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NAVIDAD RENACENTISTA ESPAÑOLA Por Ignacio Deleyto Alcalá. Lee su Curriculum.
La situación histórico-política favorecida por la unificación de los Reinos de Castilla y Aragón en 1474, la toma de Granada y el (re)descubrimiento de América en 1492 propició un clima interno de mayor autoestima. Durante el reinado de los nuevos monarcas, disminuyó la presencia de músicos extranjeros en la corte española y se hizo patente la proliferación de compositores nacionales. La consecuencia fue la adopción de un estilo musical más autóctono que bebía en las fuentes tradicionales de influencias árabes, judías y cristianas [1]. Una de las formas musicales predominantes en la época
-junto al romance- fue el villancico, que no debemos relacionar
directamente con la Navidad. Desde el siglo XIV la palabra
“villancico” se refería a una canción (o composición poética) que
usaba con frecuencia textos profanos con música inspirada en las tonadas
y bailes de los campesinos o villanos. Así llamados porque vivían en
villas y aldeas en contraste con los que vivían en las ciudades [2].
Muchos de los villancicos de Juan del Enzina, por ejemplo, poco tienen que
ver con la Navidad y mucho con la conquista de Granada. Posteriormente
empezó a vincularse a lo religioso y, en particular, a lo navideño
aunque para entonces el villancico ya tenía unos siglos de historia. En la versión en valenciá que nos presenta Magraner y su conjunto el canto monódico recae, entre otras, en la muy exótica y concentrada lectura del contratenor, Joseph Hernández. El desnudo, afilado y amenazante canto se alterna aquí con polifonía de Cárceres y Alonso. Debemos destacar el orientalismo sugerido por el acompañamiento instrumental. La versión castellana del Canto de la Sibila alterna polifonía de Morales y Triana y resulta algo más reconfortante (y menos justiciera) que la anterior. Es interesante comparar ambas “escenificaciones” y así disfrutar de la personalidad de las diferentes voces y de la sugerente atmósfera del acompañamiento instrumental. Muy acertadamente la Capella de Ministrers resalta el carácter heterogéneo de esta música marcada por la diversidad que enriquecía la cultura y sociedad de entonces [8]. Las ensaladas eran composiciones polifónicas muy
populares en la España del siglo XVI y Mateo Flecha uno de sus genuinos
representantes. La Negrina de temática navideña es un buen
ejemplo de este género libre y popular, con abundantes cambios de compás
y ritmos, que da rienda suelta a la imaginación de los intérpretes. El
conjunto valenciano ofrece una lectura colorista, teatral y muy
entretenida, que es en definitiva a lo que aspiraban este tipo de obras. Notas: [1] Con la llegada de Carlos V, que trajo consigo a su famosa capilla flamenca y sus maestros de los Países Bajos, la situación volvería a cambiar. Gustave Reese va aún más lejos al sugerir que "La intensificación de la influencia flamenca tras la muerte de Fernando [El Católico] puede que fuese la causa de que Peñalosa se marchase de su país". G. Reese: La Música en el Renacimiento (Madrid, 1988. Pág. 674). [2] El vocablo villancico proviene de villano para distinguirlo de hidalgo o noble. [3] Una recopilación dedicada a Juan del Enzina es la firmada por Jordi Savall y su Hespèrion XX titulada Juan del Enzina Romances y Villancicos, Salamanca 1496 (Astrée E 8707, Auvidis Fontalis 9925). Savall cuenta también en su haber con versiones de los diferentes Cancioneros: El Cancionero de la Colombina, 1451-1506, El Cancionero de Palacio, 1474-1516, El Cançoner del Duc de Calabria, etc. También hay que destacar su pionera grabación para EMI: Weltliche Musik im Christlichen und Jüdischen Spanien (1450-1550) con selecciones de varios cancioneros reeditada ahora en una caja de 8 CDs (Virgin 7243 5 61 964 2) con las grabaciones hechas por Savall entre 1975 y 1983 para EMI, publicadas originalmente en la serie Reflexe. Por otra parte, los villancicos Riu, riu, chiu y Verbum caro: Y la Virgen -junto a otros de diferentes países- se pueden encontrar en la fascinante recopilación The Carol Album: Seven Centuries of Christmas Music a cargo de Andrew Parrott (y su Taverner Consort), uno de los directores que más se ha dedicado a la grabación de repertorio navideño (EMI CDC 7 49809 2). Riu, riu, chiu se encuentra también en la antología Villancicos - Chansons populaires espagnoles des XVe et XVIe siècles del Atrium Musicae de Madrid dirigido por Gregorio Paniagua (HMA 190 1025). [4] Se trata de una antología de 54 villancicos (sólo 12 tienen tema navideño) procedentes de la música que se interpretaba en la Corte Valenciana del Duque de Calabria, Ferran de Aragón (1488-1550). Curiosamente el único compositor mencionado por su nombre es Nicolas Gombert, el flamenco discípulo de Josquin Desprez, que estuvo en España al servicio, como no, de Carlos V. El único ejemplar fue hallado en la biblioteca de la ciudad sueca de Uppsala, de ahí su curioso (y lejano) nombre. [5] La soprano catalana es también integrante del conjunto Música Ficta (que dirige Raúl Mallavibarrena) del que hace poco hemos comentado su Requiem de Victoria (Véase Filomúsica, Octubre 2002) [6] En la carpetilla del disco se usa la terminología antigua española "vihuela de arco" en lugar de la italiana "viola da gamba", más conocida hoy día. Si se desea recuperar el uso de los antiguos nombres castellanos, es esencial que los músicos españoles "hagan campaña" y reivindiquen su uso en programas de conciertos y grabaciones como lo hace aquí la Capella de Ministrers. [7] En la época en que se cantaba en monasterios y catedrales el niño encargado de entonar el Canto de la Sibila era uno de los niños del coro y la chica, una joven novicia. [8] Jordi Savall ha grabado varias versiones del Canto de la Sibila. La última, El cant de la Sibil.la Mallorca - València 1400-1560 (Alia Vox AV 9806) incluye la versión recogida en este disco de Capella de Ministrers, versiones diferentes y complementarias. Lambert Climent es el tenor en ambos discos. Obras:
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