Revista mensual de publicación en Internet
Número 29º - Junio 2.002


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PORQUE YO LO VALGO

Por Ignacio Deleyto Alcalá. Lee su Curriculum.

 



Nuevo recital a cargo de la soprano rumana Angela Gheorghiu grabado en vivo el pasado 8 de Junio de 2001 en la Royal Opera House, Covent Garden. Como ya se ha apuntado en estas páginas, Covent Garden la catapultó a la fama con una Traviata dirigida por Georg Solti en 1994. El remodelado teatro, enclavado en el corazón de Londres, alberga a un público fiel a la Gheorghiu que no olvida aquella producción de Richard Eyre que la BBC -en un acto de extraordinaria visión cultural- retransmitió en directo a todo el país. 

Angela Gheorghiu está considerada como una de las divas más divas de la actualidad, una especie de Callas a todo color y calidad digital aunque sin su tormentosa vida privada. Y la verdad es que le sienta bien el papel de diva; desde el primer momento que sale a escena y saluda al público se rodea de una especie de aureola que sólo las grandes divas han tenido. Su capacidad para estar en escena de manera convincente, su absoluta concentración, sus miradas perdidas al infinito, sus callasianos gestos con las manos, su indiscutible autoridad cuando comienza a cantar como si fuera la única en el mundo, etc, etc. Todo ello la convierte en un interesante espectáculo vocal y visual. 

No hay que dejar de lado su matrimonio con Roberto Alagna pues ambos han sabido aprovechar el filón. Pocos artistas en la actualidad gozan del trato que las discográficas les otorgan. Son ya innumerables los recitales juntos o por separado que han aparecido en los últimos años sin contar las grabaciones completas que han hecho juntos, más de la media docena. Y suma y sigue...EMI acaba de sacar otro recital con Alagna (como no, también participa Gheorghiu) y es inminente la publicación de un Trovatore. Entre los dos se puede decir que casi copan el mercado discográfico de la ópera. Todo ello hace que sus nombres estén constantemente en boca de todos y que sus actuaciones en vivo (como la de este verano en Salzburgo, en Romeo y Julieta!!) se coticen muy alto. 

Su divismo también se ve alimentado por polémicas como la motivada por el reciente encontronazo con su manager justo antes del estreno de La Rondine en Londres. Según trascendió a la prensa, Lévon Sayan, también agente de Alagna, la llamó horas antes del estreno para anunciarle que la despedía porque no podía soportar sus manías y porque no era normal. Según se cuenta, la soprano no se podía creer lo que estaba oyendo, que alguien se atreviera a hablarle así. Sea como fuere, lo que más importa al aficionado es si la artista está a la altura de las circunstancias cuando sale a escena y encara un repertorio variado y complicado como el que presenta este último recital de EMI CLASSICS (CDC 57264 2).

El concierto empieza con el famoso lamento “Lascia ch’io panga” del Rinaldo de Handel, un repertorio infrecuente en la soprano como para esperar mucho de ella. Que no se busque aquí historicismo alguno porque Gheorghiu acomete el aria desde la perspectiva romántica y romantizada. Su voz se pliega bien a las exigencias de la partitura con una interpretación sentida, muy lenta, aunque sin llegar a convencer demasiado a lo que hay que culpar también a la dirección, prácticamente inexistente. 

En la siguiente aria de Mozart, “Porgi Amor”, la soprano muestra una expresión elegante y sobria a pesar de no ser una estilista en Mozart, un autor que apenas ha cantado. “Porgi Amor” se interpreta generalmente con una exagerada tristeza o melancolía aunque está en modo mayor. Gheorghiu es partidaria también de esta visión pero el aria le sirve para mostrar su bello instrumento, su buen legato y su capacidad para los claroscuros. Hace un delicado comienzo en piano aunque esa exquisitez no se mantenga a lo largo de la pieza. Intenso y resplandeciente el La bemol en la palabra “morir” y bello ascenso en semicorcheas al Sol natural. 

Las cosas mejoran mucho en las dos arias francesas donde la soprano hace lecturas que aúnan exquisitez y expresividad. En el aria de Manon, Gheorghiu recuerda mucho a la Callas especialmente en el cierre de aria con ese teatral “Adieu” que corona con un diminuendo muy superior al de la griega. Y cuando llegamos a las arias veristas, Gheorghiu se encuentra en un terreno que domina a la perfección y que le ha valido numerosos elogios. Todas están interpretadas con gusto, fino uso del portamento y correcta dosis de expresividad sin exageraciones gratuitas. En “Un bel di vedremo” la soprano participa del juego entre ingenuo e inocente de la quinceañera japonesa (“un po’per ciela”) aunque su caracterización de Butterfly pueda sonar un tanto inflada. Suena algo fatigada justo antes de encarar el final, no muestra un fiato de libro precisamente pero en general cumple con dignidad. Excelente en el aria de Adriana Lecouvreur, ¡con qué delicadeza resuelve el final!. También destacaremos sus graves servidos con más desahogo que en otras ocasiones lo cual es digno de mención toda vez que el registro es en vivo.

Sigue “Casta Diva” de Norma, una de las grandes arias del repertorio que supone toda una prueba de fuego para cualquier cantante. Angela Gheorghiu empieza con suavidad y dulzura en ese ambiente de nocturnidad, de plegaria a la diosa de la luna, con un expresivo “inargenti” en piano. Hace un interesante contraste forte-piano y consigue que su voz sea una variada paleta de colores. Corona con una buena fermata y una escala cromática descendente bien resuelta. Hay que agradecer el detalle de incluir la cabaletta posterior en la que, sin embargo, se le nota algo incómoda en la coloratura.

Tres propinas con desigual resultado cierran el recital: un “O mio babbino caro” de categoría, una pieza del compositor rumano Tiberiu Brediceanu de aires zíngaros, que no deja de ser una curiosidad, y otra del musical My Fair Lady que aunque entusiasme al público del Covent Garden resulta ser una interpretación poco idiomática y con una voz claramente fatigada. Decepción en las propinas que deben servir para rematar un concierto y no para desinflar una buena interpretación.

En resumen, recital obligatorio para los seguidores de la soprano y  recomendación general de hacerse con el DVD que se publica al mismo tiempo que el disco. Y es que a la Gheorghiu además de oírla, si se puede, hay que verla.

1. HANDEL Rinaldo: Lascia ch'io pianga (Acto II)
2. MOZART Le Nozze di Figaro: Porgi, amor (Acto II)
3. MASSENET Manon: Allons!.. Adieu, notre petite table (Acto II)
4. CHARPENTIER Louise: Depuis le jour (Acto III)
5. PUCCINI Turandot: Tu, che di gel sei cinta (Acto III)
6. Madama Butterfly: Un bel dì, vedremo (Acto II)
7. CILEA Adriana Lecouvreur: Ecco... Io son I'umile ancella (Acto I)
8. BELLINI Norma: Casta Diva. Ah! Bello a me ritorna (Acto I)
9. PUCCINI Gianni Schicchi: O mio babbino caro
10. BREDICEANU La seceris: Câte flori pe deal în sus
11. LOEWE My Fair Lady : I could have danced all night (Acto I)


ANGELA GHEORGHIU, soprano
Orchestra of the Royal Opera House, Covent Garden
ION MARIN, director