|
ENTREVISTA A GLORIA ISABEL RAMOS.
Por Daniel Mateos
y Anuska Requena.
Entrevista realizada al finalizar un
concierto ofrecido por esta directora en Málaga.
¿Cuál es su opinión sobre la Orquesta Ciudad de
Málaga?
Es una orquesta con muchísimo potencial musical, pero muy joven aún.
Apenas diez años de trabajo juntos es muy poco para llegar a constituir
una orquesta homogénea; con los años se notarán los resultados que creo
que serán muy buenos. A parte de musicalmente, humanamente son gente que
quiere hacer música, que es lo más importante. Hay orquestas que lo
único que quieren es que pasen las horas y que llegue el momento de
cobrar el sueldo. Aquí, se hace música y es lo que más me gusta.
¿Por qué cree usted que en nuestras orquestas hay más músicos
extranjeros que españoles?
Bueno, no es que yo lo crea, es que es evidente que hasta ahora la
infraestructura pedagógica en España no estaba lo suficientemente
desarrollada; los conservatorios no estaban lo suficientemente preparados
para sacar gente que pudiera tocar en las orquestas de manera profesional,
al nivel al que se estaba tocando en otros países de Europa, de América
y de Rusia. Ahora está cambiando la cosa y la gente sale del
conservatorio con más nivel.
¿Cuál es la orquesta que mejor impresión le ha
causado en su trayectoria como directora?
Ufff, pues es muy difícil de decir, porque cada orquesta es un mundo, es
como una persona. Uno conoce a muchas personas, tiene muchos amigos,
también tiene enemigos (personas que no le caen bien, que no las soporta
y que no las quiere ver más en la vida), pero a la vez tiene mucha gente
que quiere por una cosa, por otra... Pues así, hay muchas orquestas que
recuerdo con mucha ilusión, como por ejemplo, la Orquesta Sinfónica de
San Petersburgo, la Orquesta Nacional de Lill (Francia), la Orquesta de
Cadaqués, la Orquesta de Asturias... bueno, muchas, la verdad es que casi
todas por algo especial.
¿Por qué la mayoría de los directores de orquesta no alcanzan la
fama tan jóvenes como muchos instrumentistas? ¿Por qué se tarda tanto
en reconocer su valía? ¿La dificultad estriba en la comprensión del
lenguaje de la música?
El hecho de ser director es diferente al de ser solista. El solista está
normalmente formado cuando llega ya a una edad de unos veinte años (que
ya es una edad adulta). A esta edad ha alcanzando un buen nivel técnico e
interpretativo, y ya puede ser una estrella. Pero un director no puede
ensayar en su casa, tiene que pasar por el camino de la práctica a
través de muchos conciertos con muy diferentes orquestas, y a partir de
ahí empieza su madurez. La madurez llega más o menos a los 45-50 años.
Ser director es una cosa muy compleja, antes ha tenido que rodarse; hay
que tener buena técnica o tener una gran musicalidad, además de tener
mucha psicología y saber cómo tratar a la gente (porque hay muy
diferentes tipos de orquestas) y también ha de haber mucho marketing
detrás, y esto también es cuestión de tiempo y suerte. Es decir, es un
camino más complejo y más largo, lo cual para mí es super excitante; lo
encuentro "alucinante" eso de ser director, y bueno, uno tiene
muchos años por delante y puede luchar e intentar conseguir aquello que
desea.
¿Hay algún compositor o alguna pieza en especial
que le motive para dirigir?
Todos... hasta ahora todos. Hoy mismo, por ejemplo, la primera obra que he
dirigido, no es que sea una obra maestra, pero tiene un sabor
nacionalista-español que me tocaba una fibrita por dentro, y a mí, como
soy española, lo he disfrutado muchísimo. En ese momento era lo que más
podía disfrutar. Luego Mozart, que bueno, es para derretirse... ¡me
encanta Mozart!... intentar buscar esa ligereza y esa frescura. Y luego
R.Strauss que es totalmente diferente, pero que también tengo un poco de
mí en ese Strauss, esa pasión, esa exuberancia... no puedo decir qué
pieza o qué compositor prefiero. En general me gusta "todo".
¿Qué opina usted de la evolución de la música actual? ¿Por qué el
público no acepta tanto el repertorio actual y sí el repertorio antiguo,
sobre todo el romántico? ¿a qué se debe?
Por pereza. Mucha gente busca "Un concierto para no pensar en nada,
para distraerme, sentarme allí cómodamente y echarme la siesta". Y
no es eso, la cultura no es eso. Hay cosas que pueden ser así, de
entretenimiento. Pero en general, la cultura y el arte es para invitarte a
hacer un esfuerzo, a abrir algo nuevo en tu mentalidad, en tu forma de
pensar de sentir, de vivir, y eso es lo que nos trae muchas veces la
música contemporánea. Hay que hacer un pequeño esfuerzo y no ser
perezoso para escuchar. "Escuchar" es la palabra. Hoy en día,
la música está hecha para ponerla de fondo y esa es la pena: la música
no se escucha. La gente no aprende a escuchar, no aprende a hacer
realmente un esfuerzo (es como mirar con una lupa, pero en vez de con los
ojos, con el oído). Por eso les cuesta tanto comprender la música
contemporánea.
