lujo. El resultado ha sido impresionante y ha superado la calidad del prólogo. Waltraud Meier hace una interpretación de Sieglinde sobrecogedora, llena de matices, sutileza y fuerza dramática. Su canto eriza el vello y su voz parece no tener ninguna limitación. Es además una actriz consumada, que acompaña su interpretación con gestos precisos y de intensidad concentrada. Domina el papel con maestría en el trazado general y generoso de su línea vocal, y también en los más pequeños detalles. Su dicción es clarísima y no queda reñida con la proyección, ni siquiera en los momentos más comprometidos y de mayor acompañamiento orquestal. Su trabajo es verdaderamente emocionante. Plácido Domingo da una magnífica réplica, aunque evidentemente no se siente tan cómodo en este repertorio alemán como la genial Meier, lo cual restringe algo el despliegue de sus siempre impresionantes cualidades musicales. Domingo también es un animal de escena, pero menos sutil que la Meier. El encuentro entre estos dos grandes monstruos de la ópera  bastaría para animar la función pero es que, además, todos los otros cantantes estuvieron igualmente magníficos, como también lo fue el montaje general. Alan Titus hace de nuevo un Wotan poderoso, con un timbre y una potencia que infunden verdadera autoridad, pero que también muestra su lado más lírico si es necesario, como cuando se despide de su hija. Lioba Braun otorga en su única escena todo el peso, elegancia y carácter que el personaje de Fricka requiere, reforzada por una presencia y una caracterización acertadísima. Phillip Ens y Luana DeVol tienen voces bellísimas y ponen mucho talento en la recreación de sus respectivos personajes, Hunding y Brünnhilde. Las voces reunidas en el primer reparto de esta producción (hubo un segundo para tres de las diez funciones) son soberbias. Los demás elementos han estado en consonancia. La Orquesta Titular del Teatro Real se ha mostrado más ajustada que en El Oro del Rin. Ha resuelto en La Walquiria su dificilísimo papel, también protagonista del drama, con empuje y destreza de nuevo bajo las sabias órdenes del maestro Peter Schneider. La puesta en escena de Willy Decker es totalmente coherente con lo que pudimos ver en el prólogo: se mantiene la referencia a la continuidad de la sala a través del escenario con los respaldos de butacas sembrados sobre las tablas, que hacen las veces de bosque, rocas, montañas o llamas. La dirección escénica es austera pero ingeniosa y presenta la monumentalidad que Wagner requiere. Se inicia con un cierto hieratismo que subraya la tensión entre los weslungos y su enemigo. La presencia de Wotan como observador durante el primer acto muestra su oculta influencia como deus ex machina, especialmente cuando descubre la espada. En el segundo acto aparece como gran arquitecto del universo, en una clara referencia a la simbología masónica. La llegada de las walquirias cabalgando sobre rayos que descienden de los telares es un acierto, así como la solución del círculo de fuego, con luna, humo y luz. Con esta producción, el Teatro Real consolida la calidad del trabajo previo y apunta una línea felizmente ascendente, de la que aún hay mucho que esperar. Superado el ecuador, quedan dos jornadas que celebrar: Sigfrido  y El Ocaso de los Dioses. La fiesta continua.

(Fotografía de Javier del Real)

Próximos espectáculos del Teatro Real

 

13 de abril a 9 de mayo. La Favorita de Donizetti

          Nueva coproducción con el Gran Teatro del Liceo de Barcelona.

 

30 de abril a 8 de mayo. Compañía Nacional de Danza.

 

28 de mayo a 12 de junio. Merlín de Isaac Albéniz.

           Nueva Producción del Teatro Real

www.teatro-real.com