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Número 52º - Mayo 2.004


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EL "FIDELIO" DE RATTLE
 

Por Angel Riego Cue. Lee su Curriculum.

          

Tras la publicación del ciclo de las 9 sinfonías (comentado en el número de junio de 2003 de esta revista), Rattle continúa sus andanzas por Beethoven con la única ópera de este autor, Fidelio, grabada en sesiones de concierto en Berlín hace aproximadamente un año (abril de 2003) después de haberla escenificado con el mismo reparto en el Festival de Pascua de Salzburgo. Al igual que en el ciclo sinfónico se utilizó una nueva edición crítica de las partituras, la de Norman del Mar, aquí se anuncia que se sigue la nueva edición publicada por Bärenreiter.

Fidelio ha sido llevada al disco muchas veces, y hay varias grandes versiones, que tradicionalmente se agrupaban en dos enfoques: o bien una interpretación plenamente romántica donde la obra es el precedente de los dramas wagnerianos (como puede ser el caso de las grabaciones de Furtwängler o Klemperer, normalmente consideradas "las referencias", o también de la más discutible pero interesantísima de Bernstein) o bien estamos ante un "singspiel" no tan alejado de La Flauta Mágica (un camino seguido en otras afamadas grabaciones como las dirigidas por Erich Kleiber o Fricsay).

Después de todo lo que se ha dicho sobre esta obra, parece que a toda nueva grabación (al menos si está realizada por un director "estrella" y no un mero artesano) se le exige que aporte algo distinto, algo original; claro, el problema es si no hay nada nuevo que decir y entonces hay que buscar las "originalidades" donde sea.

Ese nos ha parecido que es el caso de Rattle, quien comienza bien, con una Obertura fresca, viva, y observando matices dinámicos en los que nadie se suele fijar, pero que pronto parece sin rumbo: aria de Marzelline demasiado "contundente", Cuarteto nº 3 llevado a velocidad vertiginosa, luego el "aria del dinero" de Rocco bien dirigida, con sentido del humor y cierta "chispa", pero donde ya aparecen unas pausas exageradísimas, donde la música queda un instante en silencio en medio del parlamento de un personaje, como si quedara pensativo sobre qué decir a continuación: un "recurso expresivo" que aparecerá también, aumentado, en el Trío "Gut, Sönchen, gut" y en el Dúo entre Pizarro y Rocco "Jetz, Alter, jetz", en este último unido a unos contrastes dinámicos asimismo muy exagerados. Y aún queda lo peor: una Marcha de Pizarro dirigida de la forma más expeditiva posible, como si le diera asco esta música (que otra cosa muy distinta es que dé asco el personaje) y el aria del mismo Pizarro donde Rattle confunde dramatismo con exceso de decibelios (algo que parece la herencia de Karajan, que aún perdura). Mejor dirigida, con indudable delicadeza, está el aria de Leonore, y en el final de acto, Rattle ralentiza el tempo para dar una sensación de "éxtasis" pero, con todo, el resultado le queda algo trivial.

El segundo acto parece, en conjunto, mejor dirigido, sin necesidad de tantos experimentos. El ambiente "tétrico" de la escena de la prisión está bien conseguido. En el dúo "O Namenlose Freude", lentísimo, que recuerda mucho al de la grabación de Klemperer, parece que Rattle quisiera de nuevo detener el tiempo y dar la sensación de "éxtasis", con un resultado que pretende ser "muy poético". El final del acto vuelve a pecar un poco de trivial. En fin, una dirección que seguramente gustará a los fans de Rattle, que la encontrarán originalísima y genial, aunque por aquí no nos haya convencido tanto; eso sí, le reconocemos que la obra puede seguirse con agrado y nunca aburre.


En cuanto al reparto, podemos decir que todos cumplen con correción y que no se les pueden poner graves reparos, únicamente que en la comparación con lo escuchado en grabaciones de la última década (no digamos ya de todos los tiempos) terminan sabiendo a poco. Así, Angela Denoke demuestra como Leonore que tiene "madera" de buena cantante, con un gran caudal de voz que a veces tiene problemas para controlar, y sabiendo dar dramatismo a su papel, con una interpretación en la que quizás habría que pulir cierta dureza. Pero claro, si recordamos a Deborah Voigt o a Waltraud Meier, la Denoke queda inevitablemente por debajo de ellas. A menor nivel estaría el Florestán de Jon Villars, que pasa más de un apuro con su dificilísima parte, pero aún así no baja de lo digno; nuevamente, la comparación con Ben Heppner o incluso con Plácido Domingo (admitiendo en este último que en el repertorio alemán no suele estar muy centrado estilísticamente) es desfavorable para Villars. La pareja Marzelline-Jacquino formada por Juliane Banse (algo "matronil") y Rainer Trost cumple con corrección, pero aun así se han escuchado parejas mejores contando solamente las grabaciones recientes (Norberg-Schulz y Schade con Colin Davis, o Ziesak y Heilmann con Dohnanyi). El Pizarro de Alan Held es al menos correcto, el Fernando de Quasthoff se oye muy lejano (es más satisfactoria su prestación con Davis) y lo mejor, el Rocco del veteranísimo Laszlo Polgar. A muy buen nivel el coro Arnold Schoenberg. En esta grabación los diálogos se han reducido al mínimo y, por supuesto, no hay obertura Leonora III antes de la escena final, al ser un añadido de "la tradición". Los discos vienen protegidos contra copia.

En resumen, una grabación para los que busquen un Fidelio "distinto" o pretendidamente original, pero que para nuestro gusto no entraría entre las grandes versiones, ni siquiera contando sólo las digitales de los últimos años. Entre estas últimas, la más interesante nos parece la de Colin Davis, que tiene posiblemente la mejor dirección de todas las digitales, con la pareja protagonista Voigt-Heppner y un reparto bastante redondo excepto por los papeles de Rocco y Pizarro. Junto a ella estaría la de Barenboim, que "experimenta" con la obra (cambia la obertura por la Leonora II, incluyendo la "auténtica" como apéndice, y altera el orden de los dos primeros números), con una buena dirección en línea "klempereriana" pero que acaba haciéndose algo monótona, y con el reparto quizá más redondo de todas las grabaciones digitales de esta obra. A continuación estaría Haitink, con dirección poco amena pero con algunas grandes figuras en el reparto (Norman, Moll, etc.) y después de todas ellas estarían otras, como la de Dohnanyi o la presente de Rattle. Eso referido, como hemos dicho, sólo a las grabaciones de la "era digital", por no hablar de las grandes de todos los tiempos, citadas más arriba.


REFEERENCIAS:

BEETHOVEN: Fidelio
Angela Denoke (Leonore), Jon Villars (Florestán), Alan Held (Don Pizarro), Laszlo Polgar (Rocco), Juliane Banse (Marzelline), Rainer Trost (Jaquino), Thomas Quasthoff (Don Fernando).
Coro Arnold Schoenberg de Viena, Orquesta Filarmónica de Berlín.
director: Simon Rattle
EMI 7243 5 57559 2 6 (2 CD's)