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DOS AÑOS SIN ALFREDO KRAUS Por Asier Vallejo Ugarte. Estudiante de piano.
Es una lástima que el ser humano sea mortal por
naturaleza, y también lo es que cuando el hombre desaparece la voz se
vaya con él. Este mes van a cumplirse dos años de que la única opción
posible de escuchar la voz de Alfredo Kraus en vivo y en directo
desapareciese definitivamente. El 10 de septiembre de 1.999 el tenor
canario se reunió con su mujer Rosa, fallecida dos años atrás. UNA
SÓLIDA PREPARACIÓN
Casi más de siete décadas antes, Alfredo Kraus nació en Las
Palmas de Gran Canaria, hijo de padre austríaco y madre española. Formó
parte de un coro escolar desde los ocho años hasta que le cambió la voz;
a partir de entonces no descuidaría sus estudios musicales, incluso
mientras cursaba los estudios de ingeniería industrial, por voluntad de
su padre. Hasta 1.956, el joven canario se dedicó a llevar a cabo una
cuidada y acertada preparación musical en Madrid, Barcelona y Milán,
donde conoció a Mercedes Llopart, soprano ya retirada que ayudó al tenor
a preparar el Concurso Internacional de Ginebra, del que se proclamó
vencedor. Fue entonces cuando, en el citado año de 1.956, se produjo el
debut operístico de Alfredo Kraus, cantando Rigoletto en El Cairo. El
papel del Duque de Mantua sería a partir de entonces uno de sus más célebres
encarnaciones. A partir de ese feliz debut, los empresarios españoles e
italianos empezaron a mostrar interés por una voz prometedora, fresca,
limpia, de exquisito fraseo y, por qué no decirlo, muy barata. Así, se
presentó en Turín, Sevilla, Madrid, Bilbao, Londres, Roma… hasta que
llegara en 1.958 la envidiable oportunidad de cantar “La Traviata” en
el Sao Carlos de Lisboa junto a Maria Callas, nada menos. A continuación,
Alfredo Kraus debutaría en dos de los templos sagrados de la ópera: en
el Covent Garden de Londres (“Lucia de Lammermoor” de Donizetti, en
1.959) y en la Scala de Milán (“La Sonnambula” de Bellini, en 1.960),
con una joven Renata Scotto. En tan sólo cuatro años, en tenor canario
era ya una de las voces más importantes del momento, a pesar de los
nombres propios que se hallaban en los momentos cumbre de sus carreras
(Mario del Mónaco, Giuseppe de Stefano o Franco Corelli, entre otros).
Desgraciadamente, tras cuarenta años de aquellas históricas
representaciones, lo único que queda es la memoria para los más
veteranos, y escritos y grabaciones para los que lo son menos.
UNA
VOZ
INMORTAL
UN
REPERTORIO SELECTO
Como ya hemos dicho, una de las grandes virtudes del tenor canario
era que conocía las limitaciones de su voz, y es por ello que su
repertorio es también, en cierto modo, limitado. Siempre insistió en que
no creía tener asignaturas pendientes en cuanto al repertorio se refería,
pero le hubiera gustado cantar roles muy queridos por el público, como
Calaf (de “Turandot”) o Manrico (de “Il Trovatore). Afortunadamente,
se dejó guiar por su sabiduría y LOS
TESOROS DE SU DISCOGRAFÍA Amplia, sí; llena de tesoros, también; pero hay algo que poca gente ha logrado comprender: el vacío discográfico surgido desde 1.966 hasta 1.977, un silencio que ha privado a muchos de conocer la supuesta mejor época del tenor, en la que se unieron la frescura de su voz y la madurez intelectual para conmover al gran público. Suerte que siempre han existido las grabaciones “pirata” para estos casos (como la magistral “Linda di Chamounix, insuperable).
Dejemos de lado ese vacío, ya que su justificación tendrá, y
adentrémonos en su discografía “oficial”. Alfredo Kraus llevó al
disco la mayor parte de su repertorio, tanto operístico como zarzuelístico,
V.
BELLINI: “I Puritani” A. Kraus, M. Caballé, M. Manuguerra Orquesta Philarmonia. Ambrosian Opera Chorus R. Muti EMI (1.979) D. DONIZETTI: “La Fille du Régiment” A.
Kraus, J. Anderson, M. Trempon Orquesta y Coro de la Opera de París B. Campanella EMI (1.986) D. DONIZETTI: “Lucia de Lamermoor” A.
Kraus, E. Gruberova, R. Bruson Orquesta y Coro Philarmonia N. Rescigno EMI (1.984) D.
DONIZETTI: “Linda di Chamounix” A. Kraus, M. Rinaldi, E. Zilio, E. Dara, R. Bruson Orquesta y Coro de la Scala de Milán G. Gavazzeni LEGATO (1.972) E. F. GOUNOND: “Romeo y Julieta” A. Kraus, C. Melfitano, G. Quilico, J. Van Dam, G. Bacquier Orquesta y Coro del Capitole de Toulouse M.
Plasson EMI (1.983) J.
MASSENET: “Manon” A. Kraus, I. Cotrubas, G. Quilico, J. Van Dam Orquesta y Coro del Capitole de Toulouse M.
Plasson EMI (1.982) J.
MASSENET: “Werther” A. Kraus, T. Troyanos, M. Manuguerra Orquesta Filarmónica de Londres M. Plasson EMI (1.979) G. VERDI: “Rigoletto” A. Kraus, A. Moffo, R. Merril, R. Elias, E. Flagello Orquesta y Coro de la RCA italiana Sir G. Solti RCA (1.963) G.
VERDI: “Rigoletto” A.
Kraus, R. Scotto, E. Bastianini, F. Cossoto, I. Vinco Orquesta y Coro del Maggio Musicale Fiorentino G. Gavazzeni RICORDI (1.960) G. VERDI: “La Traviata” A. Kraus, M. Callas, M. Sereni Orquesta Sinfónica y Coro del Teatro Sao Carlos de Lisboa F. Ghione EMI (1.958) G. VERDI: “La Traviata” A.
Kraus, R. Scotto, R. Bruson Orquesta Philarmonia. Ambrosian Opera Chorus R. Muti EMI (1.981) EL
ADIOS Fue en 1.997, cuando el fallecimiento de Rosa, la mujer de Kraus, puso en peligro la carrera del tenor. El jarro de agua fría cayó sobre todos los aficionados al belcanto (expresión que, por cierto, extendía Kraus a toda la música bella); pero el tenor canario demostró por qué es uno de los grandes, y reapareció tiempo después en el Teatro Real de Madrid, con nada más y nada menos que con el “Pour mon áme” de “La Fille du Regiment”, el aria de los nueve dos de pecho. A partir de entonces, cada recital del tenor se convertiría en un momento histórico, en el que el público no podía ocultar su emoción y sus elogios a este grande de la historia de la música en España. Nadie podrá ya olvidar aquella noche de enero de 1.999 en la que Alfredo Kraus se fundía en un abrazo con Montserrat Caballé, dejando atrás las tensiones habidas anteriormente entre ellos. Ni ella ni él podían imaginar que, en una año exactamente, las voces de Plácido Domingo o J. Aragall, entre otras, fueran a estar unidas en un homenaje al tenor canario, fallecido meses atrás. Pero la vida es así, y algún día habrá que homenajearlos a ellos también. De momento, valgan estas líneas de recuerdo a Alfredo Kraus. |