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Número 29º - Junio 2.002


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ENTREVISTA A ASIER POLO
“Considero que es mi labor dar a conocer los compositores nuestros”



Por Asier Vallejo Ugarte. Estudiante de piano.

Fue pedírselo y escuchar un “cuenta con ello”, aun cuando para Asier Polo conceder una entrevista a estas alturas del curso, teniendo el calendario que tiene, es una tarea complicada. Nos sentamos en una sala del Palacio Miramar de San Sebastián, sede del Centro Superior de Música del País Vasco, Musikene, donde él es profesor de cello y un servidor alumno de piano, y empezamos a hablar. Fue una conversación cordial, simpática y cercana, en un contexto físico hermoso, con la Bahía de la Concha a nuestros pies, y que el texto, desgraciadamente, no puede reflejar.

 

Filomúsica: Para empezar, creo que es necesario recordar las figuras de Carmelo Bernaola y de Francisco Escudero, que fallecieron hace apenas dos semanas. Del primero Vd. ha interpretado con asiduidad la obra “Clamores y Secuencias”, y del Mto. Escudero el Concierto para violoncello y orquesta, cuya fecha de composición coincide con su fecha de nacimiento, concretamente el 15 de septiembre de 1.971.

Asier Polo: Sí, es cierto. El concierto tiene la peculiaridad de estar escrito con cuartos de tono, utiliza la técnica microtonal. Se compuso en una época de escritura en la que se utilizaban ese tipo de recursos, que ahora quizás no son tan innovadores, pero que en su momento sí lo fueron. Y la obra de Bernaola es un “obrón” tremendo; es oscurísimo y es el final de su obra, y también ahí casi notas un poco la sensación de la muerte cercana.

FM: ¡Vaya!

A.P. Sí, sí. Es una obra más profunda de lo que él te plantea, porque le oías hablar y te decía: “bah, lo más bonito que hay aquí es esto, que es un canto gregoriano, que además no es mío, claro”, y cosas de esas, porque él tenía esa manera de ser, campechana; pero, en el fondo, es más profundo de lo que él te hacía ver.

FM: No olvidemos a Montsalvatge, también recientemente fallecido.

A.P. Montsalvage me mandó la partitura de su sonata para cello, pero no la he llegado a trabajar nunca.

FM: ¿Preparó las obras de Bernaola y Escudero con los propios autores?

A.P: Sí, con los dos. En general es lo que me gusta, porque además es gente que tiene más experiencia que tú y lleva muchos más años dentro del mundo de la música. La verdad es que siempre te aportan cosas interesantes y te dan pistas para ir por el buen camino. Siempre es importante estar cerca de ellos. Además es bonito cuando tocas un poco todos los compositores y cada vez abarcas un poco más  el abanico completo de lo que hay a tu alrededor en este país, y ver cómo cada uno plasma su personalidad en sus obras, la ilusión con la que las escuchan y vuelven a hacerlas y cómo te quieren cuando tú las estás recreando….

FM: Precisamente el concierto de Escudero lo acaba de grabar con la Orquesta Sinfónica de Euskadi para el sello Claves.

A.P: Sí, y “Clamores y Secuencias” de Bernaola también va a salir en disco para una casa discográfica italiana, una grabación en directo de un concierto que se hizo con la Comunidad de Madrid y con el Mto. Encinar en el Auditorio Nacional.

FM: ¿Qué más ha llevado al disco?

A.P: Hay otra grabación, también en directo, del Concierto de García Abril, que me lo dedicó; también tengo grabado el concierto de Jesús Villa-Rojo, la Fantasía para Violoncello y orquesta de Usandizaga …

FM: Son en general obras contemporáneas de autores españoles. ¿No se animaría a adentrarse en el Gran repertorio?

A.P: No es por no animarse, lo que pasa es que no tiene nada que ver la carrera que uno haga con las propuestas discográficas que a uno le ofrecen; tú no puedes escoger lo que grabas. Y en cualquier caso me parece más inteligente empezar grabando música que no es tan conocida que grabar las dos sonatas de Brahms, que cuando luego están en el estante con Yo-Yo Ma, Mischa Maiski o Rostropovich, pues… no hay posibilidad de competir con ellos, al menos de momento; entonces, me parece mucho más interesante ir dejando un legado de otras características que no el repertorio clásico. Y sí llegará, supongo que sí.

