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Número 29º - Junio 2.002


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BELL HA CRECIDO

Por Rubén Flórez Bande.

          

Sony Classical le edita un nuevo disco a una de sus más destacadas estrellas, el joven violinista Joshua Bell. Lo componen dos conciertos mil veces interpretados y escuchados, como son los de Beethoven y Mendelssohn. Acompaña a Bell la Camerata Salzburg bajo la batuta del siempre controvertido Sir Roger Norrington. Pues bien, hay de todo en este disco.

En el Concierto de Beethoven, Bell ya muestra su gran madurez interpretativa, ya no es aquella joven promesa de gran virtuosismo: Bell ha crecido musicalmente. No es un violinista en la gran tradición romántica europea, tiene una afinación impecable, muy similar a la de su compañero de generación Shaham; a la hora de abordar la obra muestra una distancia hacia la música que interpreta, aunque no es un distanciamiento "de desdén", sino una forma de no caer en una serie de tópicos, ni amaneramientos.

Bell no se implica en esta obra como lo haría un vigoroso Oistrakh (de quien sin duda sería una de las versiones de referencia, acompañado por Cluytens), tampoco tiene la persistencia de un Menuhin ni, más recientemente, el sonido maduro de un Zukerman o un Perlman. Es la suya una interpretación "contenida", con un color muy peculiar, sin la melosidad de una Mutter, ni la fogosidad de un Vengerov, es un color claro, en ocasiones algo frío, pero sin desagradar.

Claro está que, como virtuoso que es, se permite algunas licencias, como componer sus propias cadencias, rompiendo así otra vez con la tradición; jugar con una misma nota, atacándola, manteniéndola, dejándola caer, y volviendo de nuevo a colocarla en su sitio. En definitiva, una interpretación peculiar, con un sonido atractivo, algo diferente, innovadora y coherente en sus planteamientos.

Pero como en todo, también en este disco hay un "garbanzo negro", que es el director. Roger Norrington pretende llevar algunos criterios historicistas a interpretaciones románticas, manteniendo a la orquesta encorsetada, sin un timbre claro, cuadriculada, machacando con los timbales, abusando de los matices... en fin, un acompañamiento desafortunado; menos mal que Bell tiene ya una personalidad propia y a la orquesta se la puede "ignorar".


En el Concierto de Mendelssohn, pasa más o menos lo mismo: Bell conoce a la perfección la obra, la interpreta desde los 12 años, y se recrea en ella con mucha gracia; una lectura clara, quizás menos innovadora que en Beethoven pero, eso sí, otra vez con una cadencia del propio violinista. Una lectura concentrada, no tan virtuosística como la de un Francescatti, ni tan romántica (a su manera) como las de Menuhin, le sigue, quizás, faltando ese color "romanticón" que sólo la Mutter sabe transmitir.

Y Norrington, pues más de lo mismo, sin cambiar el "chip", dirigiendo Mendelssohn como si fuera Bach. Gracias otra vez a Bell, a su interpretación, se olvida el resto.

Un disco recomendable para ver cómo interpreta dos de los grandes conciertos del repertorio uno de los violinistas más populares de la actualidad, sin esperar, eso sí, las grandes interpretaciones románticas de antaño, sino unas versiones diferentes, pero con mucha personalidad.... Lástima de la batuta, otra vez será.


REFERENCIAS:

BEETHOVEN: Concierto para violín y orquesta en re mayor, Op. 61. MENDELSSOHN: Concierto para violín y orquesta en mi menor, Op. 64 Cadencias de Joshua Bell.
Joshua Bell (violín), Camerata Salzburg/ director: Sir Roger Norrington.
Sony SK 89505