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STEVE REICH – DIFFERENT TRAINS Por Pablo Vázquez Gómez. Guionista y articulista.
Todo un ejemplo de innovación y una buena manera de introducir a las nuevas generaciones en la música clásica, tras quedarse anclados con el Barroco y el Romanticismo. No les puedo decir nada más, el resto es cosa suya, hagan lo que mejor pueden hacer: escúchenlo, y no se arrepentirán. BIOGRAFÍA: Considerado por muchos “el mejor compositor americano aún vivo”, Steve Reich, es, sin duda, un nombre imprescindible para la clásica actual y para muchos otros géneros que le guardan un considerable respeto y le tienen como una importante influencia. Es también el mayor vanguardista musical, por encima de otros nombres, como Glass, Adams, o Stockhausen, y no le importan en absoluto ni las ventas, ni las críticas, ni las reacciones que puede provocar. Sobre el compositor, nació en 1.936 en Nueva York (la ciudad de la música de los últimos siglos por excelencia, que ya es por sí sola una “formación” aparte) hijo de un abogado y una pianista, por el divorcio de sus padres creció en California (atención a este dato, porque está íntimamente ligado a este disco). Fue su padre quien le insistió en que estudiará piano desde su más temprana edad, y así lo hizo, uniendo las influencias del jazz, la música barroca y algunos contemporáneos. Quedó realmente sorprendido por Stravinsky, Bach, y Perotin, y, a los 14 años forma su primer quinteto, entusiasmado con los músicos jazzísticos que sonaban por ese tiempo. En 1.957 se gradúa en la Cornell University con honores en Filosofía, y del 58 al 61 estudia en la Juilliard, teniendo como profesores a William Bergsma y Peter Persichetti. Allí conoce a otro estudiante, un avanzado y renovador de la música, Philip Glass, con el que entabla una gran amistad, que les llevará a trabajar juntos, pero por poco tiempo, aunque esto será significativo ya que sus carreras posteriores guardan una estrecha relación de estilo. En el año 64 oye el “In C”, de Terry Riley, y queda muy impresionado. Inspirado por éste, grabará en 1.965 una de sus piezas más famosas y, desde luego, innovadoras, “It´s gonna rain”, en donde lo único que se oye durante largos minutos es la voz del predicador Brother Walter repitiendo insistentemente estas tres palabras, en un “loop” “out of phase” (terminología reichiana), que rompe esquemas. En “Come out” (1.966) se repite el sistema anterior, pero esta vez basándose en unos disturbios callejeros que llevaron a una brutal muerte a unos jóvenes de color. “Pendulum music” (1.968) aparece con una nueva y original técnica del autor: dejar un micrófono suspendido en péndulo. De aquí también es “Clapping music”, una pequeña muestra en donde tan solo suenan un par de manos haciendo palmas a compás. Luego vendrían “Piano phase”, “Violin phase” (ambas del 67), y “Four organs” (1.970) donde ya se respira la esencia minimalista y se empieza a utilizar la terminología del autor (phase), y en donde aparecen músicos desarrollando piezas para determinado instrumento, bien solo o acompañado (como las 2 primeras). Interesado en la música étnica, en los 70 decide viajar a África (al contrario de sus compañeros, que eligieron India u otros países orientales), y estudia en la Universidad de Accra, Ghana. De aquí sale: “Drumming” (pieza de percusión, como su nombre indica, que grabó atacado por la malaria.). De 1.973 a 1.974, ya en los
EE.UU., estudia el gamelan balinés, del que queda absolutamente prendado.
Así, graba “Music
for mallet instruments, voices and organs” (1.973). En 1.976, aparece una de las obras maestras del autor: “Music for 18 musicians”, una extraña obra inspirada de lleno por el gamelan con aires “incistas” en el que, con su numeroso “ensemble”, consigue crear una estructura rígida, complejidad sonora, espontaneidad vocal, y un énfasis dinámico. Marca un punto y aparte en la carrera del compositor. Del
estilo e inspiración
de ésta nacen otras como: “Music for a large ensemble”
(1.978), “Octet (eight lines)” (1.979), y “Variations for
winds, strings and keyboards” (1.979). La ascendencia judía de Reich (que prácticamente estaba olvidaba tras sus tiempos de estudiante, donde practico yoga y otras disciplinas orientales), renace cuando conoce a la que será su segunda mujer, la videoartista Beryl Korot. Ambos se casarán y viajarán a Israel en el 77 y estudiarán los cánticos y la música hebrea, y así, nace “Tehillim” (1981), una recopilación de salmos bíblicos cantados en hebreo. Tras ésta, renace el interés de sus obras iniciales por la combinación entre la música y la palabra recitada, como es “Desert music”, donde se cantan versos del poeta William Carlos Williams. Surgen de nuevo las piezas de cámara, como “Sextet” (1.985), “New York Counterpoint” (1.985, excelente, muy interesante la versión de Bang on a can), y “Electric Counterpoint” (1.987), una pieza de guitarra (eléctrica y clásica) tocada por el artista jazz Pat Metheny y compuesta por Reich, que está incluida en el “Different trains” (1.987). En los 90 comienza a trabajar con su mujer en el campo del video y multimedia, creándose una unión también profesional, y que crea, junto a su interés por la religión judía y la tecnología e innovación, la ópera bíblica “The cave” (1.993), basada en esta antigua tradición, usada de forma muy original y novedosa, llenando el escenario de pantallas donde van apareciendo los personajes en distintas entrevistas que les realizan y que sirven de presentación y desarrollo. Con “City life” (1.995), otra colaboración en el campo del video de