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Número 2º - Marzo 2000


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MÚSICA MODAL ORIENTAL. 

Por José Juan. Estudiante de 9º de piano, 2º de contrapunto y 2º de filosofía.

    El pasado viernes día 25 de febrero, hubo en el Paraninfo de la Universidad de Málaga un concierto de la música modal común a todo el este del Mediterráneo: Grecia, los Balcanes y Turquía. El recital está enmarcado dentro del VII CICLO DE NUEVAS MÚSICAS, título, a buen seguro, obra de algún licenciado ilustrado, postmoderno y etnocéntrico inconsciente con grandes dotes de solidaridad, ya que si en algo son nuevas estas músicas es en nuestros polvorientos pelucones del XVIII y cerebros acotados en el suculento "capitaleo" occidental.

    El concierto fue uno de los mejores que yo he presenciado en los últimos años, y no por el tipo de música con el cual no estoy en absoluto familiarizado, sino por la convincente calidad de los intérpretes, en especial uno de ellos. Su nombre es Ross Daly y aunque es descendiente de irlandeses, ha estudiado desde muy joven la tradición musical de la India, Asia Central, Grecia y Turquía, tocando la casi totalidad de los instrumentos tradicionales de cuerda de esos países. A mí me dejó frío el dominio que mostró tener sobre la lira, el instrumento protagonista principal en esta música. De cuerda frotada, es de dimensiones ligeramente más pequeñas que el violín, con la complicación de que no se pueden pulsar las cuerdas con la yema de los dedos sino con la punta y las uñas. A esto se le une la dificultad del empleo de microintervalos. Pese a estas complejidades técnicas y a las deficiencias sonoras propias producidas por el empleo de amplificadores (sobre todo si no están bien regulados), el nivel de expresividad y precisión que se apreciaba en la interpretación de Daly (que incluía pasajes de elevado virtuosismo), era excepcional: a la altura de los mejores intérpretes que podamos escuchar en Deutsche Grammophon, Decca o Philips. No en vano está considerado en la actualidad la máxima figura de la música modal oriental. Junto a él estuvieron dos excelentes percusionistas. Dimitris Psonis, que tocó a las mil maravillas un instrumento de cuerda percutida llamado si no recuerdo mal el santuri y también de forma muy convincente varios tipos de laúdes (¡siendo percusionista!). De él se puede decir, que además de tener el título de profesor de percusión por el conservatorio de Madrid y de colaborar con diferentes orquestas sinfónicas y grupos de música, ha acompañado a solistas como María de Mar Bonet, Eliseo Parra o Javier Paxariño. El otro, Pedro Esteban, no se queda atrás en absoluto, ya que colabora habitualmente con orquestas como RTVE, ONE, Gulbenkian de Lisboa, Sinf. de Madrid, Reina Sofía... y con grupos de la talla de Hesperión XX, Le Concert de Nations, Ensamble Barroque de Limoges, Paul Winter Consort, Koan, Ensamble la Romanesca...

    El concierto fue además muy instructivo, ya que la buena interpretación musical estuvo condimentada con explicaciones acerca de los instrumentos (materiales, procedencia,...) y de las características fundamentales de la música modal oriental. Éstas, son muy similares a las de la modalidad originaria de la música occidental, más conocida como Gregoriano o Canto Llano. Resulta penoso y patético que todavía hoy sigan confundiendo a los estudiantes de los conservatorios, explicando la modalidad como formaciones de escalas que se reparten los tonos y semitonos de forma distinta cada una de ellas. Esto en una completa falacia. La modalidad, no es otra cosa que una estructuración melódica que se sostiene en dos o tres notas más importantes llamadas centros sonoros o modales, y donde el resto de las notas giran alrededor de éstas cumpliendo una función dentro de una jerarquía. Aunque no tengo tiempo de extenderme sobre el tema, que sería motivo de varios artículos, lo cierto es, que es una lástima que pocos estudiantes de conservatorio (¡que son los que se supone que deben saber música!), tengan conocimientos mínimos acerca de temas tan importantes como éste. Porque Cristóbal de Morales utilizaba los modos en sus composiciones, así como Debussy y otros compositores. Y Messiaen creó sus propios modos particulares.


    Pero lo peor es que muchos de estos estudiantes, gran parte de los cuales creen que toda la música importante está entre las paredes de su conservatorio, llegarán a ser profesores. Y harán que se perpetúe la rueda de la ignorancia.