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Número 10º - Noviembre 2000


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LA DIGITACIÓN PIANÍSTICA (IV).

Por Rocío Cuenca Antón.
 
 Hola amigos, en el último artículo estuvimos viendo las características de cada dedo; en éste, nos encargaremos del estudio desde el punto de vista de la digitalización, de los distintos problemas pianísticos, así como de intentar darle una solución, en base al mencionado principio.

Al abordar el tema de la rapidez debemos de tener en cuenta la subordinación de ésta a la psicomotricidad, por la que una digitalización correlativa es más conveniente que una alterna o cruzada. Pero lo que realmente da buenos resultados es el uso combinado de ambas digitaciones.

El movimiento de traslación nos servirá en muchas ocasiones para evitar el paso del pulgar por debajo del anular; utilizando por tanto este tipo de cruzamiento en las escalas diatónicas, cromáticas, en los diseños arpegiados... En aquellos diseños en los que se termina con notas dobles, la digitación cruzada es realmente beneficiosa y cómoda debido al pequeño giro de la muñeca, junto con la estabilidad que le proporciona a la mano el terminar en notas dobles. En cambio, si terminamos en notas contiguas será más preferible emplear dos meñiques seguidos.

Tanto en las escalas como en arpegios, pianistas de la talla de Bussoni recomiendan la supresión del pulgar para obtener una mayor rapidez.

La correlación de los dedos que tiene lugar del meñique al pulgar es más natural que la inversa, como ejemplo destaca la forma en que tocamos las castañuelas. Los diseños en los que aparezcan notas alternas son más fáciles de realizar con una digitación correlativa que con una cruzada, ya que de por sí, la digitación cruzada representa una dificultad psicomotriz.

Al hablar del equilibrio de la mano debemos tener en cuenta la posición cerrada y la digitación variada.

Por posición cerrada entendemos aquella que reduce al máximo las aberturas de los ángulos interdigitales, dando lugar a un acercamiento entre el pulgar y el meñique, lo que favorece la estabilidad, control rítmico, fuerza sonora... Para conseguir la posición tenemos varios recursos a nuestro alcance:

- Aproximación de los dedos base (el pulgar y el meñique). Una aplicación frecuente se da en los diseños arpegiados en los que se provoca el empleo frecuente del pulgar como pivote de la mano, proyectando los dedos a uno y otro lado del pulgar. Muy usado también es, en los pasajes en que sea necesario, un legato en todas las voces, una mayor fuerza sonora... se presenta en la sucesión de notas dobles. De igual forma se evitarán los pulgares seguidos y el paso de 5 a 3. En aquellos casos en los que el legato en la sucesión de notas sonoras tenga una distancia interválica superior al intervalo de tercera, deberemos sacrificar la posición cerrada.

- Digitación cruzada: supresión de algunos de los dedos en beneficio de la reducción de las aberturas interdigitales. Suele originarse a menudo en el cruzamiento 1 - 5.

- Deslizamiento: es un recurso muy usado para tener una posición cerrada de la mano, utilizando entre teclas contiguas; los dedos que más lo suelen realizar son el pulgar y el meñique. Compositores como en el caso de Chopin, Ravel... llegaron a hacer de esta técnica un recurso compositivo.

- Repetición: es un recurso bastante empleado, generalmente por el meñique entre dos teclas no contiguas, lo que favorece evitar el empleo del anular. Tiene una fácil realización ya que la inercia de los ataques de los dedos anteriores es aprovechada por el brazo para efectuar el movimiento de traslación que permite repetir la nota.

- Un dedo sobre dos teclas: es un recurso bastante común, especialmente el realizado por el pulgar. Es bastante útil para evitar grandes aberturas interdigitales, lo que alteraría la posición de equilibrio de la mano. Al igual que sucede con el deslizamiento llega a convertirse en un recurso compositivo por parte de algunos compositores (Debussy, Ravel). También se da aunque en menor medida el uso del pulgar en dos teclas negras.

