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ANNE-SOPHIE
Por
Rubén Flórez
Bande
Nuevo disco del
flamante matrimonio formado por Anne-Sophie Mutter y André Previn, que es
ya el segundo de ambos como matrimonio, esta vez dedicado a obras del
propio Previn y de Leonard Bernstein.
Si juntamos, por ejemplo, bastante Korngold, lo mezclamos con una buena
dosis de grandes frases melódicas, le añadimos una pizquita de Bartok,
otro poquito de Mahler, cierto aroma de jazz, lo sazonamos bien con una
melodía alemana, y lo dejamos hervir, nos sale el Concierto para
violín y orquesta "Anne-Sophie" que le dedica Previn a su Sra. Un
concierto, claro está a la medida de la violinista, grandes frases
melódicas, donde ella puede rubatear, frasear, detenerse... a su gusto, no
tiene grandes dificultades técnicas, en cuanto a virtuosismo se refiere.
Un concierto asequible al oído, en el que ella se lo pasa "pipa".
El primer movimiento nos traslada al Concierto para violín de
Korngold, con ese toque mahleriano-misticista. El segundo es una gran
cadenza con un leve acompañamiento orquestal y el último, quizás el más
conseguido de los tres, es un Andante, que parte de una melodía alemana
popular (los dos son alemanes, Previn al menos de nacimiento) y se va
transformando, hasta terminar en una simple nota tenida, con el "vibrato"
tan caraterístico de la violinista, en pianísimo, quizás el pasaje más
conseguido del Concierto, por el efecto que produce. No creo que
este concierto pase al gran repertorio, pero que sí es entretenido de
escuchar.
La Orquesta Sinfónica de Boston es una muy buena acompañante, más aún si
el que la dirige es el propio compositor. Eso sí, manteniéndose en un
segundo plano, para no perjudicar a la protagonista de la obra.
La siguiente obra que interpretan quizás no esté en el gran repertorio,
pero sí puede ser la obra más conseguida de Leonard Bernstein fuera del
campo de la música para teatro, la Serenata, de 1954, para
violín, cuerdas, arpa y percusión, basada en "El Banquete" de Platón.
El propio compositor cuenta con tres grabaciones de esta obra, la primera
aún en "mono", de 1956, junto con Isaac Stern y la Sinfónica del Aire
(antigua Sinfónica de la NBC), donde los dos intérpretes no se creen, o no
se quieren creer, la valía de esta pieza, muy poco convencidos e
inspirados, una versión muy dejada y descuidada. La segunda vez que
Bernstein abordó esta obra fue en 1965, esta vez al violín estaba el hoy
poco conocido violinista francés, y creador de escuela, Zino Francescatti,
junto a la Filarmónica de Nueva York. Es raro escuchar a Francescatti en
estos repertorios, pero sin duda dignifica la obra, y la hace grande,
quizás no posea la vena jazzística de Stern, y tenga el sonido algo
"rancio" para estas músicas, pero sin duda se implica en ella y la lleva a
buen puerto, cosa de la que debe darse cuenta Bernstein, que le hace uno
de sus más conseguidos acompañamientos. Volvería otra vez Bernstein a
grabar esta pieza en los años 80, esta vez con Gidon Kremer y la
Filarmónica de Israel. Kremer, con un sonido demasiado hiriente e
impulsivo, hace una versión quizás demasiado "expresionista" y ciertamente
fría. Bernstein no tenía su día, y brinda un acompañamiento de lo más
chapucero, con una orquesta descompensada y sin empastar.
Pues bien, esta versión de la Mutter quizás se asemeje más a Francescatti
que a los otros dos violinistas. Claro está que la Mutter no se cree la
trascendencia y la valía de esta música, cosa que si hacía Zino; sí toca
muy bien, por ejemplo los pasajes bartokianos, y juega muy bien con las
sutilezas tímbricas, pero pasa por los guiños jazzísticos como si eso
fuera demasiado vulgar para ella, haciendo una lectura intrascendente,
todo lo contrario que pasa en el Adagio, que lo hace demasiado
trascendente y se pasa con la vena romántica. Versión quizás demasiado
personal, que no agradará a todo el mundo. Mucho mejor Francescatti.
Previn, al igual que la Mutter en su Concierto, aquí está en su
salsa, mucho más que el propio compositor, dignificando la obra (que no le
hace falta, por otra parte) con una Sinfónica de Londres dúctil, una
lectura sutil, con todos los guiños a Bartok, a Shostakovich, al primer
Copland... muy buena.
Se agradecen los acercamientos de la Mutter a estas músicas, pero si los
hiciera con más credibilidad... mejor que no hubiera salido del "gran
formato".
REFERENCIAS:
PREVIN: Concierto para violín y orquesta "Anne Sophie"
BERNSTEIN: Serenata para violín, cuerda, arpa, y percusión.
Anne-Sophie Mutter, violín.
Orquesta Sinfónica de Boston (Previn). Orquesta Sinfónica de Londres (Bernstein).
André Previn, director.
DG 474 500-2
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