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BACH, DEL ÓRGANO A LA MÚSICA DE
CÁMARA
Por
Ignacio Deleyto Alcalá.
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Bajo el nombre de “Perspectives” el
flautista holandés, Wilbert Hazelzet formando equipo con Jacques Ogg nos
presenta versiones de algunas de las Sonatas en Trio de J.S. Bach,
concretamente de las BWV 525-528 (además del Trio del BWV 583 y el Aria
BWV 587), siempre en transcripciones del propio flautista.
Seguramente compuestas para su hijo mayor Wilhelm Friedemann, las seis
Sonatas en Trio, BWV 525-530 son algunas de las obras más conocidas
para órgano compuestas por Bach, instrumento al que dedicara mayor
atención a lo largo de su vida. Se sabe que estas obras contienen material
que el Cantor de Leipzig utilizaría (antes o después) en otras obras,
siendo el ejemplo más llamativo el segundo movimiento del Triple
Concierto BWV 1044 basado en el “Adagio” de la Sonata BWV
527. Bach también podía recurrir a compositores que admiraba como en el
caso del Aria BWV 587, obra basada en un movimiento de Les
Nations de Couperin, en concreto, el “Légèrement” de L'Imperiale.
Hoy día podemos encontrar arreglos de estas partituras para varias
combinaciones de instrumentos. Hay incluso grabaciones como la muy
recomendable de Robert King (Hyperion, 1996) que asigna a cada sonata una
combinación instrumental diferente. Como es lógico en un flautista y con
muy buen criterio pues el propio Bach dejaría varias obras de cámara para
esta plantilla, Hazelzet nos propone un mano a mano entre flauta travesera
y clave. Considerado como un especialista en Bach, el holandés grabaría
toda su obra de cámara para flauta con Musica Antiqua Köln (Archiv, 1983)
y recientemente ha vuelto sobre ella en varios discos para Glossa.
No es lugar aquí para valorar la idoneidad o no de estas transcripciones.
Sin embargo, no podemos olvidar que Bach fue un maestro de la
transcripción y la parodia por lo que seguramente estos cuidados arreglos
recibirían su beneplácito. En cualquier caso, aquellos aficionados más
ortodoxos pueden ir a alguna de las muchas versiones para órgano que
existen actualmente e ignorar tamaño atrevimiento. Los más eclécticos
disfrutaremos de las “perspectivas” que nos ofrecen las diferentes
versiones. “Son demasiado buenas para dejarlas sólo a los organistas”
afirma Richard Boothby (Purcell Quartet) quien hizo su propio arreglo para
conjunto de cuerda y clave (Chandos). No podemos estar más de acuerdo.
Hazelzet muestra un fraseo impecable y suavidad en los ataques y, lo que
es más importante, da pinceladas de color aquí y allá resaltando los
recursos expresivos del instrumento. Da gusto oír la limpieza en las notas
picadas (Allegro de la BWV 525), la redondez de sonido y sensibilidad en
momentos más líricos (Adagio de la BWV 527) o la elegancia y exquisitez en
otros (BWV 587). Jacques Oggs a pesar de cierta rigidez es un compañero
atento y su clave lo mismo se contagia de la jovialidad de un “Allegro”
como puede languidecer luego en la tristeza de un “Adagio”. También
apreciamos sensatez y propiedad en la elección de los tempi.
Es una pena que la toma de sonido favorezca al clave. Dada la fragilidad
de sonido de la flauta habría sido mejor que el clave, al que no ignoramos
su importancia musical en estas partituras, hubiera permanecido en un
segundo plano. Es el único lunar que vemos a este disco editado por Glossa
con su habitual buen gusto. Los aficionados a Bach y a la flauta barroca
no dudarán en hacerse con él. Recomendable.
REFERENCIAS:
BACH, J. S.: Trio Sonatas BWV
525-528, 583 & 587 (transcripciones de W. Hazelzet). Wilbert
Hazelzet, flauta travesera barroca. Jacques Ogg, clave. GLOSSA GCD 920805.
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