Reich, deja como resultado otra ópera basada en su vida y en Nueva York. Muy experimental también, se oye la voz del predicador, sonidos callejeros (como sirenas, coches, etc., parecido a “Different trains”), y las reacciones del primer ataque que sufrió el World Trade Center de NY en 1.993. También están “Nagoya marimbas” (1.994), y “Proverb” (1.995), un encargo de Paul Hillier con texto de Wittgenstein. “Three tales”, sin embargo, es otra ópera en tres actos en los cuales se cuentan tres historias mundiales: en el primero, el choque del Zeppelín en Nueva Jersey en 1.937; el segundo, las pruebas nucleares en el atolón de Bikini del año 46 al 52; y el tercero, la clonación de la oveja Dolly en 1.997. Pero no sería esta la última colaboración de Reich en el campo de la imagen con su esposa. “Hindenburg” (1.998), es la última ópera multimedia con Beryl Korot, basada en el uso de múltiples pantallas por el escenario (como “The cave”); y su última obra hasta el momento es “Triple quartet”, del 2001, y de nuevo junto al Kronos Quartet. Aparte quedan todos los recopilatorios de su carrera, y los “Remixes” hechos por otros músicos como homenaje. Les repito que, lo mejor que pueden hacer, es escuchar su obra, ya que es indescriptible describir el estilo Reich, porque es único, y cada disco es una experiencia nueva. Por eso, acéptenme el consejo, consigan como sea obras de Reich y verán ustedes si es o no música de vanguardia, ya que hoy en día es indispensable para cualquier aficionado . Reich es una de las estrellas del sello neoclásico Nonesuch, es el minimalista de mayor prestigio para la crítica, su música ha sido interpretada por las más prestigiosas orquestas y directores, cosecha cada año multitud de premios (componga o no), pero... en su contra, tiene el ser un opuesto al comercialismo, que no le hace muy conocido, pero ya se sabe (esto no le resta calidad, se la da). EL DISCO: “Different trains” es un disco clave y que siempre será nombrado cuando se hable de Reich, ya que representó todo un hito musical, al hacer que, al rato que suena la música, los diálogos surjan al tiempo, creando una melodía. Por este cd estuvo nominado al Grammy, y, como la mayoría de los de Reich, tiene una historia detrás. Esto tiene que ver con la infancia del compositor. Como se nombró antes, los padres de Reich se separaron cuando el tenía un año. Su madre se fue para Los Ángeles y su padre se quedó en Nueva York. Cuando se pusieron de acuerdo sobre la custodia, Steve tenía que viajar asiduamente de Nueva York a Los Ángeles acompañado de su niñera, Virginia Mitchell, de 1.939 a 1.942. Reich lo recuerda como unos viajes excitantes y a la vez, tediosos, y, también, como sería la cosa si en esos años estuviera en Europa y tuviera que coger otros trenes muy diferentes (de ahí el título). Recordando esto, contó con cinco personas para las voces: Virginia, niñera; Lawrence Davis, un conductor de trenes que cubría esa línea; Rachella, Paul y Rachel, supervivientes del Holocausto y después residentes en América, y el sonido de los trenes americanos de los años 30 y 40. Literalmente la música imita las líneas de diálogo, y la combinación del sampler con el sonido de las cuerdas se logró por medio de ordenadores, tras el Kronos lograr la música apropiada para las palabras que surgían. Reich pretendía hacer un anticipo para una especie de teatro-musical-video-documental que más tarde consiguió con óperas como “City life” (1.995), que en este caso se convirtió en una especie de performance. La grabación cuenta de tres tempos, todos ellos van variando, (los otros tres cortes del cd, los de Metheny, los obviaremos ya que el tema aquí de mayor interés es éste), y las piezas son: Primero, AMERICA-BEFORE THE WAR (8:59), un tema con un potente violín en el que se acompañan las voces de los antes nombrados Virginia y Lawrence Davis por medio, en una pieza de duración considerable, pero que, como todas las de discos, en absoluto desapercibida, ya que son auténticas maravillas. Aquí, en este tema, viene a ser una especie de reconstrucción de la infancia de Reich por medio de dos de sus protagonistas indirectos, que , en muy pocas líneas, cuentan situaciones de la América de los 30 y 40. EUROPE-DURING THE WAR (7:31), es un tema más apasionante, de un sonido mucho más rotundo, y en el que los tres judíos que sobrevivieron al Holocausto hablan enteramente de su historia, en absoluto tienen que ver con Reich los diálogos. En ellos se oye la vida de los protagonistas, con bastantes más frases que el primer tema, pese a que dura menos, y contando como el título indica, cómo durante la guerra los nazis les detuvieron y les embarcaron en los terribles trenes que llevaban el camino de los campos de exterminio. Un tema único, de los mejores que la música ha dado jamás, y en el que se reúnen historia, buena música y vanguardia a partes iguales. Para terminar, en AFTER THE WAR (10:20), se juntan los dos protagonistas del primer corte con los últimos, y, todos ellos, en muy pocas líneas de diálogo (como se ve, a medida que el tema es más corto Reich da más importancia a éste), cuentan su experiencia de cómo finalmente se mudan para América, mientras Virginia y Davis, en solo tres líneas, responden a las voces de sus destinos. En definitiva, un cd para escuchar con oídos muy abiertos y una auténtica maravilla, a pesar del tema tan terrible del que habla. No les digo nada más, oigan el disco, y verán quien es Reich y como es su música, y como todas las buenas palabras que se le pueden dedicar siempre son pocas
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