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Ceremonia de tiempo y sonido Por Víctor Pliego de Andrés. Lee su curriculum.
Prometeo. Tragedia dell'ascolto (1985) de Luigi Nono. Texto de Massimo Cacciari. Recitadores y Solistas vocales e instrumentales del Proyecto Guerrero. Freiburger Solistenchor. Estudio Experimental de la Fundación Heinrich Strobel de la la Südwestrundfunk de Freiburg, Grupo Instrumental de Valencia. Joven Orquesta de la Generalitat Valenciana. Orquesta Filarmónica de Valencia. Director del coro, coordinador artístico y espacio sonoro: André Richard. Director musical: Arturo Tamayo. Segundo director musical: Nacho de Paz. Ciclo Música de Hoy, Madrid en la Vanguardia. Teatro Monumental de Madrid, 4 de junio de 2003. Luigi Nono (1924-1990) tuvo una alta consideración en vida, pero con los años su prestigio se agranda. El Ciclo de "Música de Hoy" ha abordado la difícil empresa de ofrecer en Madrid Prometeo, Tragedia dell'ascolto de Luigi Nono, una obra monumental para solistas, coro y varias orquestas, con una compleja sonorización y concepción espacial. El reto grande y el resultado no ha defraudado. Para esta producción se ha contado con la participación de André Richard, que ha intervenido en todos los montajes de la obra desde su creación en 1984 y su revisión posterior revisión, en 1985, para las funciones que Caludio Abbado dirigió en La Scala de Milán Nono rinde en esta pieza un homenaje a las técnicas policorales que sus paisanos de la escuela Veneciana inventaron hace siglos para enaltecer los oficios en la Basílica de San Marcos. El espacio sonoro realizado por André Richard y un extraordinario equipo técnico alemán, del laboratorio de la Fundación Heinrich Strobel, ha sido maravilloso y ha resaltado las excelentes condiciones acústicas que tiene la sala del Teatro Monumental, que fue seleccionada para esta empresa tras considerar otras posibilidades en Madrid. Pocas veces hemos tenido la oportunidad de disfrutar de una sonorización tan óptima, perfectamente equilibrada, con una fusión absoluta entre los sonidos directos y los que llegaban manipulados a través de los altavoces. Pero todos los recursos técnicos hubieran sido ociosos de no estar al servicio de una música excepcional, concebida a partir de la voz con una originalísima explotación del espacio sonoro y coral. La obra de Nono es de trazo poderoso, con ideas llenas de fuerza que se delectan en su propio desenvolvimiento, exhaustivo pero sereno, a través de un ritual reposado y lleno de silencios. Todo lo espectacular que hay en esta obra es también muy y exquisito. Lamentablemente, los textos no fueron incluidos en el programa de mano, un descuido habitual en este ciclo. Fueron más de dos horas que parecieron cuatro, y en este caso el estatismo fue un valor esencial de los misterios que la sesión fue sugiriendo, en un ritual cargado de magia, en un viaje de aventuras a través de un insólito archipiélago sonoro, recreando la escucha y el tiempo en cada instante. Junto a la inestimable intervención de André Richard, Arturo Tamayo ha realizado un trabajo impecable, escoltado eficazmente por Nacho Paz como segundo director musical. Entre los solistas había veteranos colaboradores de Nono, pero todo el equipo artístico realizó un trabajo magnífico, cosechando un gran y merecido éxito.
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