LOS BOLEROS DE PLÁCIDO
Por Angel
Riego Cue. Lee su Curriculum.
Cuando un divo de
la ópera realiza una incursión en repertorios "populares", los
resultados suelen ser éxitos de ventas dada su gran cobertura mediática:
el nombre del cantante, toda su carrera en suma, sirve de aval del
producto, y quien lo compre puede presumir de "escuchar a una de las
grandes voces de la ópera"; se presenta una música que se supone fácil
de entender para todos los públicos, sin ninguna "complicación
intelectual"; por otro lado, siempre está bien visto que una
estrella de la ópera "descienda" a grabar estos repertorios
para así desmentir el supuesto carácter "elitista" que rodea
al mundo de la lírica.
Aparte de la mayor o menor calidad del repertorio elegido, que un cierto
interés siempre puede tener, el inconveniente de estos discos suele estar
muchas veces en la falta de comprensión del estilo de las obras, limitándose
tan sólo a la exhibición "estándar" de la voz; parece que
para grabar un disco "popular" no hiciera falta tomarse el mismo
trabajo que para preparar un papel operístico.
Dentro de esta línea encontramos el disco recientemente aparecido en EMI,
con el título de Quiéreme mucho: Plácido Domingo canta boleros y más,
y como su nombre indica dedicado principalmente al bolero, aunque el
"más" del título requiera cierta explicación. Aunque el
grueso del disco lo constituyen canciones de autores caribeños (cubanos o
dominicanos), hay alguna incursión en las rancheras mexicanas, que de
todos estos géneros "populares" ha sido siempre el que Plácido
ha entendido mejor, no en vano pasó muchos años de su vida en México.
El tenor español sigue conservando una bella voz, más que suficiente
para estas obras, aunque se pueda echar de menos el brillo de antaño. El
problema no está ahí, sino en el carácter que da a estas piezas: en vez
el intimismo "musitado" que se espera de un bolero (podemos
pensar, por ejemplo, en Los Panchos) nos encontramos con un vozarrón que
canta en tono excesivamente "heroico", lo que no se adapta bien
a letras como la que da título al disco ("Cuando se quiere de veras/
como te quiero yo a ti"), la Piel canela de Bobby Capó, o
el Y de Mario de Jesús ("¿Y que hiciste del amor que me
juraste?/ ¿Y qué has hecho de los besos que te di?") por citar tres
de las que resultarán más conocidas para todo público.
El resultado se salva en parte por la inclusión de las rancheras, a las
que la voz y las maneras de Plácido sientan mucho mejor (¿quizá porque
son "música de machos"?) y podemos oír versiones al menos
adecuadas de Cocula de Cortázar-Esperón o de Celos de
José María Napoleón ("Tengo celos,/ por amarte tengo celos").
En conjunto, el disco pretende ser un recorrido por 50 años de canciones
de amor, llegando hasta canciones de hoy mismo, como el Frío, frío
de Juan Luis Guerra.
Hay que mencionar los arreglos musicales a cargo de Bebu Silvetti, quien
también dirige al conjunto que acompaña a Domingo. Aquí también se
cumple inexorablemente la misma regla general: si alguien pensaba que las
incursiones de los intérpretes "clásicos" en esta música
deberían demostrar que uno de los significados de "clasicismo"
es sobriedad, cuán equivocado iba a estar: en los "arreglos"
parece siempre que se buscara lo más vulgar y charanguero, como si
pensara que es lo que corresponde a estas músicas. Añádase además la
excesiva presencia de electrónica, que hace que estos acompañamientos a
veces suenen a fichero midi, y un balance voz-orquesta que suena
artificial, producto de técnicas de estudio de grabación. En suma, este
disco no aportará nada de gloria a la carrera de Domingo (que la tiene ya
de sobra), pero podrá ser consumido por sus fans que encontrarán aquí
de nuevo la voz de su ídolo, y poco más.
REFERENCIAS:
Quiéreme mucho: Plácido Domingo canta boleros y más.
Arr. y productor: Bebu Silvetti
EMI 7243 5 57295 2 1