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Una
Elektra superior Elektra. Música y texto de Richard Strauss. Anja
Silja (Clitemnestra), Elisabeth Connell (Electra), Sylvie Valayre (Crisotemis), Reiner Goldberg
(Egisto), Hanno Müller-Brachmann (Orestes), Alexander Vinogradov (Preceptor de Orestes), Carola Nossek (Dama de
Clitemnestra), Brigitte Einsenfeld (Portadora
del manto). Director de escena: Dieter
Dorn. Director musical: Daniel Barenboim. Staatskapelle Berlin y Coro
de la Deutsche Staatsoper Berlin. Teatro Real de Madrid, 27 de junio a
5 de julio de 2002. Producción invitada de la Deutsche Staatsoper Berlin. Esta Elektra ha sido una de las funciones más estupendas de las que se han
podido ver en el Teatro Real de Madrid. Si bien el carisma de Barenboim
era la atracción inicial, el triunfo final fue conquistado por el trabajo
del gran conjunto artístico reunido para esta producción de la Ópera Estatal de Berlín. Las primeras figuras brillaron con luz propia.
Elisabeth Connel hizo una arrebatadora
interpretación de Elektra y desplegó magistralmente una voz
inmensa, llena de color y matices, con unos agudos espectaculares. Resolvió
el papel con facilidad y gran fuerza, conmocionando al público con su
tragedia. El resto del cartel no quedó atrás. Los cantantes triunfaron:
especialmente Anja Silja en el papel de Clitemnestra, Sylvie
Valayre en el de Crisotemis y Hanno Müller-Brachmann en su
aparición final como Orestes. El protagonismo de estas grandes voces fue
compartido con la orquesta, que tiene un papel de gran dificultad. Los
profesores de la Staakapelle tocaron con la misma pasión que Barenboim
puso al frente. El conjunto fue brillante en su trazo, empaste, color, dinámica... La partitura probó la excelencia de los
tutti y de los solistas en pasajes muy comprometidos pero que fueron
resueltos con autoridad y completo dominio. La música ocupó en primer
plano de este espectáculo y la puesta en escena reforzó el éxito de la
producción. El decorado fue único, sobrio pero eficaz. Basado en unos
bastidores, un ingenioso juego de luces le sacó un gran partido. Elektra
no es una obra fácil; tiene un lenguaje agresivo y disonante, polifónico
y orquestal, que no suele encontrar muchos devotos entre los habituales de
la ópera. El texto está en alemán, es muy denso y muy veloz. Pero nada
de ello dificultó el triunfo rotundo del arte reunido en esta obra
genial, un chorro de música y teatro que dura dos horas. El arrebato, la
locura, la tragedia no pudieron encontrar mejor traducción escénica. El
talento y la profesionalidad se confabularon para servir al arte. Todas
las actuaciones de la Ópera Estatal de Berlín con Barenboim han sido éxitos
clamorosos. Parecía imposible, pero éste ha superado a los anteriores. (Fotografía de Javier del Real) Próximos espectáculos del Teatro Real 10
a 15 de septiembre
Alvin Ailey American Dance Theater 2
a 15 de octubre
Simon Boccanegra. Nueva producción del Teatro Real.
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