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EL SOBRIO DEBUT DE LISE DE LA
SALLE
Por
Justino
Losada Gómez
Cuando aparecen
discos firmados por solistas tan jóvenes al mercado, se suelen recibir con
cierto recelo, bien porque su paso por el mundo discográfico sea tan fugaz
como efímero, tratándose de más que claras operaciones de marketing, o
bien porque a ciertas edades y salvo casos muy excepcionales, no se expone
todo el potencial que es capaz de dar el artista.
El sello Naïve nos trae ahora un disco interpretado por Lise de la Salle,
una chica de 15 años de edad, con extractos de los Études-Tableaux
op 39, números 1 y 2, y op 33, números 2, 6 y 9 de Rachmaninov compuestos
entre 1911 y 1916, así como dos obras maestras de Maurice Ravel,
Miroirs y su Sonatina, situadas entre los años 1903 y 1905.
Pese a que los dos compositores, siendo prácticamente coetáneos,
trabajaron en estilos muy distintos hay un punto crucial en común en la
elección de estas obras para este registro. Todas ellas expresan una clara
evocación motívica y descriptiva, tal y como pedían sus creadores.
Rachmaninov lo dice expresamente en el título Études-Tableaux,
donde solicita de manera ambivalente una forma abstracta como el estudio y
a su vez un pasaje evocador. Ravel es desde luego menos abstracto y más
claro, pero a su vez busca plasticidad, encubierta en forma de elegante,
profesional y discreto clasicismo en su Sonatina y arrojando un
colorido casi sinfónico en sus más que famosos Miroirs.
De la Salle viene amadrinada por una de las grandes pianistas francesas
del siglo XX, Geneviève Joy, quien firmara una de las versiones más
trepidantes y atrevidas que haya oído de la sonata para piano de su
marido, el compositor francés Henri Dutilleux. Un aval como este hace
patente lo que en la escucha del disco quedó bien claro, la extraordinaria
técnica de la interprete, su claro pianismo, y su fresco y embriagador
virtuosismo. Pero a veces De la Salle se concentra tan a conciencia en su
ejercicio manual que bien parece no dejar acariciar el teclado para
dibujar las impresiones, ya sean materiales o introspectivas. De ésta
manera la parte dedicada a Rachmaninov es angulosa, austera y sin
acercamiento interior; respecto a Ravel, Une barque sur l`Ocean
suena sobria, la Alborada del gracioso fría y percutida y los
Oiseaux tristes más que expresar un sentimiento parecen mostrar
indiferencia. Por otro lado, el "Mouvement de menuet" de la Sonatina
resulta convincente e impecable aportando el recuerdo clásico en
Ravel y su chispa de "enchantment" en las cosas pequeñas. De todos modos
cabe prever que conforme avance la carrera de Lise de la Salle seguramente
salvará estos escollos interpretativos para así ofrecer todo su potencial.
Ni que decir tiene que para una primera escucha de estas obras es
preferible guiarse por los más expertos conocedores de las mismas. Nombres
como Richter o Ashkenazy en Rachmaninov o Perlemuter y François en Ravel
son más que sobradas garantías en las interpretaciones de estas obras.
En resumen, como debut discográfico de esta artista, este disco no es
desdeñable, pero desde luego no es la mejor opción como primer
acercamiento a las obras citadas. El disco viene en una caja de cartón
acompañado de notas al programa firmadas por Emmanuel Hondré.
REFERENCIAS:
RACHMANINOV: Études - Tableaux Op 39, nº 1 & 2; Op 33, nº 6,2 &
9.
RAVEL: Sonatine ; Miroirs
Lise de la Salle, piano.
NAÏVE V 4936 AD 098
Página web:
www.naiveclassique.com
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