Revista mensual de publicación en Internet
Número 36º - Enero de 2.003


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EDUCACIÓN MULTISENSORIAL CON LA MÚSICA

Por Cristina Isabel Gallego García. Lee su curriculum.

 

“Nada hay en la mente que antes no haya estado en los sentidos”. Esta frase de Comenio, también la suscribe el profesor Rodríguez Delgado al afirmar que:  “El cerebro no es capaz de sentir, reaccionar y pensar normalmente si se encuentra en un vacío sensorial”.

La realidad se acerca al niño a través de los sentidos; éstos inician el proceso de percepción, elaboración y transformación de la información que se lleva a cabo en el cerebro.  El sistema sensorial no sólo incluye los sentidos de la vista, oído, tacto, olfato y gusto, (a través de los cuales absorbemos información acerca del mundo exterior a nosotros); sino también los sentidos propioceptores, es decir, los sistemas: cinestésico, vestibular y visceral (que controlan las sensaciones internas).

El sistema vestibular, situado en el oído interno, registra la posición, el movimiento, la dirección y la velocidad del cuerpo, y también desempeña un papel importante en la interpretación de estímulos visuales. El sistema cinestésico está localizado en los músculos, las articulaciones y los tendones, y nos proporciona información sobre el movimiento del cuerpo. El sistema visceral aporta las sensaciones de los órganos internos.

La Educación Multisensorial figura en muchas actividades escolares, pero de modo ocasional, esporádico. Ésta se puede trabajar de forma globalizada con la Música, así los niños aprenderán a discriminar los distintos elementos que integran cada estímulo sensorial, aumentando progresivamente sus umbrales perceptivos. Experimentarán placer, gozo con este arte y les proporcionará una información vital más completa para poder apreciar, sentir, relacionarse mejor con el mundo que los rodea. 

Centrando nuestra atención en los sentidos, podemos decir que Luria los agrupa en  receptores de contacto (tacto, gusto) y a distancia (olfato, vista, oído). Habitualmente se le ha dado mayor importancia a estos últimos (visión y audición), por la variedad de experiencias e información que proporcionan; pero cada sentido capta una cualidad del objeto o del fenómeno, y el conocimiento final se obtendrá uniendo las partes del todo. A continuación pasaremos a desarrollarlos individualmente para ver la importancia que tiene cada uno.

El oído es el sentido por el cual se perciben los sonidos. Podemos favorecer el contacto de los niños con las diversas experiencias sonoras del entorno y facilitarles situaciones adecuadas para interiorizar los distintos sonidos y ritmos que se producen en su propio cuerpo o a través de él. Es importante que propongamos actividades para que los niños distingan la intensidad o sonoridad, el tono, el timbre...

El olfato permite percibir los olores. Los recién nacidos están capacitados para discriminar diferentes olores. Hans Henning propuso estas cuatro cualidades del gusto: amargo, dulce, ácido y salado (de su combinación surgen los demás sabores más complejos). Para que los niños discriminen mejor los sabores hay que estimular las papilas gustativas con distintas sustancias y así se verán sometidas a continuos contrastes. Los sentidos anteriores se pueden trabajar de forma conjunta. Si jugamos a que adivinen alimentos tapándoles la nariz, los niños comprobarán lo difícil que es saborear algo que no se huele. Esos alimentos pueden ser frutas, que se parezcan a distintos instrumentos musicales para dramatizar con ellas (un plátano es una flauta, un coco hueco con piedrecitas dentro es una maraca...).

La vista es el sentido corporal con que se ven las cosas y se distinguen sus formas, colores... Los niños pueden crear sus propios códigos de comunicación musical (no convencionales), que se irán concretando y perfeccionando,  convirtiéndose en códigos cada vez más grupales. Los iremos introduciendo en el lenguaje musical, para que conozcan de forma lúdica, las notas (que son la representación gráfica de los sonidos y de la duración de los mismos),  el pentagrama...

 El tacto es el sentido corporal que permite percibir sensaciones (de contacto, presión,  calor, frío, etc), conocer las cualidades palpables de los objetos... Según F. Davis, el recién nacido explora mediante el tacto, es así como descubre donde termina su cuerpo y empieza el mundo exterior. Podemos proponer juegos encaminados a desarrollar la sensibilidad cutánea, que ellos vayan diferenciando en el tacto algunos materiales (pueden ser instrumentos musicales, para que desde pequeños se van familiarizando con ellos).

Otras actividades que podemos realizar  son las siguientes: 

·             Jugar a las adivinanzas para identificar, agrupar, diferenciar sonidos y ruidos.

·             Identificar sonidos, percibir silencio, discriminar sonido-silencio.

·             Expresarse a través de la voz, el movimiento...

·             Participar de forma individual o grupal, en producciones sonoras y musicales tradicionales (canciones, juegos rítmicos, danzas infantiles...)

·             Descubrir objetos sonoros o instrumentos a través del sonido y la manipulación de los mismos.

·             Leer rítmicamente partes de la cara, del cuerpo...

·             Interpretar sonidos que indiquen distintos dibujos.

·             Construir instrumentos sonoros con materiales de desecho.

·             Descubrir tesoros escondidos a través de rastros de olores que aparezcan en la clase.

·             Imitar los movimientos de los músicos de la orquesta y averiguar de que músico se trata.

·             Distinguir sonidos de la misma frecuencia producidos por fuentes sonoras distintas (por ejemplo, una misma nota por un violín y una guitarra).

·             Realizar dictados rítmicos.

·             Discriminar sonidos por su intensidad, duración...

·             Jugar a la gallinita ciega con música, para desarrollar el conocimiento del otro mediante el tacto.

·             Reproducir con la voz sonidos fuertes y suaves, largos y cortos, agudos y graves, e incluso diferentes timbres.

·             Improvisar sonidos y ritmos con instrumentos musicales.

 

El contenido de las actividades giran en torno a los diferentes sentidos como núcleo temático, desde una perspectiva globalizada.  Es fundamental que los niños se formen una idea de si mismos, se acerquen a la naturaleza, manipulen los objetos, se manifiesten por medio de la expresión corporal, plástica, musical... Todas las actividades, de carácter lúdico, estarán vinculadas a los intereses del alumnado, para que permitan un desarrollo de capacidades lo más completo posible.

La Educación Multisensorial a través de la Música es un medio para que los niños descubran, conozcan y comprendan aquello que configura su realidad, sobre todo la que está al alcance de su percepción y experiencia. Con ella, los estimularemos de forma adecuada para que la información que les llegue del exterior sea la base de posteriores aprendizajes significativos. Esta educación también servirá para prevenir, detectar posibles alteraciones y problemas de visión, audición, etc...  Así, las intervenciones educativas compensatorias (para niños que poseen necesidades educativas especiales)  que realicemos con la Música, serán transcendentales y configurarán auténticos sistemas alternativos de recepción de la información.