Revista mensual de publicación en Internet
Número 33º - Octubre de 2.002


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BIEITO NOS CONTÓ UNA HISTORIA

Por Hugo Álvarez Domínguez (A Coruña).

Francisco Asenjo Barbieri: El barberillo de Lavapiés. Zarzuela en 3 actos con libreto de Luis Mariano de Larrra. Reparto: Marisa Martins, mezzosoprano (Paloma); Marco Moncloa, barítono (Lamparilla); Carmen González, soprano (Marquesita del Bierzo); Alejandro Roy, tenor (Don Luis de Haro); Carlos Carmona, actor (Lope); José Antonio López, bajo (Don Pedro de Monforte); Alberto Feria, bajo (Don Juan Peralta); Maite Estrada, soprano (Maja); Florenci Puig, tenor (Estudiante) Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana. Orquesta Sinfónica de Galicia. Víctor Pablo Pérez, director musical. Calixto Bieito, director escénico. Mónica Quintana, escenógrafa. Merce Paloma, vestuario Ramón Oller, Alicia Pérez, Esther Sabaté, coreógrafos.

Palacio de la Ópera, A Coruña. Viernes 11 de Octubre de 2002

 Había mucha expectación en la ciudad ante la puesta en escena de “El Barberillo de Lavapiés”, a cargo de Calixto Bieito. Así lo demostraba el lleno total que hubo los dos días.

Bieito nos presentó un espectáculo con tintes de musical de Brodway: provocador, pero ameno, divertido y elegantemente presentado. Situó la historia en un rastrillo madrileño donde transcurren los tres actos, que con los mínimos cambios se transforma en barbería o en costurería, para presentar al final de la obra un prostíbulo del que salen prostitutas, gigolos y hasta un travesti, prendidos por la guardia civil, ante la atenta mirada de las cámaras televisivas. Una escena de gran efecto, que da a entender que la obra (ambientada originalmente en la época de Carlos III) podría perfectamente suceder en la actualidad. Presenta a Paloma y Lamparila vestidos con ropaje actual, y a la Marquesita y a su amado Don Luis (inclinado este último personaje hacia la homosexualidad) con ropas de época. Acierto a pleno el de presentar a Lope (un pupilo de Lamparilla) tratando de propasarse con todo lo que le pongan delante, pero sin perder tiempo para liarse porros. Un personaje de gran comicidad. Otras escenas dignas de destacar son la del revolcón entre la Marquesita y Don Luis en su dúo del Acto 2º, la de presentar a los guardias con globos y a la tuna con matasuegras o los contínuos filtreos de Lamparilla y la coqueta Paloma. Bieito nos cuenta una gran comedia, llena de buenas ideas, apoyado en la elegantísima  escenografía de Mónica Quintana realizada por Gerardo Trotti, el lujoso vestuario de Merce Paloma y la soberbia coreografía de Ramón Oller, Alicia Pérez y Esther Sabaté. Un 10 para esta producción.

Marisa Martins bordó una Paloma segura, elegante y brillante en lo escénico, fue la mejor de la representación. Sin embargo, vocalmente, el papel no se adecua a sus características vocales, y se la vio incómoda en algunos pasajes.

Formando perfecto tandem con la anterior, Marco Moncloa fue uno de los artistas más redondos de la representación. Muy versátil escénicamente, y eficiente en cuanto a su voz.

Merece mención especial Carlos Carmona como Lope, que en esta producción tuvo mucha importancia, y que se adecuó perfectamente a su personaje.

Ni Carmen González como la Marquesita (muy bien escénicamente), ni José Antonio López como Don Juan consiguieron que sus pequeñas voces se hiciesen notar en tan grande recinto. En el caso de ella, evidenció un desagradable vibratto de cara al agudo, aunque la voz gana en el grave.

Alejandro Roy estuvo divertidísimo en   Don Luis, es un gran actor, con una voz pequeña pero bella.

Un verdadero lujo tener a Alberto Feria para el brevísimo papel de Don Pedro. Una voz de bajo atronadora, a tener en muy cuenta para próximas ocasiones.

Bien el resto de secundarios, y muy bien tanto el Cor de Cambra del Palau, como el ballet y la rondalla.

La Orquesta Sinfónica de Galicia, al mando de Víctor Pablo Pérez, volvió a evidenciar una vez más porqué es una de las mejores orquestas del panorama musical español.

En definitiva: un gran espectáculo en el que el entusiasmado público se rió a carcajada limpia y aplaudió a rabiar. Porque Calixto Bieito nos contó una gran historia, con unos grandes cantantes-actores.