¿Recuerda alguna anécdota curiosa en sus años de
directora?
... Ahora es que no se me ocurre ninguna... (se ríe)... Bueno sí, una
vez, en la segunda parte de un concierto que dimos en una iglesia,
estábamos en otro edificio. La orquesta afinó y esperaban por mí y yo
no llegaba. Y tardé mucho en llegar porque es que no sabía por qué
puerta entra a la iglesia... y cuando llegué llevaban como unos diez
minutos esperando por mí. Pero bueno, la gente se rió porque se daba
cuenta de lo que pasaba... (se ríe)
¿Considera necesario salir de este país para poder
triunfar en el mundo de la dirección?
No, no es necesario. En general es aconsejable, simplemente, el hecho de
salir del propio entorno para ampliar horizontes y para ampliar la propia
personalidad y riqueza como persona.
¿Qué le recomendaría a un/a joven que desee
abrirse paso como director?
Con esto no hay fórmulas mágicas. Lo más importante es tener la
necesidad vital de hacer eso que quieres hacer y olvidarte de todo lo
demás, seguir adelante, creer en tu sueño y darlo todo por ese sueño.
Es lo único.
¿Ha sido un "handicap" para usted ser una
mujer y dedicarse a esta profesión?
No.
A la hora de enfrentarse a alguna orquesta, o en
alguna situación, ¿no ha sentido nunca algún tipo de discriminación,
por ejemplo, como "soy mujer y tendrían que estar acostumbrados a
ver aquí a un hombre con fuerza que nos dirigiera"?
Mmmmm, fuerza no me falta (se ríe)... Es que a la hora de la verdad, las
cosas no se visten de esta manera. Cuando te subes a una tarima para
dirigir (o por lo menos yo lo veo así... y lo ves también en otros
compañeros y compañeras), las orquestas, en general, es normal que
desconfíen de una persona joven. Lo primero que hacen es fijarse en la
pinta de uno. Si ven, a lo mejor, a un chico fuerte y con cara de mal
humor, se quedan un poco impresionados al principio. Pero eso dura dos o
tres minutos como mucho. Si ven a una chica fina y con carita de
"niña buena" reaccionan de otra manera. Pero claro, ya te digo
que sólo dura dos o tres minutos. A la hora de verte hablar, dirigir y
que hay música dentro de ti, desaparecen todos los clichés y todas las
apariencias externas de la persona. Lo que ven es lo interior, que es lo
que tiene que ofrecer esta persona como músico. Pero no es por el hecho
de ser mujer sino porque a los jóvenes les tienen un poco de
desconfianza, pero ya os digo que esto dura poco. El machismo ha ocurrido
en todas las parcelas, pero las modas pasan y ya empiezan a sobresalir
mujeres en un campo, en otro, … Primero es una, dos, etc. son pocas,
pero con el tiempo serán más.
¿Qué recomendaría a los oyentes que se están
iniciando ahora en la música "clásica"?
Pues que se recreen en "escuchar"...
Pero ¿algún tipo de obras en específico? ¿se
puede escuchar de repente Stravinsky?
Sí, sí... ¿por qué no?, claro que sí. Escuchar los ballets rusos de
Stravinsky ("Petruschka", "El Pájaro de Fuego")... es
la música más plástica y más danzante que hay. Yo recuerdo que una vez
dirigí unos conciertos didácticos para niños y lo que hicimos fue
"El Pájaro de Fuego" y los niños estaban con la boca abierta.
Claro, se les explica y tal, pero una persona adulta también puede; tiene
acceso a libros, a información por sí mismo, y a partir de esto, puede
ir escuchando. A veces tienes que saber qué es lo que vas a oír para
saber escuchar. Es como eso de que el que no sabe es como el que no ve.
Por ejemplo, saber que ahí va a escuchar unos trinos de trompeta que
significan algo, un pájaro que se está muriendo; entonces, el que
escucha se da cuenta y aprende a escuchar. Este es un método. Bueno, yo
no soy pedagoga, pero hay muchos sistemas para aprender: libros, sesiones
para iniciarse que ayudan mucho. Pero el secreto es eso, escuchar.
Futuros proyectos.
En lo que queda de temporada, aún tengo ópera ("El Barbero de
Sevilla") con la Orquesta de Cadaqués, conciertos con la Orquesta
Sinfónica de Lucerna (Suiza). Creo que nada más. El resto ya es toda la
temporada que viene: conciertos con la Orquesta de San Petersburgo, otra
gira con la Orquesta Sinfónica de Lucerna, la Orquesta de Cámara de
Viena y otras orquestas españolas que voy a dirigir aquí...
|