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Número 11º - Diciembre 2000


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ENTREVISTA A DAVID LIVELY

Por Daniel Mateos Moreno, Anuska Requena Gazvoda .


 
David Lively.

Entrevista realizada al finalizar un concierto ofrecido por Lively en Málaga.

¿Cuál es su opinión sobre la orquesta Ciudad de Málaga?
Muchas gracias por su pregunta, ya que me gustaría decir que aunque se trata de una orquesta joven (creo que tiene sólo 10 años), descubrí una orquesta que trabaja con gran seriedad y que realmente suena a orquesta. Esto se ha conseguido sólo con 10 años de trabajo y creo que con Rahbari continuará la marcha ascendente de esta orquesta.

¿Qué compositor prefiere tocar, cuál es su especialidad?
Son dos preguntas diferentes. El compositor que más me gusta trabajar es el compositor que trabajo en ese momento. Antes de ayer fue Ravel y hoy es Furtwangler ya que tengo que tocar su concierto en Alemania dentro de una semana. Esta pieza nunca se ha hecho y es fantástica, de una hora de duración. Es una pieza que suena como una mezcla entre Bruckner y Mahler.

La pieza que toco es la que más me interesa, sin embargo, intento apartarme de especialidad, ya que me gusta descubrir nuevos compositores y desarrollarme musicalmente trabajando cuanto más piezas mejor. Mi repertorio es muy completo: desde el renacimiento con piezas para virginal, hasta la actualidad de Elliott Carter o piezas que me dedican algunos compositores.
Fui a Francia estudiar porque estaba atraído por la música francesa en aquel momento, pero actualmente no es así.

¿Qué orquesta y qué director recuerda con más cariño?
La orquesta de Cleveland porque pueden hacer cualquier cosa: estábamos tocando el concierto de Tchaikowsky, y en los pizzicatos en la primera línea antes de la entrada del piano, me sorprendió muchísimo el sonido de esta orquesta ya que parecían un sólo instrumento tocando. Casi olvidé lo que tenía que hacer, ya que me quedé expectante escuchándoles.
El director que más se compenetró conmigo fue Erich Leinsdorf. Había total coincidencia de criterios entre los dos. Precisamente hubo un concierto que nunca olvidaré porque su batuta estaba "danzando", y estábamos totalmente improvisando juntos con la orquesta. Esto fue una sensación increíble que nunca había tenido.

¿Qué pianista admira especialmente?
Debo decir que Claudio Arrau, ya que, además, he estudiado con él. Su objetivo era una continua búsqueda de la verdad. Incluso ahora cuanto más lo escucho, más lo entiendo y entiendo qué intentaba hacer. Él era totalmente sincero, intentando expresarse él mismo y a la vez al compositor. Es un magnífico ejemplo para todos nosotros: no podemos dejar que las cosas transcurran solas sin intentar una búsqueda constante de la verdad.
Gracias a Arrau comprendí el respeto que debemos procesar a la partitura y a los símbolos que escribe el compositor, ya que según cada compositor, esos símbolos tienen un significado particular. Hay que leer y entender la partitura y preguntarnos por qué el compositor escribió eso y no algo diferente, y a la vez imprimir nuestro propio carácter personal.

¿Qué es música para usted?
Música es una necesidad para mí. No puedo decir qué es música porque es algo exterior a mí. Yo empecé a tocar el piano con 5 años, no recuerdo nada anterior a eso. Para mí es una manera de expresarme, una manera de escapar de la realidad, un modo de comunicación... son muchas cosas a la vez.

¿Cuál es su opinión sobre la interpretación actual? ¿Existen en la actualidad intérpretes de la talla y el carácter de los antiguos Rubinstein, Horowitz, Rachmaninoff, etc.?
Una buena pregunta. Hay grandes pianistas en la actualidad, pero creo que cada gran artista pertenece a un tiempo, a una época o contexto necesario para comprenderlo. Los pianistas que me nombra eran también compositores y pianistas. Creo que cada pianista, cada persona, tiene su propio mensaje que transmitir. No hay que intentar comunicar un mensaje, sino hacerlo simplemente. Cada personalidad se vuelve real en la sala de conciertos. Me preguntaría llegado a este punto... ¿existe una manera más estandarizada en la actualidad? Es posible que ahora no haya tantas escuelas como hace algunos años debido a los avances continuos y las mezclas. Las orquestas actuales tienen un sonido parecido, mientras que antiguamente cada orquesta tenía su propio sonido característico: un sonido italiano, ruso, americano, inglés, etc. Todos los músicos viajan tanto que hay un mestizaje musical. ¿Es bueno o malo? Aún con todo lo anterior, creo que la individualidad sale a la luz en cualquier caso.

¿Qué escuela de piano consideraría la mejor en la actualidad?
Yo estuve de jurado en el concurso Reina Elisabeth hace un año y medio, y estuve realmente sorprendido de comprobar de que aún existe una gran y fuerte escuela: la escuela rusa. Las otras escuelas que existen en la actualidad no son escuelas para mí, ya que no exigen al intérprete un color estándar específico. La escuela rusa sí lo hace. La verdad es que me sorprendió muchísimo este hecho ya que pensaba que en la actualidad no sería posible conservar ninguna escuela; de hecho, aparte de la escuela rusa, no creo en la existencia de ninguna otra que sobreviva.

