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TRES
SOPRANOS PARA TRES RECITALES
Por Ignacio
Deleyto Alcalá. Lee su Curriculum.
Este mes la voz vuelve a ser la protagonista absoluta con
tres novedades publicadas por los sellos Erato y Nonesuch
pertenecientes ambos al grupo Warner Music: Dawn Upshaw
en Purcell y Bach (Nonesuch 79605-2), Barbara Frittoli en
Mozart (Erato 86207-2) y un variado programa en la voz de
la finlandesa Karita Mattila (Erato 85785-2).
La soprano americana Dawn Upshaw es una cantante de
reconocido prestigio que ha sabido combinar lo clásico
con frecuentes incursiones en el musical americano y
repertorios, en general, menos habituales para una
soprano de formación clásica. De aspecto frágil, posee
una emisión limpia y su voz es cristalina aunque con
cuerpo.
Este disco titulado "Angels hide their faces"
(Los ángeles esconden su rostro) proveniente del texto
de la cantata de Bach, nos presenta una selección de
arias y canciones de Purcell que va desde lo más
conocido como "Music for a while" hasta piezas
menos oídas como "Lord, what is Man". Nutrida
y variada selección, pues abarca varios estados de
ánimo desde la tristeza y la melancolía como en
"Music for a while" o "If music be the
food of love", pasando por la alegría de
"Hark! How all things" hasta la desazón y el
dramatismo de "The Blessed Virgin's
Expostulation". Upshaw se acomoda bien al carácter
de cada pieza creando siempre una atmósfera particular
para cada una de las canciones. También muestra una
notable preocupación por el texto así como estilo y
buen gusto. Su identificación con el musical americano
se deja notar en alguna inflexión de la voz que
sorprende por lo poco ortodoxo del resultado aunque tras
varias escuchas no moleste. También llama la atención
la pronunciación americanizada de la "r" que
no suele ser la habitual en el repertorio barroco
inglés. Su interpretación de "I attempt from
Love's Sickness to Fly" resulta espontánea y
sugerente aunque le falte el toque final de frescura de
su compatriota Sylvia McNair. El acompañamiento de clave
u órgano y cello es discreto y se echa en falta un poco
más de imaginación. Por desgracia no se incluye
"Fairest Isle" que además de ser una de las
más conocidas resultaría, a priori, muy adecuada para
su voz.
El disco se completa con la Cantata "Mein Herz
schwimmt im Blut" BWV 199, una de las más intensas
de Bach para voz solista, en la que Upshaw se nos revela
como una soprano de gran expresividad en una
interpretación que rezuma dramatismo y contemplación a
partes iguales. Mucho mejor el acompañamiento en Bach
que en Purcell. Notable intervención del expresivo oboe
de Peggy Pearson.
Barbara Frittoli y la experimentada batuta de
Charles Mackerras nos presentan un programa íntegramente
dedicado a arias de Mozart. Puede que el nombre de la
italiana no sea demasiado conocido para el público pero
es una soprano ya consagrada que lleva varios años
cantando en los mejores teatros del mundo. Nuestro primer
contacto con Barbara Frittoli fue en una producción
vienesa del Così mozartiano en 1996 con dirección
musical de Riccardo Muti. Su Fiordiligi, uno de sus más
famosos papeles, fue reveladora en cuanto a técnica,
dominio de la parte y manejo de la voz. Las ovaciones del
público austriaco eran tan contundentes como la
seguridad en su interpretación, admirable desde todos
los puntos de vista. La Frittoli tiene una voz opulenta,
pastosa, potente y rica en matices; se muestra muy
cómoda tanto arriba como abajo y posee ese color de voz
que sólo tienen las italianas con clase. Además, su
dicción es ejemplar, supera las agilidades con
facilidad, posee amplio fiato y su valentía en las
ornamentaciones resulta admirable.