Por digitación variada entendemos aquella que tiene como principio evitar utilizar sólo los dedos que hay a un lado u otro del medio tomando éste como eje de la mano. Por tanto el objetivo a alcanzar será una digitación rica y equilibrada. Al hablar de este tipo de digitación hay que tener en cuenta dos principios fisiológicos:

- Cuanto más número de músculos intervienen en la ejecución de un pasaje, menor será el esfuerzo realizado por los mismos, con el posterior retraso del cansancio.

- Alternando los dedos en la ejecución de un determinado diseño, lograremos concentrar el peso lo más cerca posible del centro de gravedad (entendiéndose por éste el medio). A la hora de efectuar los trémolos será de especial importancia el eje de rotación, ya que a mayor rotación del brazo, más fácil realización y por tanto menor cansancio.

De igual modo la digitación variada nos servirá para evitar el empleo del mismo dedo a izquierda y derecha del pulgar; empleando así la alternancia de los dedos (3-1-2; 2-1-3). Con lo que el trabajo resulta mucho menos fatigoso y más ágil.

Pero donde la digitación variada tiene su gran palmarés es en el tema de las repeticiones, en sus distintas variantes. Así observamos por un lado las repeticiones sucesivas: donde el problema existente es de origen mecánico, ya que debemos conseguir que la tecla suba lo suficiente para que el martillo golpee de nuevo la cuerda. Este tipo de repeticiones son más fáciles de realizar (si van a una velocidad alta) si alternamos los dedos; éstos suelen utilizar de forma correlativa de meñique al pulgar o inversa. El pionero en utilizar esto como recurso compositivo fue Liszt; como contrapartida tenemos la pérdida del control dinámico y del contacto con la tecla. En repeticiones lentas por tanto, vendrá bien emplear el mismo dedo, o en aquellas que sean rápidas, que requieran una sonoridad suave.

A la hora de ver los dedos que intervienen en la serie, en principio evitaremos el meñique e incluso el pulgar. Si se trata de repeticiones de notas dobles o acordes, si una de las notas se repite debemos procurar cambiar de dedo para asegurar la sonoridad.

Por otro lugar tenemos las repeticiones alternas, las solemos encontrar en células de dos notas, mordentes, trinos... en este caso lo podemos realizar intercambiando los dedos o si no con los mismos, según las facultades de cada ejecutante.

En el caso de los trinos se pueden realizar con el mismo par de dedos, pero si es largo conviene que los intercambiemos, para evitar el cansancio... en este caso habrá de tener en cuenta la diferente longitud de estos.

Cambiando un poco con los horizontes hasta ahora llevados, vamos a analizar una solución pianística para los movimientos de abducción. Si nos vemos obligados a realizar este movimiento, recordaremos que consiste en el alejamiento de la mano (no lo confundamos con la flexión o extensión; sino miremos en artículos anteriores del mismo tema donde está debidamente explicado) del eje del cuerpo y su amplitud no superará los15º, como en el caso de las escalas, arpegios... así como en los movimientos de lateralidad de dedos... debemos intentar que el paso del pulgar sea después de tecla negra, intentar extender los dedos al máximo... pero además de ello contamos con dos movimientos que nos solucionarán, en cierta medida, la incómoda posición de la mano, a saber estos son:

- Manuación: ésta considera que la unidad no es el grupo de dedos, sino colocar la mano sobre un trozo considerado de diseño considerando todo él como un acorde. Una de las ventajas es que nos evitará el empleo de un mismo dedo con intercalación del pulgar a derecha o izquierda de éste, sustituyéndolo por la digitación cruzada. Otro recurso utilizado para evitar la abducción suele ser la repetición sucesiva del pulgar o del meñique.

- Trueque de los dedos base: consistiría en hacer un trueque (5 - 4 ó 1 - 2) con cruzamiento, ya que al ser el índice y el anular de mayor longitud esto hace que el movimiento sea más fácil. En el supuesto de que tengamos notas dobles donde no sea necesario hacer un legato, emplearemos los mismos dedos para evitar perder la posición.