FM: ¿Tal vez considere que hay en este país muchas obras para su instrumento aún por descubrir?

A.P: Sí las hay. De compositores españoles he trabajado muchas cosas. El año que viene salen para Naxos los dos conciertos de Joaquín Rodrigo, también se hará Luis de Pablo, se hace ahora Tomás Marco, y los iré grabando. De todas maneras, siendo un cellista de aquí, considero que es, en cierto modo, mi labor sacar la música de este país que se ha hecho muy poco y dar a conocer los compositores nuestros. No me resulta un trabajo de segunda, sino que creo que es el camino a seguir.

FM: Sobre todo teniendo en cuenta que España no es un país con una fuerte tradición de cellistas, como sí que la hay, por ejemplo, de pianistas.

A.P: Bueno… no te creas, está el caso de Pau Casals… Hombre, Alicia de Larrocha es Alicia de Larrocha, pero no hay otro personaje musical más importante que Pau Casals en España. Es muy internacional, uno de los músicos más importantes del siglo XX. Y después han venido Gaspar Cassadó, Marshall Cerbera, Lluís Claret... Sí hay una continuidad de la tradición, pero es cierto que son nombres puntuales.

FM: Hablemos de usted. ¿Por qué el cello y no otro instrumento?

A.P: Pues por la simple razón de que mi tío era cellista, entonces había un cello en casa de mi tía. Y como yo hacía muchas cosas cuando era pequeño, y cada tres meses lo dejaba todo, mi madre, en vez de comprarme un piano, me dijo que empezara con el cello, porque es lo que había en casa; me dijo: “si sigues con la música, te compro un piano dentro de un año” y fue coger el cello y una semana más tarde decirles que no se preocuparan de nada, que me iba a dedicar a eso. Lo vi enseguida. 

FM: ¿Con qué edad sucedió esto?

A.P: No fui muy joven, fue con 11 años ya cuando lo decidí. Pero como lo tenía claro y además era algo vocacional que busqué yo mismo, no perdí el tiempo.

FM: Poco después ganó el concurso de “Juventudes Musicales”.

A.P: Eso fue cinco años más tarde, con 16 años. Por eso te digo que lo tenía claro. El premio fue un detonante importante porque te confirma lo que crees que estás haciendo bien; me abrió puertas para estudiar en otros sitios, me becaron para ir a Alemania a hacer un curso, conocí a María Kliegel, y ya con 18 años fui a estudiar con ella y estuve tres años allí.

FM: ¿Y no fue un poco arriesgado sabiendo que aquí tenía ya opciones de colocarse de algún modo?

A.P. Fue un poco luchar a contracorriente, porque de hecho en el Conservatorio todo el mundo me decía “¿¡pero para qué te marchas, si ya sabes tocar muy bien, si tú ya te puedes colocar perfectamente…!?”, ya que aquí no hay tradición de hacer la música más en serio y gracias a Dios, tuve una profesora, Eliza Pascu, que era la única que me decía lo contrario a todo el mundo.

FM: A propósito de Eliza Pascu, cuando Vd. ha actuado como solista con la Orquesta Sinfónica de Bilbao, en la que ella es cellista, siempre me he preguntado qué le dirá, pues supongo que, de algún modo, no podrá dejar de ejercer de maestra. 

A.P. Pues sí, de alguna manera eso es lo que pasa, que cuando no te desvinculas del todo… Y esto ya es una cuestión geográfica, porque nos vemos y coincidimos mucho. Ahora acabo de tocar en Basilea y me he encontrado con mi maestro, con Monighetti, pero es puntual; vino a felicitarme, le gustó muchísimo y solemos tener colaboraciones: o yo voy a tocar para él, o me invita a un concierto suyo para tocar juntos… y se ha creado otro vinculo diferente. Pero con Eliza es inevitable que después de un concierto siempre venga, te diga algunas cosas… pues lo respetas y te viene bien, porque es gente de referencia en tu vida.

FM: Después llegó la colaboración con Alfredo Kraus, que significó tal vez el punto de inflexión definitivo en su carrera.

