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Cartas al Director:
Atn. Sr. D. Daniel Mateos Estimado amigo: Tengo el placer de saludarle por vez primera. Mi nombre es José Carlos
Cabello y soy el fundador y director artístico del sello Cantus. Por casualidad ha llegado a mi conocimiento un párrafo de un artículo
publicado on-line en Filomúsica, en el número
17, de junio de 2001. En ese artículo, en el que se habla sobre mí y
sobre Cantus, su colaborador Don Profondo hace un repaso a varios discos
del sello Glossa, y al hablar de uno de los discos del grupo La Venexiana,
escribe lo siguiente: "Empezamos por el sexto disco de La Venexiana en Glossa, y octavo
de su director, el contratenor Claudio Cavina. Por cierto, estos artistas
le fueron paradójicamente arrancados a su "imitadora" Cantus,
que fundara precisamente quien estuvo en los orígenes de aquella junto a
José Miguel Moreno y que luego tuvo que salir corriendo, el crítico
José Carlos Cabello. ¡Cosas de la vida!" Me gustaría hacer varias precisiones. En primer lugar, yo nunca salí
"corriendo" de Glossa, el sello que yo había fundado con José
Miguel Moreno y Emilio Moreno. Su actual director artístico, Carlos
Céster, intentó una maniobra un tanto oscura el día 2 de enero de 1995,
según la cual pretendió que, efectivamente, yo "saliera
corriendo". Pero acudí a mi equipo jurídico para defender mis
derechos como accionista de la compañía. En vista de las abrumadoras
pruebas que aporté, se consiguió que Glossa firmara un acuerdo según el
cual me indemnizaba con el pago de seis millones y medio de pesetas. Esta
cantidad terminó de pagarse en enero de 2000. La documentación está a
su disposición si desea consultarla. Yo abandoné Glossa un año más
tarde, en enero de 1996, porque para mí ya no se daban las condiciones
humanas y artísticas que habían permitido su nacimiento. Por otro lado, no sé cómo Cantus puede ser una imitadora de Glossa,
habida cuenta de que yo fui el responsable de la imagen externa de las
presentaciones de los discos de Glossa. Fui yo quien seleccionó todas las
portadas y coordinó el aspecto de los libretos hasta mi marcha, y quien
decidió que se optaría por la presentación con libreto y caja externa.
De hecho el primer disco editado por Glossa tras mi marcha fue rechazado
por Caja de Madrid, su patrocinador, porque su aspecto externo distaba
mucho de lo que se había hecho hasta entonces. El disco, el primer
volumen de las sonatas de Soler (interpretado por Patrick Cohen) tuvo que
ser rediseñado y su portada cambiada, usándose al final la que yo había
dejado propuesta antes de mi marcha. Cuando creé Cantus lógicamente
continué potenciando el tipo de presentación interna y externa que tan
bien había funcionado para Glossa, con extensos artículos para los
libretos, y un elegante diseño para las portadas. En Glossa los extensos
artículos han sido suprimidos, optándose por textos mucho más cortos e
insustanciales, fiel reflejo de su política actual. Por último, y casi a título anecdótico, he de decirles que el
"octavo disco de su director" al que se refiere Don Profondo en
su artículo, era en realidad el décimo de La Venexiana, un grupo que
empezó su carrera con dos discos en Opus 111, otros dos en Cantus (aunque
nosotros no se lo "arrancamos" a Opus 111) y los demás en
Glossa. En la confianza de que se subsanen las informaciones erróneas del
artículo de Don Profondo, o que al menos este e-mail tengo su cabida en
alguna sección de cartas al director de Filomúsica, me despido con mi
más cordial saludo. Atentamente, Respuesta de Don Profondo: Estimado Sr. D. José Carlos Cabello Quisiera disculparme por las inexactitudes del artículo al que hace
referencia en su carta, en la que ya realiza usted las puntualizaciones
oportunas. Pero también deseo dejar bien claro que no existe en mi
escrito ninguna minusvaloración del sello Cantus, del que usted es
actualmente responsable, ni menos aún algún tipo de valoración personal
hacia usted. Mi intención era comentar a título anecdótico -el contexto
lo deja bien claro- un hecho que es bien conocido por la mayoría de los
aficionados, la brusca ruptura que tuvo lugar hace años entre usted y
otros miembros de Glossa, sin emitir bajo ningún concepto juicio de valor
ante el comportamiento de nadie. Los detalles de tales circunstancias me
son por completo desconocidos y se trata de un asunto privado que no
interesan, ni deben interesar, ni a mí ni a nuestros lectores. Eso sí,
reconozco que la expresión que utilicé puede inducir a indeseadas
malinterpretaciones, por lo que le ruego acepte mis más sinceras
disculpas. En cuanto a la calificación de Cantus como imitador de Glossa, quizá
no haya reparado en que en mi artículo dicho término aparece
entrecomillado, y sin sentido peyorativo. Además, cualquier lector sabrá
deducir que, efectivamente, no puede tratarse de una mera imitación al
encontrarse usted en la creación de ambos. El que en la actualidad tales
sellos presenten importantes diferencias conceptuales es otro asunto en el
que en este momento no tiene sentido entrar. Por lo demás, espero que haya queda clara mi admiración hacia usted y
el resto de los fundadores de Glossa, pues crearon un admirable modelo de
edición discográfica que ha generado "hermanos legítimos" y
"clones", si me permite la metáfora, en este país nuestro tan
poco dado a la excelencia. Esperando haber satisfecho su demanda, y animándole a que siga
adelante con su admirable sello, le saluda cordialmente Don Profondo
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