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JUVENTUD, DIVINO TESORO
Por
Ignacio Deleyto Alcalá.
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Curriculum.
En los últimos tiempos hemos asistido a la aparición de varios cuartetos
de cuerda que empiezan a hacerse un nombre en el difícil y competitivo
mundo de la música clásica. Curiosamente para dos de ellos la serie
“Debut” de EMI representó su oportunidad discográfica; nos referimos al
Belcea Quartet, uno de los cuartetos jóvenes más de moda en la actualidad,
y al Jerusalem Quartet, que grabaron un disco con obras de Shostakovich y
Tchaikovsky (EMI 5743928). Así como el Belcea Quartet consiguió firmar un
contrato con la misma EMI, el Jerusalem Quartet ha hecho ahora lo propio
con la francesa Harmonia Mundi, sello que lanzó hace poco al también
debutante Cuarteto Casals con un disco de Arriaga ya comentado en estas
páginas (Noviembre 2003).
El Jerusalem Quartet está formado por cuatro jovencísimos músicos -el
mayor sólo tiene 26 años- con base en el Jerusalem Music Centre aunque
sólo uno de ellos naciera en la Ciudad Santa (los otros tres componentes
son rusos). Como ocurre casi siempre la formación fue vencedora en varios
concursos internacionales que servirían de trampolín para conseguir los
ansiados contratos discográficos. Desde entonces este cuarteto ha empezado
a dar giras por todo el mundo y actuado en lugares emblemáticos como el
Wigmore Hall o el Carnegie Hall.
El nuevo disco se centra en la figura de Haydn con tres de sus más famosos
cuartetos: el Op. 64 nº 5 “La Alondra”, el Op. 76 nº 2 “De
las Quintas” y el primero de los dos cuartetos Op. 77 “Lobkowitz”.
Programa coherente y bien elaborado en el que podemos encontrar desde el
jugueteo, inventiva y lirismo del primero hasta la intensidad y
profundidad del último que convierte a Haydn en precursor del universo
cuartetístico del último Beethoven.
El Jerusalem Quartet afronta las partituras sin complejos ni
agarrotamientos, dominio técnico y un ímpetu típicamente juvenil que
podemos escuchar, por ejemplo, en el “Vivace” final del cuarteto “Las
Quintas”. Es de agradecer el hecho de que no busquen únicamente
producir un sonido bonito y amable, algo que empobrecería cualquier
lectura. A veces muestran cierta tendencia a correr, algo que imaginamos
irán corrigiendo con el tiempo. Parece obvio que no podemos pedir a este
joven cuarteto el mismo grado de compenetración que encontramos en el
Alban Berg o el Tokyo donde las lecturas son siempre más reposadas y
fluidas pero su sinceridad, vigor y entusiasmo ayudan a que el disco se
escuche con sumo gusto.
Los movimientos de menor carga emocional como el famoso inicio de “La
alondra” o el “Menuetto” de “Las Quintas” son de lo mejor del
disco. A la zaga le anda el primer movimiento de este cuarteto, con sus
saltos de quintas, donde el Jerusalem, que busca dejar su propia impronta,
marca un tempo vertiginoso y arranca un sonido crudo y agreste tan
diferente a lo que hace el Tokyo String Quartet en este mismo movimiento.
En otros momentos de mayor profundidad como el conocido “Adagio” del Op.
77 no llegan a conseguir la introspección y expresividad de, por ejemplo,
el Alban Berg Quartett aunque, en conjunto, su interpretación resulte
convincente.
En definitiva, verdadero disco de presentación en sociedad del Jerusalem
Quartet que muestra más cosas positivas que negativas y representa los
primeros pasos de un cuarteto con un gran futuro por delante.
REFERENCIAS:
J. HAYDN: Cuarteto de cuerda en re mayor Op. 64 No. 5, ‘La Alondra’.
Cuarteto de cuerda en re menor, Op. 76 No. 2, ‘De las Quintas’.
Cuarteto de cuerda en Sol mayor, Op. 77 No. 1, ‘Lobkowitz’.
Jerusalem Quartet (Alexander Pavlovsky & Sergei Bresler, violines; Amichai
Grosz, viola; Kyril Zlotnikov, violoncello). HARMONIA MUNDI. HMC 901823.
Página web: www.harmoniamundi.com
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