A.P. Sí, me abrió una puerta importante. Con él descubrí los grandes teatros de Europa. Cuando yo estaba de estudiante en el Reina Sofía, él me escuchó y me invitó a hacer y compartir conciertos con él;  cantaba fenomenal, pero le interesaba también descansar y de alguna manera me daba la oportunidad de que el público que no me había escuchado hasta entonces me escuchase por primera vez. Toqué en las grandes salas de Europa, hicimos una gira por Japón, había previsto discos, pero él falleció antes...  Y ése fue el primer contacto que tuve con uno de los grandes, y ahí me di cuenta de lo que puedes aprender al lado de ellos;  pasan cosas muy curiosas, porque cuando estás con gente que está por encima de ti, tu nivel sube automáticamente de una manera increíble. Entonces lo que tienes que hacer es guardar esa sensación, saber por qué ha subido el nivel y mantenerlo. Son sensaciones externas que uno puede luego memorizar.

FM: Y hace un mes recibió el premio  “Ojo Crítico”.

A.P. ¡Encima! Eso yo no me lo esperaba, porque no sabía ni que estaba nominado y parece que al final ha sido por unanimidad… Pues mira, tenemos una carrera que es muy abstracta, y es muy difícil de calibrar si es mejor, si es peor, si se hace bien, si se hace mal... y todo ese tipo de cosas corroboran el camino correcto que estás llevando. Es importante porque es un premio de profesionales con más años en la profesión que tú, que aprecian lo que estás haciendo. De hecho, el premio ha estado dado un poco por la interpretación de obras clásicas, por mi manera de transmitir en el escenario y un poco por el compromiso que tengo con la música española contemporánea, que es una labor que hasta ahora muchos no la hacían, quizás porque siempre se piensa que es más bonito tocar Schumann o Brahms, pero eso no es ser un profesional del todo; un profesional tiene que hacer de todo y tiene que ser capaz de hacerlo todo a un nivel.

FM: Incluso la música de cámara, que es un género que se tiende a olvidar ante la faceta de solista, pero usted… 

A.P. No, yo no. Trato de hacer las dos cosas, aparte de que para un instrumento monódico es casi fundamental, porque si no haces cámara no puedes hacer tus recitales. Casi la cámara para nosotros son nuestros recitales propios porque solos no podemos tocar nunca. Afortunadamente yo tengo una compañera de lujo, como es Marta (Zabaleta), que además es una grandísima amiga y  trabajamos con plena confianza. Eso es muy difícil de encontrar, y cuando lo encuentras merece la pena mantenerlo y cuidarlo. Y en cuanto puedo hago otras cosas; ahora me han invitado para hacer un quinteto de Schubert con dos cellos con el cuarteto de Janácek y hago eventualmente tríos… pero son cosas muy puntuales, porque no me puedo dedicar a ello, ya que ahora tengo contratos para dentro de dos años.

FM: ¿Por ejemplo?

A.P: Pues de estrenos, como Luis de Pablo por ejemplo. Y hay cosas que necesitas estudiar en casa. Tengo también obras nuevas, porque cuando eres joven y eres estudiante, siempre tienes que estar tocando cosas por primera vez y no te da tiempo a hacer todo el repertorio que hay. Entonces estás dentro de la carrera, pero te piden por primera vez Don Quijote, o te piden por primera vez el Dvorák, luego el segundo de Shostakovich… obras que son del repertorio pero que no has tenido tiempo para preparar. Y sigues necesitando tiempo para estudiar.

FM: El Don Quijote de Richard Strauss últimamente…

A.P. Lo llevo mucho. Estoy teniendo suerte porque, afortunadamente, finalmente al menos una obra puedo repetirla varias veces, y así sentir lo que es perfeccionar una obra en el escenario. Ese es otro de los handicap para los jóvenes, que solamente podemos demostrar nuestro entusiasmo, nuestro talento y un par de cosas más; siempre hablan de la solera de las interpretaciones que hacen los grandes maestros cuarenta años después, con 70 años, pero eso es muy normal, pues esto es una carrera de fondo. Además aprecias las obras y profundizas en ellas cuanto más las repites en un escenario; para eso hay que dar la opción y la oportunidad a la gente joven a fin de que puedan empezar a hacerlo cuanto antes.

FM: Habla de los jóvenes. ¿Cómo ve el futuro de la música en este país?

