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UNA NUEVA MARCA EN
THE GRAND TOUR
Por
"Don Profondo".
Como posiblemente
usted ya sabrá, el Grand Tour es un acontecimiento no de carácter
deportivo -aunque bien se puede batir alguna marca en kilometraje-, sino
musical. Por tal nombre se conoce al “viajecito” que tres o cuatro
veces al año realizan la Orquesta del siglo XVIII y su director Frans
Brüggen alrededor del mundo, cada vez con un programa diferente,
ofreciendo la mejor música a los afortunados que tienen la oportunidad
de escucharles. Habitualmente parten de su tierra holandesa, realizan
una apretada gira por diversos continentes y finalizan de nuevo en su país,
concretamente en Utrech, donde suelen realizar las sesiones de grabación
que dan origen a los discos por los que son conocidos.
Pero también se
conoce con este nombre a la colección que fundó en 1997 la propia
orquesta para editar sus grabaciones al margen de la poderosa Philips:
ya se sabe que los sellos grandes, en esta época de terrible crisis de
ventas, han decidido de prescindir de algunos de sus artistas más
cotizados. En este caso, afortunadamente, ello no significa el cese de
la actividad discográfica, pues la creación de The Grand Tour nos ha
permitido conocer las más importantes realizaciones de Brüggen y sus
excelentes músicos en tiempos recientes. Y una suerte que haya sido el
sello hispano Glossa el encargado de editar y distribuir
internacionalmente los compactos, y no sólo por el prestigio adicional
que ello otorga a esta admirable empresa hispana, sino también, claro
está, por la calidad de la presentación de sus productos, claramente
superior a la habitual en Philips.
No hace falta
subrayar que Frans
Brüggen es uno de los más mundialmente famosos y reputados intérpretes
del repertorio barroco, heredero de Gustav Leonhardt -con quien colaboró
en su grabación de las cantatas de Bach- en la austera escuela
holandesa. Que es uno de los pocos que ha alcanzado el éxito
interpretando el período clásico y romántico -incluyendo la integral
de sinfonías Beethoven- con instrumentos de época y técnicas
historicistas. Ni que su fiel colaboradora en toda esta aventura ha sido
la Orquesta
del Siglo XVIII, fundada por él mismo en 1981, estando considerada
como una de las formaciones de este género de más acusada
personalidad. Pero sí es necesario dejar constancia de que Brüggen es
un director marcadamente irregular, no sólo entre estilos o géneros
(el sinfónico se le da mucho mejor que el sinfónico-coral), sino
incluso dentro de un mismo compositor. Por ejemplo, en Mozart: su Gran
Partita es excelente, pero su Réquiem -que el próximo mes
de mayo paseará por diversas ciudades españolas- guarda escaso interés.
O en Schubert: su más que notable Incompleta contrasta con una La
Grande francamente mala. Por suerte hay autores en los que siempre
acierta, destacando entre ellos su unánimemente aplaudido Haydn y,
sobre todo, su Rameau.
Su visión del
autor francés, mucho más seca y austera que la del gran William
Christie –referencia en este repertorio-, es de una vitalidad e
incisividad irresistibles. Pero no ha abordado hasta ahora la
interpretación de ninguna ópera completa, prefiriendo elaborar
diferentes suites orquestales de una media hora donde demostrar el
despliegue tímbrico y los atrevimientos armónicos de Rameau y, de
paso, la gran calidad de su orquesta. En Philips ya tenía tres discos
consagrados al autor de Las Indias Galantes. En Glossa sólo uno,
con suites de Acante et Céphise y Les Fétes d’Hébe.
Pues bien, ahora nos llega otro
que viene a marcar un nuevo hito en la colección, pues la calidad
interpretativa es la esperable.
Las obras aquí
representadas con sendas suites son Zoroastre y Naïs. La
primera es una ópera estrenada en 1749 en la que se narra como el
profeta y sacerdote Zoroastro (nuestro Zaratustra) ha de vencer a las
fuerzas del mal para obtener el amor de la princesa Amélite. La segunda
es una pastoral unos compuesta meses antes para conmemorar la Paz de
Aquisgrán, con el consabido argumento amable y bucólico. Ambas se
complementan en su carácter, de tal manera que podemos apreciar como
Rameau se desenvuelve igual de bien en el intenso drama pasional como en
la delicadeza y melancolía rococó. En definitiva, un nuevo disco del
mejor Brüggen posible, un paso adelante en la recuperación del legado
de Rameau y una nueva marca en The Grand Tour. Que siga adelante, por
favor.
Jean-Philippe
Rameau:
Suites de Naïs y Zorastre.
Orquesta del Siglo XVIII, Frans Brüggen.64’.
Glossa GCD 921106.
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