Revista mensual de publicación en Internet
Número 14º - Marzo 2.001


Secciones: 
Portada
Archivo
Editorial
Quiénes somos
Entrevistas
Artículos
El lector opina
Crítica discos
Web del mes
Midi del mes 
Tablón anuncios
Suscribir
Buscar
 

 

ENTREVISTA A STEPHANIE CAMBIER.

Entrevista realizada por Daniel Mateos.



Este mes hemos realizado una entrevista a la pianista belga Stefanie Cambier, alumna de Cortot, Fischer y Del Pueyo, y conocedora de Rubinstein, Rachmaninoff y otros pianistas. A pesar de su avanzada edad demuestra que posee un alma joven y activa, como podrá comprobar el lector. Para introducir al lector en la entrevista, creo conveniente incluir algunas notas que han aparecido en periódicos sobre su manera de interpretar (traducidas al español):

Bélgica: "La Lanterne".
En el concierto en la mayor K.488 de Mozart, Stéphanie Cambier puso de manifiesto las cualidades por las cuales se le había apreciado anteriormente, es decir: una técnica depurada, fluida y uniforme, y un sentimiento musical poético y sutil.

Bélgica: "Le Peuple".
Stéphanie Cambier ha dado muestras deslumbrantes de talento, flexibilidad y comprensión musical. Su estilo es preciso, impecable, colorista, impregnado de una distinción perfecta. Toda ella es sensbilidad exquisita, expresión delicada y emocionante.

Francia (París): "France réelle".
Stéphanie Cambier sabe interpretar exquisitamente a Mozart: se halla en posesión de una técnica flexible, perfecta, clara, precisa, notablemente musical siempre. Es una artista que debe volver a nuestra capital, donde estará segura de hallar un nutrido grupo de entusiastas admiradores.

Alemania (Stuttgart): "Stuttgart Zeitung".
Stéphanie Cambier posee un talento de los más refinados, compuesto de una gran sutileza en la pulsación, de matices ricos y variados y de una sensibilidad siempre exacta. Su técnica perfecta le permite dar a sus diversas obras la interpretación que desea, llenándolas de encanto.

Alemania (Luxemburgo): "Luxemburger Wort".
Stéphanie Cambier toca con una comprensión infinita y una facilidad desconcertante. Su pulsación es ligera, fina y sin embargo enérgica. Otra de sus grandes cualidades es la facilidad con que adapta su interpretación al clima musical de sus obras, incluso en las que son diametralmente opuestas.

Suiza: "Lucerna".
Temperamento musical extremadamente rico, sensibilidad refinada, inteligencia aguda y sutil, y una comprensión profunda e instructiva, son las acaracterísticas de Stéphanie Cambier.

Egipto (El Cairo): "Al Aharam".
Stéphanie Cambier posee un temperamento de artista, extremadamente variado según el repertorio, una inteligencia sutil, una comprensión excepcionalmente profunda de la música y una sensibilidad especial para Albéniz, Granados y Manuel de Falla. Ha sido una interpretación brillante y de un fervor extraordinario. Stéphanie Cambier nos llevó al mismísimo corazón de España.

Kinshasa (Léopoldville): "Le courrier d’Afrique".
Stéphanie Cambier nos hizo notar que está en posesión de aquella perfección, aquella serenidad del arte, que fue la medida suprema según Paul Valéry. A todos los que tuvieron el privilegio de oírla, esta artista consumada dejará un recuerdo inovidable.

 

¿Existía alguna tradición musical en su familia?
Ningún profesional, pero todos eran buenos músicos.
Mi madre tocaba el piano; con ella di mis primeros pasos. Con 4 años ya tocaba muchas cosas a cuatro manos acompañada por ella: Sonatina de Diabelli, marcha militar de Schubert, etc.
Mi padre tocaba el violín, no como profesional, pero lo hacía muy bien. Tocaba en un violín comprado en Cremona. La hermana de mi madre cantaba.
De manera que no había una sola reunión de familia en la que alguien no se pusiera a tocar el piano.

¿A qué edad empezó a tocar el piano?
Con dos años y medio. Todo lo que escuchaba lo podía tocar al piano.

¿Cuándo tuvo claro que iba a dedicarse al piano?
Desde el principio, ya que para mí, cuando era pequeña, había dos clases de personas: las personas buenas, que tenían un piano, y la mala gente que no tenía piano. Cuando habíamos estado de visita y mi padre comentaba: "han sido muy amables, ha sido una visita muy cordial", yo respondía: "¡No, por dios, si no tenían piano en casa!".
El piano ha sido siempre "mi locura".

Háblenos de qué profesores le han dejado huella y por qué.
Mi primera profesora me ha dejado huella "física" ya que me pegaba en la mano cuando ponía el pulgar sobre las notas negras; antiguamente no se podía.
Más adelante, en el conservatorio de mi ciudad, tuve un buen profesor: Guillaume Von Bat. Durante la guerra se fue a América como profesor de piano a la universidad de Pittsburgh y ya no volvió.
Más tarde, accedí al conservatorio de Bruselas. Estas pruebas de acceso eran bastante duras ya que yo quería dar clases con los profesores herederos de la escuela de Liszt, como Arthur Degrev (uno de los últimos alumnos de Liszt, como Marie Jael, Emil Sauer, etc.). Conseguí entrar y recibí clases de Emil Bosquet.

