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Número 40º - Mayo 2.003


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EL VIAJE DE CHIHIRO - Joe Hisaishi

Por Joaquín R. Fernández.
 


 

 

Hablábamos en una anterior edición de Filomúsica de la hermosísima partitura que Joe Hisaishi había compuesto para "La Princesa Mononoke". Ahora, la salida en formato doméstico de "El Viaje de Chihiro" (DVD y VHS) es una buena oportunidad para fijarnos en otra de las mejores bandas sonoras de este autor, no por casualidad realizada también para Hayao Miyazaki, cineasta japonés que recientemente recibió un Oscar por dicha pelícua. "El Viaje de Chihiro" es la última maravilla que nos brinda un artista que, lejos de haberse acomodado en lo más alto, continúa ofreciéndonos toda una gama de deliciosas y apasionadas composiciones.

Ya desde el primer corte del compacto, «One Summer's Day», el autor de "La Princesa Mononoke" consigue introducirnos en el intimismo de la historia, siendo sus notas las que guían a Chihiro en su particular viaje hacia la madurez. Combinada con la fuerza de las imágenes de Miyazaki, su música provoca que una marejada de sentimientos inunde nuestros ojos, dándonos a entender precisamente que no nos encontramos ante una partitura convencional. La forma en la que Hisaishi se adapta a lo que sucede en pantalla es encomiable, variando sus melodías en consonancia con la narración (tal y como sucede, por ejemplo, cuando el padre de Chihiro acelera su coche por la estrecha carretera que en principio ha de conducirles a su nuevo hogar).

Este recogimiento continúa en gran parte de la banda sonora, destacando especialmente la pista diez, «Day of the River», una preciosa interpretación vocal y sin letra del tema central de la partitura. Un delicioso piano transmite la melancolía del momento, dando paso también a una leve esperanza, la misma que Chihiro debe mantener si desea volver a reunirse con sus padres. Mas si tuviera que resaltar un solo tema de toda la partitura, no hay duda de que ése sería «Sixth Station», prodigiosa descripción del viaje que Chihiro emprende en tren y que le permitirá descubrir nuevos paisajes del asombroso mundo en el que se halla atrapada. La fusión entre música y sueños visuales, pues tal es el calificativo de la poesía que aquí nos ofrece el director, es perfecta, adueñándose del espectador una incomprensible y a la vez deseada pena. «House at Swamp Bottom» se desarrolla a través de notas frágiles y discretas, una hermosa pieza que sirve para presentar a la hermana de Yubaba. La alegre emotividad de los fragmentos finales de la película se puede escuchar en «Reprise» y «Return», un espléndido colofón para tan hermosa obra.

Además, la grandiosidad de "El Viaje de Chihiro" se percibe en pasajes tan sorprendentes como «Dragon Boy», mientras que «Procession of the Spirits» es la peculiar y en ocasiones impactante presentación de los espíritus que llegan a la casa de baños. Los elementos sinfónicos recubren con su energía las divertidas imágenes de Miyazaki, puntuadas con un simpático coro de voces femeninas que incrementan la mágica atmósfera que pretende recrear el compositor. También determinados pasajes de acción se asoman en el mayoritariamente contemplativo metraje del filme, momentos para los que «Sen's Courage», «Bottomless Pit» y «Kaonashi -No Face-» se convierten en indispensables guardaespaldas de las ilustraciones del director.

El misterio también se apodera de algunos fragmentos de la partitura, algo que precisamente se puede comprobar en los primeros minutos de la película. Así, «Empty Restaurant» describe el solitario caminar de la protagonista por el abandonado parque de atracciones, mientras que «Nighttime Coming» acompaña a Chihiro en sus temerosas miradas hacia la oscuridad, momento en el cual un mundo nuevo parece despertar ante ella. «Yubaba», acertado corte que nos conduce ante el personaje más repulsivo de la historia, combina lo épico con lo inquietante, resaltando así la pompa de la casa de baños y confrontándola con la personalidad de su regidora.

Finalmente, cabe hablar también de puntuales pasajes cómicos, notas juguetonas que sin embargo engarzan a la perfección con el drama que esconde la historia, pues, como se encarga de recordarnos continuamente Hisaishi, el destino de la protagonista no depende sólo de ella, sino de la buena voluntad de terceras personas («It's Hard Work»). Esta curiosa paradoja también se puede observar cuando el espíritu apestoso se adentra en la casa de baños («Sink Spirit»), sin duda uno de los momentos más hilarantes de la cinta.

El último corte del compacto es una acertada canción de Youmi Kimura, «Always With Me», y se puede escuchar en los títulos de crédito finales de "El Viaje de Chihiro". Es la culminación de una bella y excelsa banda sonora que eleva aún más el especial candor que Miyazaki ha sabido insuflarle a su obra. Mágica y peculiar, la música de Hisaishi deleitará al oyente sensible, transformándose en verdaderas gotas de vida para aquellos que en verdad sepan apreciar el placer de la contemplación.