Canto metafísico

Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum. 

Recital de Christian Gerhaher (barítono) y  Gerold Huber (piano). Obras de Franz Schubert y de Gustav Mahler. XII Ciclo de Lied. Teatro de la Zarzuela, Madrid, 28 de noviembre de 2005.

Gerhaher y Huber ofrecieron un recital sobrio y de líneas impecables, sin ningún artificio visible, sin trampa ni cartón. El criterio interpretativo fue la limpieza en su labor de mediadores entre las partituras y el público. El programa escogido fue redondo: los Lieder de Schubert y de Mahler señalan el principio y el final de la etapa plena del género. Las versiones escuchadas se fundaron en la fuerza del idealismo que es uno de los ingredientes más importantes de lo que constituye el legado que los clásicos dejaron a los románticos. Es un idealismo metafísico, que trasciende la materia en su anhelo de libertad y perfección. También hubo, desde luego, matices expresivos, pero muy medidos y sopesados, gobernados por el principio de naturalidad que impregnó todo el recital. Christian Gerhaher cantó con calidez, dicción perfecta, igualdad en los registros, sentido pleno de la melodía y absoluta seguridad, sin gestos de ningún tipo. El pianista, Gerold Huber, fue más histriónico y un poco más exuberante, dentro la convenida austeridad de la actuación. Su utilización de la dinámica más sutil, la construcción sonora de los acordes, el control de la resonancia y de los planos sonoros fueron alardes que dotaron a su participación de una sobrecogedora exquisitez, llena de magia y talento. A pesar de los contrastes, la compenetración entre los músicos fue total. La excelente calidad de ambos intérpretes estuvo igualada en una demostración de consumado equilibrio entre voz e instrumento, entre música y poesía. El recital fue bello, perfecto y emocionante.