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Número 31º - Agosto de 2.002


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 DOMINGO, EL WAGNERIANO (2)

Por Angel Riego Cue. Lee su Curriculum.

          

Las incursiones de Plácido Domingo en el repertorio wagneriano ya fueron tema de esta sección en octubre de 2000, cuando se publicó la crítica a su primer recital íntegramente dedicado a Wagner, con el título de Love Duets. Allí comentábamos las razones por las que los wagnerianos ortodoxos suelen rechazar a Domingo en este repertorio, que pueden resumirse en la falta de una dicción similar a la del "lied", que dé intención a cada frase resaltando cada sílaba del texto, lo que es la base del canto wagneriano. En su lugar, Domingo resulta siempre de una expresividad demasiado "neutra" en la mayoría del texto, y recurriendo ocasionalmente a "arrebatos" estentóreos que parecen fuera de lugar en Wagner, aunque en la ópera italiana resulten efectivos.

La baza que puede aportar Domingo es una voz aún bella, y la potencia vocal necesaria para abordar los papeles wagnerianos, o al menos algunos, lo que es mucho en una época en que escasean los verdaderos intérpretes wagnerianos, y donde en estos papeles se ha escuchado a todo tipo de horrores: por poner dos ejemplos del Festival de Bayreuth separados un cuarto de siglo, el Sigfrido de Manfred Jung en el Anillo dirigido por Boulez (1976-80) y el que en los últimos años ha berreado (que no cantado) el insufrible Wolfgang Schmidt.

Frente a casos así, es infinitamente preferible contar con alguien que al menos cante el papel, y esté bien vocalmente, como es el caso de Domingo. Pero basta que aparezca un cantante de auténtica escuela wagneriana, sin necesidad de ser una figura comparable a las grandes del pasado, alguien por ejemplo como Peter Seiffert (en el Tannhäuser grabado por Barenboim, comentado hace 3 meses en esta revista), para que a su lado Domingo tenga, en Wagner, bien poco que hacer.

No todo el Wagner de Domingo tiene tampoco el mismo nivel, y hay cosas mejores y peores. Existen papeles wagnerianos que ha cantado en escena, a los que vocalmente se adapta mucho mejor que otros con los que sólo se ha atrevido en un estudio de grabación. Entre estos últimos está el de Sigfrido, protagonista absoluto de su segundo recital wagneriano, grabado en julio de 2001, y que lleva por título Scenes from the Ring, y que como su nombre indica contiene extractos del Anillo del Nibelungo, más concretamente de sus dos últimas jornadas. Sigfrido y El Ocaso de los Dioses.

El programa del disco presenta extractos de duración amplia: así, las dos conocidas intervenciones de Sigfrido en el acto I de la ópera homónima (el "Nothung! Nothung! Neidlisches Schwert" que canta mientras le da al fuelle y la posterior Canción de la Forja ("Hoho! Hohei!") no se presentan aislados, como en tantos recitales, sino dentro de un continuo que abarca desde el primer "Nothung!" hasta final de acto. Del Acto 2 escuchamos la escena comocida como "Murmullos de la selva" y el segundo diálogo entre Siegfried y el Pájaro del Bosque (el que tiene lugar después de matar a Mime, hasta fin de acto; el primero fue después de matar al dragón Fafner). Por último, del Ocaso de los Dioses el disco incluye dos escenas: el dúo con Brünhilde del Prólogo, donde ella le despide rumbo a nuevas hazañas ("Zu neuen Taten"), tampoco aislado, sino situado entre dos fragmentos orquestales que se suelen interpretar juntos, el "Amanecer" y el "Viaje de Sigfrido por el Rhin"; y la "Muerte de Sigfrido", seguida de la famosa Marcha Fúnebre; gran protagonismo, pues, el que se da a los fragmentos orquestales, que ocupan más de 18 minutos de los casi 70 del CD.


Pasando a la interpertación propiamente dicha, el comienzo del disco hace esperar lo peor: ese "Nothung" o esa canción de la forja suenan absolutamente irreales, tanto por la dirección de Pappano, extremadamente lenta (como si le quisiera "alfombrar" el camino a Plácido para que lo pueda cantar), como por la voz del tenor, mucho más tirante que de costumbre y como, sobre todo, por el extrañísimo balance sonoro que da la impresión de ser un montaje que no puede escucharse en la realidad, como si voz y orquesta hubieran sido grabadas por separado y luego mezcladas. Afortunadamente, las cosas mejoran mucho en los "Murmullos de la selva", ofreciéndonos Domingo al menos una buena línea de canto que le queda bien al carácter intimista de la página; en momentos como este sus seguidores podrán reecontrar al gran tenor que fue, y a ratos sigue siendo.

El resto del disco se mueve entre esos dos extremos, sin llegar a lo mejor (Murmullos) ni a lo peor (el acto I de Sigfrido). En la escena con el Pájaro del Bosque vuelve a aparecer el Domingo equivocado, o demasiado neutro o "estentóreo" en los pasajes que no debe, y en el dúo del Ocaso empeora aún más; sólo en la "Muerte de Sigfrido" el tenor recupera parte del nivel ofrecido en los "Murmullos" y termina el recital con cierta dignidad.

En los acompañantes de Domingo hay poco especial que reseñar: Cangelosi hace un Mime que, a falta de otras cualidades, al menos tiene cierta dicción wagneriana; Natalie Dessay es un desastre como Pájaro del Bosque, su voz suena irreal (otra vez parece producto de un montaje) y su pronunciación es ininteligible, lo cual es lo menos wagneriano que puede haber; la Urmana es de nuevo la mejor, como ocurría en el anterior recital wagneriano de Domingo, por más que Brünhilde no puede considerarse propiamente "su papel", como lo era Brangäne en el disco precedente.

Queda por hablar de la dirección de Pappano, que técnicamente demuestra un gran dominio al frente de la orquesta del Covent Garden, pero que en lo expresivo peca de demasiado objetiva y "neutra", sin aliento épico, y en estos casos la música de Wagner termina sonando a "Guerra de las Galaxias". En resumen, un recital que al wagneriano "ortodoxo" posiblemente no le aporte gran cosa, pero que tendrá interés para los seguidores de Domingo, alguno de los cuales es posible que escuchen por primera vez estas páginas de Wagner gracias al presente disco. Desde luego, el interés de Domingo por Wagner no se le puede negar, y hay que ver si se traduce en la grabación de un Tristán y un Anillo completos, como ha anunciado en más de una ocasión.



REFERENCIAS:

WAGNER: Escenas del Anillo
Plácido Domingo (Siegfried); David Cangelosi (Mime); Natalie Dessay (Pájaro del Bosque) ; Violeta Urmana (Brünhilde)
Orquesta de la Royal Opera House, Covent Garden
dir.: Antonio Pappano
EMI 7243 5 57242 2 9