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GLOSSA:
LA VETERANÍA ES UN GRADO
Por
"Don Profondo".
En
los últimos tiempos están apareciendo en el mercado, para regocijo del
buen aficionado, diferentes sellos -Cantus y Alia Vox primero,
Enchiriadis y Verso más recientemente- que responde al mismo admirable
patrón: infrecuente repertorio centrado por lo general en la música
antigua, interpretaciones de primerísima categoría realizadas por
artistas directamente relacionados con la productora, y presentación
sumamente cuidada tanto en lo puramente estético como en el contenido
literario, abundante y completo. El modelo, como es bien sabido, lo creó
Glossa hace ya un buen puñado de años, y el que -por fortuna y para
beneficio de todos- surjan seguidores no hace sino corroborar su tan
portentoso como justificado éxito.
Como
la veteranía es un grado, Glossa se halla mucho más desarrollada que
sus “rivales”, y aunque estos puedan ofrecer productos igualmente
logrados, el sello de San Lorenzo del Escorial cuenta con un catálogo
de música antigua que no tiene parangón en el mundo entero. Y es que,
aparte de realizar las siempre esperadas grabaciones del fabuloso tañedor
José Miguel Moreno y sus amigos -pues así empezó la cosa-, el
incremento de las ventas le ha permitido colaborar con artistas digamos
más internacionales, incluidas figuras de la talla de Emma Kirkby o
Frans Brüggen. El repertorio, por su parte, se ha ido ampliando de
manera notable, de tal modo que lo mismo nos encontramos con la primera
grabación de interesantísimas páginas hasta ahora ocultas, que con
una nueva y sorprendente versión de una obra de repertorio grabada
hasta la saciedad. Presentamos ahora cuatro nuevas referencias.
Empezamos
por el sexto disco de La
Venexiana en Glossa, y octavo de su director, el contratenor Claudio
Cavina. Por cierto, estos artistas le fueron paradójicamente arrancados
a su “imitadora” Cantus, que fundara precisamente quien estuvo en
los orígenes de aquella junto a José Miguel Moreno y que luego tuvo
que salir corriendo, el crítico José Carlos Cabello. ¡Cosas de la
vida! A lo que vamos. Se trata del Primer Libro de Madrigales de
Sigismondo D’India, publicado en 1606, siendo buen representante de lo
que se ha venido en llamar “manierismo musical”: subversión de la
forma clásica -las famosas disonancias- a partir del pleno conocimiento
de las reglas, hasta llevar el lenguaje a un punto sin retorno que
permita la irrupción de un estilo enteramente nuevo, esto es, el
Barroco. Precisamente, como afirma el propio Cavina en sus notas (que el
lector interesado se puede bajar en formato PDF desde la página
dedicada a este disco), “en todas las composiciones de este libro,
podemos apreciar una especial atención al texto y a la palabra, señal
inequívoca de la profunda influencia que tuvieron la seconda pratica
y las enseñanzas monteverdianas sobre el joven Sigismondo”.
Interpretaciones fascinantes, como no podía ser menos, en ese cálido y
sensual estilo mediterráneo con el que ya nos hemos olvidado de las
maneras de hacer británicas que hasta no hace mucho imperaban en este
repertorio.
Vuelve
a la carga el clarinetista Eric
Hoeprich, esta vez no con su Mozart
habitual, pero sin salirse de los límites del clasicismo vienés.
Al frente de su grupo Natchmusique (es también líder del Stadler Trio),
ofrece una preciosa selección de páginas del compositor bohemio Franz
Krommer (1759-1831), que respondió con su gran oficio y notable
inspiración a la gran demanda de composiciones para grupos de vientos
que se daba en la Viena de finales del XVIII, todo ello a raíz de la
creación de un octeto por parte del emperador José II. Recordemos, sin
ir más lejos, la portentosa Gran Partita de Mozart. La música
aquí contenida no alcanza semejante calidad, pero su escucha resulta
sumamente placentera, a lo que contribuyen las magníficas
interpretaciones y el precioso sonido de los instrumentos originales. A
destacar la colaboración del violista Emilio Moreno, hermano de José
Miguel y uno de los responsables del sello. Como siempre, amplia
información en la web de Glossa sobre estos Bohemian
Winds.
Finalizamos
con los dos primeros discos para el sello de su más reciente y
espectacular fichaje en exclusiva: Hervé Niquet y su grupo Le
Concert Spirituel, que tanto prestigio han alcanzado gracias a sus
abundantes grabaciones para Naxos. A partir de ahora habrá que pagar
tres veces más por sus discos, pero a cambio tenemos una presentación
aplastantemente superior y un repertorio quizá más arriesgado aún. No
es precisamente el colmo de la comercialidad registrar páginas para órgano
de François D’Agincourt, compositor del que apenas se había grabado
nada y que en los libros se nos presenta como representante de la
transición del estilo barroco francés del seiscientos, clásico y
solemne, al grácil y amable Rococó de Luis XV. El resultado presenta
un elevado interés musicológico, pero el astuto Niquet ha sabido
ofrecer un compacto
al mismo tiempo ameno y sugestivo insertando las piezas en la
reconstrucción de una supuesta misa conventual de Pentecostés,
incluyendo el canto llano, obra de un tal Guillaume-Gabril Nivers. Magnífica
su labor en el teclado de un fantástico órgano de la época e
irreprochable el coro.
El lanzamiento estrella es, sin
embargo, el Dido y Eneas que nos ofrecen Niquet y su grupo. Ahí
es nada, realizar una nueva
grabación de una de las óperas barrocas más justamente famosas...
y grabadas. No es aquí menor el riesgo que corre, dada la competencia.
Sus aportaciones: un sonido muy francés, excelentes hallazgos en la
instrumentación (tiorbas en el bajo continuo) y un coro excelente, pues
no en vano Niquet empezó su trayectoria como director del de la Ópera
Nacional de París. Pero quien esto suscribe quiere ser del todo sincero
y no puede dejar de señalar que ha encontrado cierta falta de
profundidad y poso dramático en la batuta. Tampoco le termina de
convencer Laura Pudwell, de voz mate, en su doble cometido de Dido y la
Hechicera, resultando algo sosa en lo interpretativo. Fabulosa
presentación. Próximas grabaciones: páginas para clave de D’Agincourt,
el Te Deum de Charpentier, y ¡la Música para los fuegos
artificiales!
Sigismondo
D’India: Primer Libro de Madrigales.
La Venexiana, Claudio Cavina. 49’.
Glossa GDC 920908.
Bohemian
Winds: Música de Franz Krommer.
Natchmusique,
Eric Hoeprich. 64’.
Glossa GCD 920604.
François D’Agincourt: páginas para órgano.
Les Dames de Saint Jean, canto llano.
Hervé Niquet, órgano. 75’.
Glossa CDC 921701.
Henry
Purcell: Dido y Eneas.
L. Pudwell, P. Harcey, S. Haller.
Le Concert Spirituel, Hervé Niquet. 49’.
Glossa GCD 921601.
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