A.P. Hay cosas que parecen estar cambiando. Hay sistemas de enseñanza, como el de aquí, que parece que pueden cambiar un poco las cosas o pueden dar una visión más seria, más profesional o más global de lo que puede ser la enseñanza musical;  establecer contacto con personas que están en activo es muy importante también para el alumno con talento, porque sabe el esfuerzo que tiene que hacer y la disciplina que requiere. Eso es importante pero claro, mientras sean casos aislados seguirá saliendo gente aislada, como ha salido hasta ahora. Es decir, en este país lo que hay es mucho talento pero poca infraestructura. Se están abriendo centros que parece que pueden cambiar las cosas pero hasta que no sea mayoritario... y habrá gente que se pueda aprovechar de esto, pero habrá otros que seguirán pensando que la música es algo superficial, secundario, que se puede compaginar con mil cosas más. Pero a la larga se ve que la realidad no es tan fácil y que no todo el mundo puede dedicarse a esto.

FM: ¿Llegará el día en el que no haga falta ir al extranjero para acabar la formación musical?

A.P. Sí, ojalá, creo que sí; esto seria ya un gran avance, coger al profesorado de otras características que permitan dar al alumno una visión más global de lo que es ser un profesional y poder adquirir un nivel de solista incluso, aunque eso ya es muy personal y se ve con el tiempo; pero de hecho se están trayendo personalidades de otros países para que trabajen aquí con nosotros y eso puede hacer que las cosas cambien. Además no va a haber más remedio porque si antes eran 10 años y ahora son 14 ó 15 los que hay que estudiar, en vez de terminar con 20 terminas con 24 años y a esa edad ya no te cogen en Alemania. Es la única manera de poder dar otra solución más eficaz al problema de la LOGSE.

FM: ¿Cree que la música se puede enseñar?

A.P. Se puede enseñar, claro que sí. Yo veo la enseñanza de la música de esta manera: yo soy un artista y enfrente tengo a otro artista; yo tengo un camino hecho y si esa persona ha venido a trabajar conmigo es porque le gusta cómo hago yo las cosas; entonces lo que yo voy a explicar a esa persona, que es más joven que yo, es el camino que yo he recorrido para llegar a donde estoy y los medios para alcanzar esto, y luego él lo personalizará. Es como a mí me enseñan los maestros de 70 años, o compositores o directores de orquesta… Hace falta ser inteligente, y trabajar mucho.

FM: ¿Qué le enseñó Rostropovich en el poco tiempo que estuvo con él?

A.P. Muy poco, (risas). Yo creo que lo voy a quitar del curriculum ya que mucha gente me pregunta lo de Rostropovich porque es la persona más importante que aparece. Toda la gente se queda con ese nombre, pero las Master Class suelen ser muy superficiales y cuando tienes dos días de clase… Eso sí, me dijo un par de frases importantes: lo de tomar riesgos, y me habló de actuar antes que pensar, algo así como sentir antes de analizar, pero no dar los pasos al contrario. Yo también creo en eso, en que hay que sentir con el instrumento y después, si te ha gustado algo que has hecho, retomar el pasaje, analizarlo y grabarlo físicamente, pero no pasar por un trámite totalmente escolástico de “vamos a ver, la mano, ahora hago así, ahora va así, ahora así y entonces me sale la música…”, pues eso es imposible; la música tiene que salir de dentro de uno, y luego se ponen los medios para establecer esa idea.

FM: ¿Qué opinión le merecen los críticos?

A.P. Depende, (risas). Yo no hago mucho caso de los críticos. Agradezco cuando hablan bien de mí, pero todo esto es tan subjetivo y tan personal que al final lo que tienes que hacer es tener como un guía a tu lado y no dejarte confundir por los comentarios, porque es inevitable cuando sales a un escenario que gustes a unos y a otros no, o que gustes más o menos y eso es tan personal… 

FM: Tal vez sea bastante crítico consigo mismo.

A.P. Sí. Yo creo que, en el fondo, el mejor crítico que uno encuentra cuando sube al escenario es, o debería ser, uno mismo.

FM: Una curiosidad: ¿es Asier Polo compatible con Internet?

A.P. ¡No sé ni cómo se enciende! Prometo hacer un cursillo intensivo este verano para que el año que viene me puedan mandar e-mails desde el centro y así enterarme de la información. De momento estoy muy perdido con este tema pero prometo remediarlo, porque si no voy a ser un ignorante del siglo XXI.