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Un Requiem de vanguardia
Por
Ismael González Cabral. Periodista
y Crítico Musical.
Con la llegada al
mercado del cuarto volumen de la edición Ligeti de Teldec, se alcanza una de
las entregas más esperadas por los aficionados al genial músico. Y el
entusiasmo no es para menos. Tras muchos años con el Requiem de Michael
Gielen (Wergo) como única referencia, al fin se dispone de esta nueva
visión, de la que acaso sea una de las mayores obras religiosas escrita en
plena eclosión de la vanguardia, allá por 1963/65.
Del Requiem tradicional de la liturgia latina, Ligeti sólo va a utilizar
el Introitus, el Kyrie, el Dies Irae y el Lacrimosa. Con ellos conjuga una
obra solemne y en donde coinciden dos de las inquietudes más apreciables
en la música del autor húngaro: esto es los dramáticos contrastes entre
homofonía y polifonía. Así, este Requiem coincide en espíritu con piezas
como Lontano y Lux Aeterna, pero va más allá, constituyendo en su último
episodio un atormentado y expresionista discurso que nos lleva a pensar en
posteriores obras como Melodien o San Francisco Polyphony.
La versión de la Orquesta Filarmónica de Berlín acompañada por las London
Voices y con la dirección de Jonathan Nott se nos revela formidable.
Cierto es que la soprano Caroline Stein no tiene el timbre descarnado de
Liliana Poli en la anterior grabación de la obra, pero el nuevo conjunto
sobresale en la capacidad de profundización en la pieza, en la casi
puntillista descripción de los matices de la partitura y en la sonoridad
de tintes místicos desplegada por los filarmónicos.
Como introducción al Requiem escuchamos, Ramifications (1968/69) para doce
instrumentos de cuerda. Aquí Ligeti trabaja mediante cuartos de tono
edificando una estructura resbaladiza y en donde planea la sombra del
error pretendido. Es una pieza de una seriedad casi teatral a la que
Reinbert de Leeuw le aporta la claridad estructural que no conoció en la
histórica grabación del siempre reivindicable Ernest Bour (Wergo).
El Doble Concierto para flauta, oboe y orquesta (1972) cuenta en este
registro con dos solistas de excepción, Heinz Holliger y Jacques Zoom,
ambos enormemente acreditados en el repertorio actual. La idea de la
fluctuación y la antítesis instrumental actúan como eje en una de las
composiciones menos difundidas de Ligeti, y cuyo lenguaje aparece más
despegado que nunca del clima de suspensión de anteriores obras.
Cierra el comentario pero inaugura el disco la pieza más reciente de
cuantas se incluyen. El Hamburg Concerto para trompa solista, cuatro
trompas naturales y orquesta de 1998/99 revisada en 2003. Se trata de una
composición fragmentada en siete breves movimientos donde Ligeti
experimenta con diferentes timbres y tratamientos armónicos, derivados del
protagonismo de las trompas naturales. Aunque su interés es relativo en
función de la portentosa maestría del resto de obras aquí escuchadas, hay
no obstante momentos de auténtica genialidad en el quinto movimiento,
Spectra y en el espeluznante Hymnus conclusivo. Las fuerzas del Asko
Ensemble y del Schönberg Ensemble bajo la dirección de Leeuw y con
solistas de excepción rubrican un disco antológico en la cada vez más
cercana a su fin, Edición Ligeti.
REFERENCIAS:
LIGETI: Hamburg Concerto. Double Concerto. Ramifications. Requiem.
Marie Luise Neunecker, trompa. Sybille Mahni, Simon Breyer, Thomas
Bernstein,
Ozan Çakar, trompas naturales. Heinz Holliger, oboe. Jacques Zoom, flauta.
Asko
Ensemble. Schönberg Ensemble. Reinbert de Leeuw director.
Caroline Stein, soprano. Margriet van Reisen, mezzo-soprano. London Voices.
Terry
Edwards, director. Orquesta Filarmónica de Berlín. Jonathan Nott, director
(Requiem).
TELDEC CLASSICS 8573-88263-2
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