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Doblete de Tomás Marco Por Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum.
Yo lo ví. Narración musical con proyecciones a modo de ópera virtual. Música y libreto de Tomás de Marco. Libreto elaborado sobre textos históricos, escritos y grabados de Goya y poemas de Leandro Fernández de Moratín, Juan Bautista Arriaza, Nicasio Gallego y Bernardo López García. Reparto: José María Amerise, Ofelia Sala, Jerónimo Marín. Dirección musical: Miguel Romea. Dirección del coro: Jordi Casas. Dirección de escena: Guillermo Heras. Diseño de vestuario: Ana Rodrigo. Realización de imágenes; Manuel Coronado. Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid. Encargo de la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid. Teatro Albéniz de Madrid, 20 y 21 de mayo de 2008. Segismundo. Soñar el sueño. Música y libreto de Tomás Marco. Libreto elaborado a partir de Calderón de la Barca, y textos de Platón, René Descartes y Alberto Lista. Intérpretes: David Azurza, Guillermo Amaya, Helena Dueñas, Jorge Merino. Conjunto instrumental. Director: José Luis Temes. Dirección escénica: Gustavo Tambascio. Escenografía y vestuario: Jesús Ruiz. Ciclo Operadhoy 2008. Teatro Albéniz. Madrid 23 de junio de 2008. Con pocas semanas de diferencia, el compositor Tomás Marco ha presentado en Madrid dos trabajos de teatro musical, muy distintos, pero en el mismo escenario del Teatro Albéniz. El primero fue anunciado como “una narración musical con proyecciones a la manera de una ópera virtual”. Se trata de un encargo de la Comunidad de Madrid inserto en los fastos conmemorativos del bicentenario del 2 de mayo. El punto de vista que el compositor y libretista adopta es el de Goya desde su exilio en Burdeos, y eso explica la abundancia de deslumbrantes proyecciones realizadas por distintos medios técnicos. Las imágenes resultan un poco confusas, como también los textos narrados y cantados que se entienden bastante poco. El espectáculo no tiene movimiento de escena que facilite su comprensión y se resuelve como un oratorio, con presencia de coro partido junto a la orquesta que dirigió con oficio Miguel Romea. A pesar del esfuerzo de los intérpretes, la pieza no convenció y se hizo larga. Poco después llegó Segismundo, una ópera estrenada el 2003 en Santander, pero que todavía no había sido vista en Madrid. En este caso sí que hubo gracia y comunicatividad. El reto de musicar a Calderón fue bien resuelto desde todos los puntos de vista: el libreto presenta una síntesis atrevida pero eficaz, los textos, bien conocidos y reforzados con una fina amplificación, son comprensibles, así como la acción y las intenciones musicales. La orquesta se reduce a un grupo bajo la experta dirección de Temes, formado por clarinete, chelo, percusión, sintetizador y electrónica. La partitura alterna entre páginas de cierta densidad con momentos incidentales donde la electrónica y la percusión subrayan con variados efectos la acción escénica. El elenco lo constituyen tres actores estupendos y algo broncos (Helena Dueñas, Guillermo Amaya y Jorge Merino), y un contratenor de timbre sugestivo (David Azruza). La dirección escénica de Tambascio está llena de fuerza y humor, mientras que la escenografía y el vestuario de Jesús Ruiz son magníficos y fascinantes. Poco importaron los descuidos técnicos de la iluminación, mal dirigida y sin aforar, frente al ingenio del montaje. Esta no tuvo nada que ver con la pieza anterior (en la que, por cierto, la iluminación fue exquisita). Aquí el público aplaudió calurosamente un trabajo ameno y lúcido. La ópera ha sigo grabada el sello discográfico Verso. José Luis Temes es, sin duda y desde hace lustros, el más genial, activo y apasionado divulgador de la música contemporánea española con estrenos, conciertos y discos. Las cifras cantan y hace poco ha presentado su disco número 76, una cifra verdaderamente impresionante. Obras son amores.
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