¿Cuál es su opinión sobre los compositores actuales? ¿Por qué el público prefiere los conciertos con música de otros siglos?
Porque esa música es más fácil.
¿Más fácil de comprender?
Para entenderla realmente, no es en absoluto más fácil. Es más fácil de escuchar. La audiencia actual está muy atraída por una manera pasiva de escuchar: no quieren hacer ningún esfuerzo. Esto ocurre en todos los campos: en ópera, en teatro, etc. El público quiere que las cosas sean fáciles, y la música no es nunca fácil. Escuchar a Vivaldi es en cualquier caso más fácil que escuchar a Luciano Berio, porque Berio te obliga a formar parte de la obra; sin embargo, Vivaldi ya es parte de nosotros: en cualquier supermercado escuchamos la música de Vivaldi. El arte verdadera demanda una participación del expectador, es esencial. El arte o la belleza que se presenta inmediatamente y sin necesidad de esfuerzo para el expectador es arte superficial, no contiene un mensaje profundo. El arte profundo también puede ser atrayente de manera inmediata, pero no suele ocurrir siempre. Nosotros estamos constantemente escuchando música; por ejemplo, ahora mismo -en el momento de realizar la entrevista- suena música de fondo que ni escuchamos (pero sí oímos). Cuando el público va a escuchar un concierto después de un día de trabajo, no quiere hacer un esfuerzo, quiere recibir algo fácil. Esa es para mí la mejor explicación.

¿Qué importante objetivo trata de transmitir a sus alumnos?
Hay tantas cosas importantes... tengo que empezar con todos mis estudiantes en el "cómo" hacer un sonido. Desde ahí, paso a paso, llegamos a cómo interpretar una pieza. Cada paso necesita muchas cosas que comprender. Desde la producción del sonido a la interpretación también hay cosas de las que no hemos hablado: la comunicación de nuestra relación con la pieza, lo que la pieza nos dice a nosotros. No es suficiente ser un buen estudiante; se debe, y quizás sea esto lo más importante, captar a la audiencia y convencerla de lo que tú consideras más importantes en la pieza y por qué la pieza te hace sentir esos sentimientos.

¿Entonces... el pianista debe tocar para la audiencia o por la belleza del arte?
-Lively bromea: ¿traíais escrita esa pregunta?- Ambas cosas. No estás tocando en tu cuarto, estás tocando en público, así que eso es comunicación: estás recibiendo y transmitiendo cosas a la audiencia. Debes intentar crear magia, magia que recibes de la música, y hacer sentir al público esa magia.

¿No cree que de esa manera podríamos dejarnos llevar y hacer concesiones al público?
Es tu propia responsabilidad ser correcto musicalmente. Puede que haya gente que no tenga este sentido de responsabilidad, y si a la audiencia le gusta, es su propia decisión. Personalmente no puedo sentirme como una estrella del Pop, dándole a la audiencia todo lo que pide... pero, de todas formas, esto es una opinión individual.

¿Por qué cree usted que la música de compositores norteamericanos tiene tanta aceptación en la actualidad?
No creo que la escuela de composición americana sea la mejor. Al contrario, diría que más bien existe una especie de alienación de la audiencia. Gente como Eliott Carter tiene el coraje de producir música interesante para la actualidad y el futuro; otros muchos compositores norteamericanos componen música para que sea fácil de escuchar. Esta consideración de hacer las cosas fáciles para la audiencia, la orquesta o el intérprete, no debería existir bajo mi opinión.

¿A la hora de tocar una pieza que nunca ha oído, qué pasos sigue?
Toco de la primera nota a la última para intentar adquirir un sentido de la dirección de la pieza y entender por qué la pieza ha sido escrita, por qué el compositor ha hecho un esfuerzo para crear esta pieza. Entonces, intento asimilar la pieza y ver qué efecto debo producir.

¿De cuál de todas sus grabaciones está más satisfecho?
Estoy muy contento con mi tercer concierto grabado con el maestro Rahbari. Sin embargo, no suelo escuchar mis propias grabaciones. Cuando lo hago, me doy más cuenta de lo que no he alcanzado que de lo ya conseguido: es como mirarse en un espejo. No es la ocupación más convincente. Nunca estoy muy contento con las grabaciones, porque pienso que la música debe ser un hecho espontáneo, y eso quiere decir tener una audiencia y una comunión entre el intérprete, el compositor y la audiencia. Cuando usamos el CD, o un archivo por internet, o una cinta de casette, estamos bloqueando la comunicación que realmente podría existir.

¿Qué le recomendaría a un joven pianista?
Si su familia no tiene grandes relaciones en el mundo de la música, o si su familia no es muy rica y no puede permitirse el pagar un concierto en el Carnegie Hall, creo que los concursos son una buena posibilidad de establecer contacto con gente del mundo de la música: agentes, organizadores de conciertos, directores de orquesta... y de esa manera hacerte conocido.

¿Cuáles son sus futuras grabaciones o conciertos?
Tal y como dije antes, el concierto de Furtwangler. Voy a tocar y profundizar en el arte de la fuga de Bach, incluyendo un recital que voy a dar en Las Palmas en un par de meses. Enseñar también es un gran objetivo personal.

¿Por qué decidió dar clases de piano en Europa siendo usted americano?
Simplemente porque fui invitado a dar clases en Europa y no en américa. Pero estoy muy contento de estar en Viena ya que es una capital muy rica en todos los sentidos -se sonríe y arguye que no habla pecunariamente-. Allí hay muchas posibilidades y una gran diversidad... se trata de una capital mundial de la música. Gente de todo el mundo y especialmente de centro europa tienen muchos deseos de mejorar y estudiar y eso hace que mi trabajo sea muy satisfactorio.

Gracias por todo, ha sido un placer realizar esta entrevista.