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Número 2º - Marzo 2000


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LA MUSICA Y LOS NIÑOS. 

Por Cristina Gallego García.

Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo,
veíase el arpa.
¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!
¡Ay!, pensé; ¡cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz, como Lázaro, espera
que le diga: "Levántate y anda"!

He querido comenzar mi artículo con este conocido poema de Bécquer. ¿Quién mejor que un romántico para expresar lo que uno desea, traspasando el lenguaje hasta llegar a lo más profundo de todo ser humano?

En la primera "lección magistral" que recibí en la Universidad unas palabras pronunciadas por un profesor me marcaron: "Detrás de cada gran hombre o mujer, existe un/a buen/a maestr@". Parece como si todavía resonasen estas palabras en mi interior y os puedo asegurar que ha pasado algún tiempo desde entonces... Dejo abierta mi primera reflexión para retomarla concluyendo mi mensaje.

La Educación Infantil constituye la primera etapa del sistema educativo. Va dirigida a l@s niñ@s de hasta seis años de edad y su finalidad primordial es contribuir al desarrollo físico, intelectual, afectivo, social y moral de éstos. En ella se desea llegar a la transdisciplinariedad (sistema total y sin fronteras entre todas las disciplinas académicas). Puede que os preguntéis: ¿Qué tiene que ver la música con todo esto?. No prolongaré mi respuesta: la música puede ser la base para desarrollar todos los objetivos, contenidos y actividades del proceso de enseñanza - aprendizaje que tiene lugar en la escuela.

A partir de una canción podemos desarrollar los ámbitos de Identidad y Autonomía Personal (el cuerpo y el movimiento, el conocimiento y la imagen de sí mismo, la salud y el cuidado de uno mismo, la vida en sociedad), Medio Físico y Social (acercamiento a la naturaleza, acercamiento a la cultura, los objetos y la actividad sobre ellos) y Comunicación y Representación (uso y conocimiento de la lengua, expresión corporal, plástica, musical, matemática). Éstos tres ámbitos deben concebirse con un criterio de globalidad y de mutua dependencia. Es un error parcelar los conocimientos y más aún: no situar a la música en el lugar donde debe estar.

Junto con otras personas he presentado un modelo integrador musical y sociocultural para un Congreso Mundial de Educación Infantil. Partiendo de una canción, en nuestro caso: "El Cocherito Leré", hemos globalizado todos los ámbitos de conocimientos. Los niños pueden descubrir las posibilidades motrices de su cuerpo, trabajar los temas transversales de Educación Vial y Educación Ambiental, conocer los medios de transporte, trabajar nociones matemáticas, espacio - temporales... basándonos tan sólo en esta canción.

Ya es hora de que valoremos la importancia de la música para todas las personas, y en especial para los niños pequeños ya que desarrolla la capacidad creadora en éstos, favorece el desarrollo emocional, intelectual... No lo digo por los maestros o licenciados en Música (que están realizando una fabulosa labor), sino por aquellos que consideran esta "materia" una de las menos importantes del sistema educativo, al igual que ocurre con las Artes Plásticas y la Educación Física. Sin estas tres materias no podremos contribuir al desarrollo integral de l@s alumn@s.

Hace poco leí en un libro: "La música plena y pura es inaccesible para el niño. Cuando la empieza a vislumbrar empieza a dejar de ser niño. Cuando la domina es adulto". Estas palabras centraron mi atención en la Literatura Infantil. También aquí nos encontramos con una teoría similar que no considera necesaria esta literatura, ya que su título hace referencia a una subliteratura. Para diversos autores una división dentro de la literatura equivale más que a una especialización, a una marginación. Afortunadamente hay otra tesis que defiende la literatura creada específicamente para niños porque sus objetivos son muy amplios, donde cabe destacar criterios pedagógicos, psicológicos, religiosos, ideológicos, sociales, políticos...

Muchas personas niegan la música a los niños. Yo estoy en desacuerdo con esta postura. En la infancia es donde comienza la base de los futuros aprendizajes. Si no empezamos a enseñarles música desde pequeños o si limitamos la enseñanza musical infantil a unas cuantas canciones de tradición popular, los niños nunca podrán comprender la música. En los primeros años de escolarización los niños ya pueden explorar las propiedades sonoras de sus cuerpos, de los objetos, de los instrumentos musicales; discriminar sonidos; diferenciar ruidos, música, silencios, canciones...

No todas las personas tienen la posibilidad de estudiar en conservatorios. Ofrezcamos desde la etapa infantil el acercamiento al lenguaje musical. Este mensaje que lanzo al aire no tiene un destinatario único: va a todo aquel que quiera despertar el genio que duerme en el fondo del alma de los niños, es decir, a todo aquel que se aventure en la hermosa tarea de ser maestr@. En nosotr@s está que el mundo cambie.