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La
Música y el Arte Rupestre Por
Ángel Román Ramírez.
Diplomado en Educación Musical.
La Pedagogía Musical moderna trata de huir, desde los años 50 y gracias a Edgar Willems, del tradicional Solfeo; al que se considera un tanto “farragoso” a la hora de ser impartido fuera de los Conservatorios. Una de las técnicas utilizadas para enseñar música a los pequeños (sobre todo en edades tempranas) es el llamado “Musicograma”. Éste consiste en plasmar en el papel una serie de símbolos (rectángulos, círculos, triángulos, árboles, monigotes, etc.) que aparecerán caracterizados con determinados colores y tamaños, en función de las partes, frases o matices musicales que se pretendan destacar en un tema musical. De esta forma, los niños tendrán una perspectiva visual de lo que están escuchando, sirviéndoles de orientación. Esto, en relación con el estudio que estoy elaborando acerca del origen de la Música, me sugiere una curiosa sospecha. Es decir, dentro del plano de lo sonoro y los efectos acústicos del sonido, se han realizado estudios que relacionan la producción musical de nuestros ancestros con el arte pictórico de la Prehistoria. Fueron Reznikoff y Dauvois en 1988 quienes elaboraron una teoría en virtud de la cual asociaron ciertas zonas caracterizadas por determinados efectos acústicos (como ecos o reverberaciones), con el tipo de representaciones plásticas que las cuevas albergan.
Es decir, siguiendo esta hipótesis, en áreas en las que se diera una
mayor amplificación en sus paredes, aparecerían escenificadas
figuras de animales herbívoros, mientras que otros animales, como los
depredadores, se encontrarían en zonas más silenciosas, precisamente
porque éstos se caracterizan por su capacidad de acecho a la presa
cuando llega el momento de cazar. En materia de ceremonias rituales en relación con el
arte rupestre y los efectos sonoros usados en éstas, destaca también
la figura de J. Steven Waller. La particularidad de las conclusiones a
las que llega este investigador radica en que en más de cien lugares
en todo el mundo ha podido comprobar un hecho asombroso: en estos
sitios –por lo general cuevas, grutas y cañones– se da la
peculiaridad de que poseen una morfología especialmente adecuada para
que en ellos se produzcan ciertos fenómenos acústicos, los cuales,
en realidad, la mayor parte de las veces son muy similares al singular
“eco”. Se da el caso de que en todos esos lugares (en Francia,
España, Norteamérica, Canadá…) existen pinturas y grabados que
“escenifican el sonido”. Es decir, allá donde se da el fenómeno
del eco –por cuyo efecto parece que la voz emana
de la superficie de la roca– aparecerán, por ejemplo, dibujos
que parecen estar hablando; si damos una palmada, el sonido que el eco produce semeja
al de un zarpazo de algún gran animal y, efectivamente, las pinturas
que encontramos en esta ocasión tendrán como tema estrella el de
garras y pezuñas de animales. La teoría de Waller se basa en que el Hombre
primitivo consideraba sagrados aquellos lugares en los cuales se daba
este tipo de fenómenos acústicos, incomprensibles para ellos. El eco
les inspiraba para que decorasen las paredes con las imágenes que su
sonido les sugería. Este autor afirma haber hallado en Horseshoe Canyon
cinco emplazamientos en los que las pinturas “coinciden exactamente
con las cinco localizaciones en las que existe la mayor intensidad de
eco”. (Waller, 1993.) Otros emplazamientos importantes en los que ha
probado su teoría son, por ejemplo, la cueva de Lascaux en Francia, o
nuestra santanderina cueva de Altamira. Y es que el Hombre siempre tiende a hacer tangible
todo aquello que no puede asir con sus manos. En este sentido, tuvo
que inventar la escritura musical para no olvidarla, si bien los
documentos de los primeros intentos de escritura musical datan de la
Grecia clásica y, más rudimentarios aún, de culturas como la
egipcia o la babilonia. Pero, teniendo en cuenta lo que acabamos de
leer, ¿podríamos seguir
afirmando que en la prehistoria no existió la música escrita? ¿No
fueron acaso aquellas representaciones rupestres auténticos
musicogramas primitivos? Fuentes:
-
Reznikoff,
I; Dauvois, M:
“La dimension sonore des grottes ornées”. Bulletin
de la Société Préhistorique Française, 1988. -
Waller, S.J: “Background explanation
of acoustic theory relative to ancient rock art”. Waller Homepage
www.geocities.com/CapeCanaveral/9461
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