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Número 20º - Septiembre 2.001


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UNA NUEVA MARCA EN
THE GRAND TOUR

Por "Don Profondo".

 

Como posiblemente usted ya sabrá, el Grand Tour es un acontecimiento no de carácter deportivo -aunque bien se puede batir alguna marca en kilometraje-, sino musical. Por tal nombre se conoce al “viajecito” que tres o cuatro veces al año realizan la Orquesta del siglo XVIII y su director Frans Brüggen alrededor del mundo, cada vez con un programa diferente, ofreciendo la mejor música a los afortunados que tienen la oportunidad de escucharles. Habitualmente parten de su tierra holandesa, realizan una apretada gira por diversos continentes y finalizan de nuevo en su país, concretamente en Utrech, donde suelen realizar las sesiones de grabación que dan origen a los discos por los que son conocidos.  

Pero también se conoce con este nombre a la colección que fundó en 1997 la propia orquesta para editar sus grabaciones al margen de la poderosa Philips: ya se sabe que los sellos grandes, en esta época de terrible crisis de ventas, han decidido de prescindir de algunos de sus artistas más cotizados. En este caso, afortunadamente, ello no significa el cese de la actividad discográfica, pues la creación de The Grand Tour nos ha permitido conocer las más importantes realizaciones de Brüggen y sus excelentes músicos en tiempos recientes. Y una suerte que haya sido el sello hispano Glossa el encargado de editar y distribuir internacionalmente los compactos, y no sólo por el prestigio adicional que ello otorga a esta admirable empresa hispana, sino también, claro está, por la calidad de la presentación de sus productos, claramente superior a la habitual en Philips.

No hace falta subrayar que Frans Brüggen es uno de los más mundialmente famosos y reputados intérpretes del repertorio barroco, heredero de Gustav Leonhardt -con quien colaboró en su grabación de las cantatas de Bach- en la austera escuela holandesa. Que es uno de los pocos que ha alcanzado el éxito interpretando el período clásico y romántico -incluyendo la integral de sinfonías Beethoven- con instrumentos de época y técnicas historicistas. Ni que su fiel colaboradora en toda esta aventura ha sido la Orquesta del Siglo XVIII, fundada por él mismo en 1981, estando considerada como una de las formaciones de este género de más acusada personalidad. Pero sí es necesario dejar constancia de que Brüggen es un director marcadamente irregular, no sólo entre estilos o géneros (el sinfónico se le da mucho mejor que el sinfónico-coral), sino incluso dentro de un mismo compositor. Por ejemplo, en Mozart: su Gran Partita es excelente, pero su Réquiem -que el próximo mes de mayo paseará por diversas ciudades españolas- guarda escaso interés. O en Schubert: su más que notable Incompleta contrasta con una La Grande francamente mala. Por suerte hay autores en los que siempre acierta, destacando entre ellos su unánimemente aplaudido Haydn y, sobre todo, su Rameau.

Su visión del autor francés, mucho más seca y austera que la del gran William Christie –referencia en este repertorio-, es de una vitalidad e incisividad irresistibles. Pero no ha abordado hasta ahora la interpretación de ninguna ópera completa, prefiriendo elaborar diferentes suites orquestales de una media hora donde demostrar el despliegue tímbrico y los atrevimientos armónicos de Rameau y, de paso, la gran calidad de su orquesta. En Philips ya tenía tres discos consagrados al autor de Las Indias Galantes. En Glossa sólo uno, con suites de Acante et Céphise y Les Fétes d’Hébe. Pues bien, ahora nos llega otro que viene a marcar un nuevo hito en la colección, pues la calidad interpretativa es la esperable.

Las obras aquí representadas con sendas suites son Zoroastre y Naïs. La primera es una ópera estrenada en 1749 en la que se narra como el profeta y sacerdote Zoroastro (nuestro Zaratustra) ha de vencer a las fuerzas del mal para obtener el amor de la princesa Amélite. La segunda es una pastoral unos compuesta meses antes para conmemorar la Paz de Aquisgrán, con el consabido argumento amable y bucólico. Ambas se complementan en su carácter, de tal manera que podemos apreciar como Rameau se desenvuelve igual de bien en el intenso drama pasional como en la delicadeza y melancolía rococó. En definitiva, un nuevo disco del mejor Brüggen posible, un paso adelante en la recuperación del legado de Rameau y una nueva marca en The Grand Tour. Que siga adelante, por favor.

 

Jean-Philippe Rameau: Suites de Naïs y Zorastre.
Orquesta del Siglo XVIII
, Frans Brüggen.64’.
Glossa GCD 921106.