Este disco reúne algunas de las arias más famosas de
Mozart con el interés añadido de incluir
ornamentaciones basadas en fuentes del siglo XVIII que
además de ser infrecuentes, son de muy buen gusto y
sientan de maravilla a las arias. Un ejemplo, es el
"Come scoglio" cuyas variantes en las primeras
frases son bellísimas y la interpretación de la
Frittoli portentosa. Puede que en términos absolutos,
otras míticas sopranos como la Schwarzkopf o la Caballé
(insuperable en esta aria) la hayan hecho mejor pero
Barbara Frittoli se hace sitio entre ellas con derecho
propio. El disco es excelente de principio a fin con
momentos sobresalientes como la ya mencionada aria de
Così, la tremenda aria de Elettra "D'Oreste,
d'Aiaca" del Idomeneo donde los metales y la
percusión parecen abrir la caja de los truenos o la
delicada "Dove sono" de Le Nozze. Un disco así
no podría ofrecer un resultado tan positivo sin una
dirección que estuviera a la altura, ni una orquesta de
primera fila. Mackerras hace una lectura cuidada al
máximo en cuanto a detalles, matices, resaltando el
color orquestal además de arropar a la soprano con mimo.
La Scottish Chamber Orchestra suena como una gran
orquesta con una cuerda expresiva y envolvente, unas
maderas sugerentes y unos metales potentes, bien afinados
y en su sitio. Por si fuera poco la toma de sonido es
ejemplar. Háganse con este disco, no se cansarán de
escucharlo.
La recomendación se ha de hacer necesariamente extensiva
al recital de Karita Mattila, la London Philharmonic
Orchestra y el director japonés Yutaka Sado que nos
presentan un programa con Verdi, Puccini, Tchaikovsky,
Janácek, R. Strauss, Wagner y Lehár. La soprano
finlandesa no necesita demasiadas presentaciones pues es
de sobra conocida. Uno de sus éxitos que incluso llegó
a las pantallas españolas de televisión fue la versión
francesa del Don Carlo junto a Roberto Alagna y bajo la
dirección de Pappano. Mattila pasa por unos de los
mejores momentos de su carrera y este disco es buena
muestra de ello. Su voz se ha ensanchado, ha ganado
cuerpo, se ha hecho más densa con un brillo especial en
los agudos.
Aquí se incluyen dos arias de La Dama de Picas
de Tchaikovsky que resultan ser de lo mejor del disco. Su
voz se revela segura, confiada, expresiva y con ese
característico timbre eslavo tan difícil de oír en
cantantes occidentales. Igual de bella resulta su Elsa en
dos momentos de Lohengrin: el conocido Sueño de Elsa y
la salida al balcón en el Acto II previa al
impresionante dúo con la malvada Ortrud. Mattila se
acopla perfectamente a la voz de soprano lírica
wagneriana con una afinación precisa y un color plateado
en la voz. Si su Elsa es maravillosa, no menos lo es su
Sieglinde en dos momentos importantes de la parte:
"Der Männer Sippe" y el archiconocido "Du
bist der Lenz" con el que termina el apasionado dúo
de amor entre los dos hermanos welsungos unidos bajo el
embrujo de la noche y la llegada de la primavera. Mattila
vuelve a dar una lección interpretativa con una voz más
dramática, de mayor redondez pero sin dejar de lado el
aspecto lírico del momento.
Tampoco defrauda su
Chrysothemis de la Elektra straussiana aunque le falte
aquí el punto de inocencia y frescura de este personaje
que canta su deseo de tener hijos y vivir en paz en
oposición a la obsesiva búsqueda de venganza de
Klytämnestra. Sin embargo, la famosa y emocionante frase
"Nein, ich bin ein Weib und will ein
Weiberschicksal" (No, soy una mujer y quiero el
destino de una mujer) es cantada con entrega y pasión
desbordantes. Su Amelia del Simon Boccanegra y su Manon
son también de gran factura; el recital termina con el
encanto vienés de Lehár en su conocida aria de su
opereta La viuda alegre. Un final ligero para un recital
excelente. Mención especial para el director Yutaka
Sado, asistente en su día de Bernstein y Ozawa, que
sorprende por su versatilidad y dominio en un repertorio
tan amplio así como por su habilidad para crear la
atmósfera adecuada en cada página. No lo duden, este
disco se recomienda solo.
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