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BELL
HA CRECIDO
Por Rubén
Flórez Bande.
Sony Classical le
edita un nuevo disco a una de sus más destacadas
estrellas, el joven violinista Joshua Bell. Lo componen
dos conciertos mil veces interpretados y escuchados, como
son los de Beethoven y Mendelssohn. Acompaña a Bell la
Camerata Salzburg bajo la batuta del siempre
controvertido Sir Roger Norrington. Pues bien, hay de
todo en este disco.
En el Concierto de Beethoven, Bell ya muestra su gran
madurez interpretativa, ya no es aquella joven promesa de
gran virtuosismo: Bell ha crecido musicalmente. No es un
violinista en la gran tradición romántica europea,
tiene una afinación impecable, muy similar a la de su
compañero de generación Shaham; a la hora de abordar la
obra muestra una distancia hacia la música que
interpreta, aunque no es un distanciamiento "de
desdén", sino una forma de no caer en una serie de
tópicos, ni amaneramientos.
Bell no se implica en esta obra como lo haría un
vigoroso Oistrakh (de quien sin duda sería una de las
versiones de referencia, acompañado por Cluytens),
tampoco tiene la persistencia de un Menuhin ni, más
recientemente, el sonido maduro de un Zukerman o un
Perlman. Es la suya una interpretación
"contenida", con un color muy peculiar, sin la
melosidad de una Mutter, ni la fogosidad de un Vengerov,
es un color claro, en ocasiones algo frío, pero sin
desagradar.
Claro está que, como virtuoso que es, se permite algunas
licencias, como componer sus propias cadencias, rompiendo
así otra vez con la tradición; jugar con una misma
nota, atacándola, manteniéndola, dejándola caer, y
volviendo de nuevo a colocarla en su sitio. En
definitiva, una interpretación peculiar, con un sonido
atractivo, algo diferente, innovadora y coherente en sus
planteamientos.
Pero como en todo, también en este disco hay un
"garbanzo negro", que es el director. Roger
Norrington pretende llevar algunos criterios
historicistas a interpretaciones románticas, manteniendo
a la orquesta encorsetada, sin un timbre claro,
cuadriculada, machacando con los timbales, abusando de
los matices... en fin, un acompañamiento desafortunado;
menos mal que Bell tiene ya una personalidad propia y a
la orquesta se la puede "ignorar".
En el Concierto de Mendelssohn, pasa más o menos lo
mismo: Bell conoce a la perfección la obra, la
interpreta desde los 12 años, y se recrea en ella con
mucha gracia; una lectura clara, quizás menos innovadora
que en Beethoven pero, eso sí, otra vez con una cadencia
del propio violinista. Una lectura concentrada, no tan
virtuosística como la de un Francescatti, ni tan
romántica (a su manera) como las de Menuhin, le sigue,
quizás, faltando ese color "romanticón" que
sólo la Mutter sabe transmitir.
Y Norrington, pues más de lo mismo, sin cambiar el
"chip", dirigiendo Mendelssohn como si fuera
Bach. Gracias otra vez a Bell, a su interpretación, se
olvida el resto.
Un disco recomendable para ver cómo interpreta dos de
los grandes conciertos del repertorio uno de los
violinistas más populares de la actualidad, sin esperar,
eso sí, las grandes interpretaciones románticas de
antaño, sino unas versiones diferentes, pero con mucha
personalidad.... Lástima de la batuta, otra vez será.
REFERENCIAS:
BEETHOVEN: Concierto para violín y orquesta en
re mayor, Op. 61. MENDELSSOHN: Concierto para violín
y orquesta en mi menor, Op. 64 Cadencias de Joshua
Bell.
Joshua Bell (violín), Camerata Salzburg/ director: Sir
Roger Norrington.
Sony SK 89505
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