A la hora de llevar a cabo los saltos, el movimiento que nos asegura su eficaz realización es el de prono-supinación. Este movimiento consiste en describir un arco semicircular en el plano perpendicular al teclado. Para realizarlo el movimiento que se realiza es el de pronosupinación con desplazamiento del antebrazo. Lo que se suele hacer es utilizar el pulgar y el meñique como pivote de la mano, lanzando los dedos por encima o debajo de ellos; en cualquier caso lo que se debe evitar es comenzar y terminar el salto con el mismo dedo. Con respeto a la capacidad de rebote de los dedos los más torpes son el pulgar y el meñique seguidos del índice y el anular, siendo el más propio el medio.

Las diferencias individuales de cada mano no tienen diferencias directas sobre la digitación pero sí sobre su rapidez... Lo que realmente influye, aparte de la lógica aparente (longitud y grosor de los dedos), es la musculación en cuanto a su fuerza, localización...

Hay que tener en cuenta que las aberturas interdigitales son independientes de la dimensión de la mano, si estás no están lo suficientemente ampliadas disponemos de una serie de ejercicios que nos ayudarán a tal propósito.

Es interesante una buena abertura entre el pulgar y el meñique para abarcar con total eficacia el intervalo de octava. De igual modo, también resultará interesante la abertura existente entre los dedos índice y meñique ya que estos pueden llegar a alcanzar intervalos de séptima. En el caso del intervalo de octava, la digitación irá en función de la abertura de octava que pueda darse entre el pulgar y los dedos medio e índice. La longitud relativa del pulgar es importante ya que cuando es corta provoca un empeoramiento de las posibilidades dinámicas y de rapidez, por lo que el paso del pulgar presenta una mayor dificultad. En cambio adquiere su máxima expresión el trueque de los dedos base. Los dedos excesivamente gruesos tienen problemas para atacar determinadas notas que resultan topográficamente difíciles como contrapartida presentan una sonoridad más bella y una mayor rapidez.

Acabamos de mencionar la palabra topografía, la cual nos disponemos a explicar ahora. Al hablar de topografía hacemos referencia a la conformación del teclado.

Este se nos presenta de la siguiente forma:

- teclas negras: más estrechas, alejadas del pianista y en un plano superior al de las blancas.

- teclas blancas: con una parte superior de más difícil acceso.


A ello tenemos que añadirle la gran diversidad en lo referente a la longitud y grosor de los dedos.

Una de las primeras dificultades que se presentan es a la hora de atacar una tecla blanca por la parte superior, ya que en esta zona la tecla funciona como una palanca haciéndose más pesada... el dedo más apropiado en este caso es el índice siendo el menos satisfactorio el medio. El ataque por salto a una tecla negra, también se nos presenta conflictivo debido a su estrechez, por lo que los dedos medio y anular resultan más seguros que el meñique debido a su mayor longitud y grosor. Hay ocasiones en las que obtenemos un cruzamiento sensitivo, es decir, en aquellos momentos en que el cruzamiento realizado por causas topográficas coinciden con la mayor tensión armónica.

Cambiando de tema abordaremos ahora la noción de ángulo de cuerpo. Por este entendemos la línea recta que forman el antebrazo y la mano, lo que genera un ángulo variante un ángulo variante con respecto a las distintas zonas del teclado. Por lo tanto lo que interesa es ajustar la digitación según el ángulo del cuerpo para no romper la línea recta ideal antebrazo - mano. Cuando tengamos que realizar acordes en la región grave con la mano derecha o en la aguda con la mano izquierda, tenemos que tener en cuenta la posibilidad de emplear en una nota intermedia del acorde.

Bueno amigos, hasta aquí llega nuestro artículo. En el próximo daremos ya los toques finales a este tema. Hasta entonces, feliz mes.

Bibliografía:

- NIETO, A.: La digitación pianistica. Mira editores. Colección: Mater Música. Distribuido por Editorial Boileau. Tel-Fax 93 2155334 E-mail: boileau@cambrabcn.es Página web: http://www.cambrabcn.es/boileau

Nota del editor: De especial interés es este libro que se cita (Albert Nieto) por su gran valor pedagógico y su amplia cantidad de ejemplos. Lo recomendamos como imprescindible en la biblioteca del pianista. Éste artículo y los anteriores a éste, publicados por Rocío sobre digitación en esta revista, se pueden considerar una síntesis muy personal de éste magnífico libro.