Revista mensual de publicación en Internet
Número 45º - Octubre 2.003


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UN DEBUT PARA RECORDAR

Por Bardolfo. 

Viena. Volksoper.18 de Octubre.

Flotow: Martha. Alexandra Reinprecht, Ismael Jordi, Andrea Bonig, Anton Scharinger, Klaus Kuttler, Markus Raab y otros. Orquesta y Coro de la Ópera Popular de Viena. Tomás Netopil, dirección musical. Michael McCaffery, director de escena. Nueva producción de la Ópera Popular de Viena.

        La deliciosa Martha, un títulos popularísimo en los países de habla germana, ha vuelto a Viena tras una ausencia de veinte años. Pese a su aire de opereta, el enredo que se organiza en torno al ansia de diversión de una aburrida dama que se disfraza de criada para probar algo nuevo y acaba presa en su propio juego al enamorarse de su nuevo patrón funciona gracias a la inspirada partitura de Friedrich von Flotow, que pasó con este título a tener un lugar en la historia de la ópera con melodías tan populares como el aria de Lyonel, que han interpretado casi todos los tenores importantes desde su estreno, con nombres que incluyen a Caruso, Schipa, Kraus o Wunderlich.

        En la nueva producción de la Volksoper tuvimos la presencia de Ismael Jordi como Lyonel. Que un tenor español sea el encargado de resucitar en la misma Viena a uno de los más entrañables protagonistas operísticos germanos nos da una idea del nivel que, poco a poco, va alcanzando el joven cantante jerezano, de breve pero exitosa carrera. En esta ocasión pude comprobar su idoneidad para un papel en principio ajeno a su formación (Jordi no habla alemán, y aún así presentó una claridad de dicción superior a la de algunos de los nativos que lo acompañaban), pero que resolvió perfectamente con una voz más ancha que hace algunos meses, de timbre homogéneo en todos los registros y exhibiendo un agudo vibrante y un elegante fraseo especialmente adecuado para los pasajes más líricos.  No sólo realizó una buena traducción de la célebre aria, sino que cuidó con mimo toda la hermosa partitura de su personaje. El aspecto escénico, que hasta ahora era su Talón de Aquiles, va mejorando y ahora el cantante y el actor comparten protagonismo sobre las tablas.

        Alexandra Reinprecht dio vida a una Martha entre tímida y pícara, con una voz muy femenina, de timbre claro y acariciador en la zona media del registro, si bien algún agudo no fue acertado y su coloratura distaba de tener siempre la precisión requerida. Andrea Bonig es una excelente cantante perjudicada por la opacidad de su timbre, lo que restó algo de brillantez a su descarado personaje de la criada de Lady Harriet (el nombre real de la protagonista; Martha es su nombre de guerra). Anton Scharinger, que al igual que Jordi debutaba en la Volksoper, tiene tras de si una larga experiencia como Papageno, e imprimió su carácter bonachón y sencillo al muy alemán Plumkett: alegre, desenvuelto, amante de la buena vida, su creación fue quizás la más idiomática del reparto. Completaba el elenco el bufonesco personaje de Lord Tristan, títere manejado por Lady Harriet al que Klaus Kuttler dio vida con notable acierto.

        Muy bien el coro y la orquesta, si bien la dirección de Tomás Netopil resultó algo dura y marcial en las escenas más desenfadadas. La producción, muy clásica y luminosa, arrancó los aplausos del público en la imaginativa resolución de la escena de la cacería del tercer acto, con unos figurantes ataviados como lebreles bailando al compás de la música. La dirección de actores fue equilibrada, sacando buen partido del reparto y moviendo sin exageraciones a los coristas. El público disfrutó con la función y así lo expresó tanto durante la acción como en el cerrado aplauso final. No pudo pedirse mejor resultado para el debut de Ismael Jordi en Viena: que vengan muchos más así.

 

       

        Página de la Ópera Popular de Viena: http://www.volksoper.at