Posteriormente recuerdo con mucho cariño a Edwin Fischer. Trabajé durante 3 años con él. Lo que más me gustaba de él era su musicalidad, además de ser alguien muy humano. Tenía una visión de los preludios y fuga de Bach (que ha grabado) muy diferente a la de Gould. En Europa tocaba muchísimo por aquella época.
También trabajé intensamente con Alfred Cortot. Alfred Cortot me hacía llorar, me emocionaba, con 7 u 8 años, cuando le escuchaba tocar Chopin. Casi me desmayaba al escucharlo.

La manera de tocar de Alfred Cortot era única; su manera de expresarse también. Todo lo decía con metáforas, había que hacer un esfuerzo para entenderlo. La primera vez que fui a tocar a su casa hacía un frío horroroso en París, y yo acababa de tocar la primera balada de Chopin. De repente se levantó y dijo: "Bueno, ahora, vamos a abrir la ventana". Y se levantó dirigiéndose a la ventana, pero no la abrió... entre tanto yo pensaba: "¿está loco? ¡Nos vamos a congelar!". En realidad lo que quería decir es: "vamos a tocar esto con más libertad".

Cortot no sólo corregía la interpretación sino también la técnica. Sobre todo los estudios de Chopin. Aún recuerdo sus indicaciones sobre el estudio Revolucionario: muchos alumnos lo tocaban moviendo la mano inútilmente y sin dar el acento correspondiente. Si se estudia bien los dedos van solos. Era partidario de articular lo menos posible los dedos.

También recibí muchas clases de Eduardo del Pueyo, aunque esto tuvo su polémica, ya que en el Conservatorio de Bruselas estaba prohibido compaginar los estudios con un profesor oficial a la vez que recibir clases de profesores particulares. Eduardo del Pueyo me ha ayudado muchísimo con la música española. Su estilo es diferente al de Alicia de Larrocha, con una técnica sólida también. Alicia de Larrocha tiene un estilo más "español", pero Eduardo del Pueyo era más "cerebral" y tocaba la música de una manera muy meditada e inteligente.

¿Cuáles son sus ídolos en el piano?
Aparte de mis profesores, también: Wilhelm Kempff, Claudio Arrau, Rachmaninoff, Richter, Alicia de Larrocha, Walter Gieseking, etc.
Además recuerdo que Rachmaninoff tocó mucho en Bruselas en el 38 (se refiere a 1938).

¿Se considera especialista en algún tipo de repertorio?
No, porque toco todo tipo de repertorio. Sin embargo, disfruto especialmente con el clasicismo y el impresionismo: Mozart, Beethoven, Debussy, Ravel, Faurè, etc. También me atraen especialmente Schubert, Chopin y Schumann. En realidad me gusta cualquier obra que sea interesante musicalmente hablando, el estilo es lo de menos. ¡También me gustan tus composiciones! (aludiendo al entrevistador, el cual había aprovechado para tocar a la entrevistada algunas composiciones antes de realizar la entrevista).

En la actualidad, ¿hacia dónde ha evolucionado la interpretación pianística? ¿Qué diferencias observa entre los pianistas de ahora y los de hace un siglo?
Es difícil de decir. Yo actualmente lo veo todo desde un punto de vista diferente a cuando era joven. Sin embargo, en la actualidad veo que las interpretaciones son mucho menos musicales: la música moderna a veces es un poco "bruta", trata al piano como un instrumento de percusión o rítmico y pierde el calor del sonido típico, dando más importancia al "ruido" y a la técnica que a otras características.

¿Cree usted que los famosos pianistas actuales están al nivel de los Prokofiev, Rachmaninoff, Rubinstein, Horowitz, que usted conoció?
Actualmente hay otra concepción diferente de la música. Técnicamente son igual de buenos, pero ven la música desde otro punto de vista, quizá un punto de vista más "moderno". El repertorio que tocan también es diferente. Una grabación de Rubinstein tocando un concierto de Rachmaninoff es buena, al igual que lo es una de Ashkenazy.

Usted lleva ya bastante tiempo en España. ¿Qué diferencias ha visto entre los pianistas de aquí y los del resto de Europa?
Durante muchos años España ha estado aislada de Europa. Los pianistas españoles que destacaban lo hacían en el extranjero (en París sobre todo). Supongo que se trataba de algo político. Cuando llegué la primera vez a España, había muy poca vida musical, no había buenas escuelas de música como ahora existen. La vida musical en Bélgica y en Alemania no tenía ni punto de comparación con España.

¿Cree usted que han cambiado las cosas en España?
Sí, por supuesto. Aunque aún muchos buenos pianistas tienen que viajar al extranjero para poder destacar o para estudiar otra técnica.

¿Entonces es imprescindible salir de este país para poder destacar?
La verdad es que viajar al extranjero abre los horizontes. Sin embargo, también se puede tocar muy bien un repertorio sin moverse uno de su casa.

¿A qué cree usted que se debe que aún en España no tengamos ese nivel cultural-musical que hay en otros países de Europa?
En vez de "matarse" por política u otros aspectos, deberían preocuparse más de la música y de la cultura. Aquí mucha gente pierde su tiempo discutiendo tonterías. Hay muchas envidias.

¿Por qué eligió tener como residencia España cuando en Bruselas o París hubiera tenido muchísimo más éxito como pianista y mucha más repercusión?
Esto no fue decisión mía, fue decisión de mi marido. Él había pasado por aquí dando giras de conciertos y le gustó mucho España. Nosotros pensamos que era importante aprender aquí el español para hacer giras de conciertos por América del Sur.

¿Se arrepiente usted en algún momento de haberse quedado en España?
En realidad no me arrepiento de nada; lo único que a veces pienso es que tuve la posibilidad de entrar como profesora en el conservatorio más importante de Bruselas, con todo el apoyo del director, y lo rechacé por quedarme aquí en España. En España empezaba a haber buenos conciertos y posibilidades de tocar en muchos sitios, a la vez que mucha paz y tranquilidad, ¡y un buen clima!. Habíamos hecho muchas giras y queríamos estar "tranquilos".

¿Qué querría que sus alumnos recordaran de usted?
Yo querría que recordaran mis deseos por inculcar una técnica clara, sencilla, sin movimientos innecesarios, para traducir lo mejor posible la expresión de la música. Sin buena técnica no se puede expresar adecuadamente el mensaje. Para mí es muy importante la musicalidad apoyada en una técnica sólida.

¿Qué escuelas ha conocido y destacaría sobre las demás?
Especialmente me gustaban los pianistas descendientes de la Escuela de Liszt. También los alumnos de Busoni: era un gran maestro de música; enseñaba la manera "Perlé" de tocar con los dedos iguales y muy cerca de las notas, para así conseguir más rapidez e igualdad, rompiendo con la moda que existía en aquella época de usar una gran articulación.

¿Hay algún compositor que haya conocido en persona y le haya dejado huella?
Sí, Oscar Esplá. Era muy amigo de mi suegro. También recuerdo con cariño a Jean Absil y Marcel Poot, Joseph Jongen, etc.

¿Recuerda alguna anécdota especial que le haya dejado huella?
Bueno, tengo muchísimas. Algo que recuerdo muy bien fue una vez que me encontré con Rubinstein aquí en España y le dije: "qué suerte tiene de vivir aquí, con este clima y con esa paz para descansar"... y me faltó por decir "a su edad" -Rubinstein tendría ya unos 80 años-. Él dijo: "¡¡Mi señora!! ¿¿¿Descansar???". Le respondí: "pero no me diga que a su edad usted trabaja...". Y entonces movió simbólicamente el cuarto dedo de las dos manos, a lo que yo dije: "¿Todavía le da problemas su cuarto dedo?" Y respondió: "¡¡¡Toda la vida!!!".

De los discos que ha grabado para la casa COLUMBIA, ¿se encuentra satisfecha?
No, porque fue durante la guerra y el sonido de las grabaciones no está muy conseguido. Algunas obras sí quedaron muy bien, aunque el sonido es bastante feo en comparación con los CD’s actuales.

En su carrera para el piano, ¿ha dado clases en algún conservatorio?
Sí, trabajé en Bélgica durante un tiempo.

¿Cuál es el fallo más común que observa en sus alumnos?
La falta de curiosidad. Hay muchos que estudian la música por estudiar simplemente, no hacen de ello una vocación, una vida. Muchos me preguntan: ¿Usted no se jubila?. Pero cómo me voy a jubilar, ¿cuándo se ha visto que un pintor, un escritor... se jubilen? Normalmente trabajan hasta el fin de su vida, porque en realidad no es trabajo; cuando algo es una vocación no es trabajo. Soy más feliz cuando no tengo a la familia alrededor para distraerme y puedo pasar un domingo tranquilo en casa tocando música y escuchando en la radio música clásica.

¿Qué le recomendaría usted a los jóvenes pianistas que intentan abrirse paso?
Estudiar y, sobre todo, hacerlo continuadamente y con mucha fuerza de voluntad. Y también, luchar, afán de lucha.

¿Está usted satisfecha de su vida, de sus conciertos, de cómo ha criado a sus hijos, etc.? ¿O hay algo que usted hubiera preferido cambiar?
Sí, claro que hay cosas; pero en la vida hay muchas cosas que son independientes de lo que uno pueda hacer; son tal y como son y a veces no se pueden cambiar. Muchas veces es difícil elegir un camino cuando se presentan varias posibilidades, aunque nunca se puede saber si realmente es el correcto, incluso habiendo pasado mucho tiempo.