|
VENUS: FUENTE DE INSPIRACIÓN DE
GRANDES ÓPERAS
Por Mª del
Mar Gallego García. Profesora.
Hasta el siglo XVII la ópera
era considerada fundamentalmente como una forma literaria, siendo la
música un elemento incidental añadido. Cuando examinamos las óperas
primitivas es fácil ver cómo se impuso esta idea. La palabra tenía una
mayor importancia, motivo por el que los compositores perseguían una
declamación clara y correcta de la misma, al tiempo que exponían sus ideas
contenidas en la poesía, haciendo uso de la expresión musical.
El énfasis sobre el texto verbal tiene sus raíces en el Renacimiento, que
suscitó un renovado interés por el mundo antiguo. Hasta entonces se había
considerado que la música de la antigüedad (de la cual sólo han
sobrevivido algunos fragmentos) poseía mágicos poderes para conmover al
oyente mediante la unión de las palabras y la música expresiva. En el
siglo XVI los músicos fueron preocupándose cada vez más por encontrar un
lenguaje musical capaz de expresar de forma adecuada y conmovedora los
textos a los que acompañaban. Su nostalgia por el perdido arte musical de
la antigüedad condujo a una reacción contra la polifonía amanerada, frente
al contrapunto escolástico, contra la ingenuidad musical que apenas tenía
nada que ver con el sentido de los textos.
Los estudios sobre el drama y la música en el mundo antiguo se
desarrollaron particularmente en el círculo de los artistas y los
profesores, la llamada "camerata", reunida en torno al conde florentino
Giovanni Bardi, en las décadas de 1570 y 1580. Además de tomar ideas
estéticas de la antigüedad, los artistas de este círculo hallaron
inspiración en el drama pastoril que, en lo que se refiere a la estructura
del argumento, al contenido y a la técnica poética, ejerció una influencia
duradera en la ópera.
Este interés por el mundo antiguo llevó a músicos como Stolz, George
Antheil, John Blow, Henri Desmarest, Gaetano Pugnani o Jean Joseph
Cassanéa de Mondeville, entre otros, a componer bellas óperas dedicadas a
la diosa romana del amor y de la belleza: Venus (aunque originalmente era
la diosa de la vegetación y patrona de jardines y viñedos), siendo su
padre Júpiter. Inspiraba la poesía y los discursos persuasivos, simboliza
el poder transformador y creativo del amor. Allí donde se genere
crecimiento, se apoye una visión, se desarrolle el potencial, se aliente
una chispa de creatividad, allí está Venus influyendo en las personas
involucradas. El origen de su culto surgió por la influencia de varios
líderes políticos romanos, como Julio Caesar y el emperador Augustus.
John Blow (1.649 – 1.708), compositor y organista inglés, fue uno de los
primeros “cautivados” por la diosa. Compuso la ópera “Venus and Adonis” en
1.685.
Probablemente, Blow tuvo una iniciación temprana de la música en la
escuela de la canción de Magnus en Newark. Posteriormente sería “niño de
coro” en la capilla real. En 1.668 lo designaron organista en la abadía de
Westminster, cuando sólo contaba con 19 años. Su fabulosa carrera como
músico, lo llevó a ser uno de los organistas reales de la capilla en el
1.676, recibiendo al año siguiente el D.Mus. del decano de Canterbury.
Durante los sucesivos lustros compuso muchos de sus trabajos más
conocidos, incluyendo la mayoría de los himnos, la mencionada ópera “Venus
y Adonis”... Lo eligieron director de coro en la Catedral de St. Paul en
1687. Finalmente en 1699 o 1700 fue nombrado compositor real de la capilla
oficial. Entre su trabajo cabe destacar: once servicios, unos ciento
quince himnos, diez trabajos de la iglesia del latín, “Venus y Adonis”,
treinta y seis odas y muchas canciones y composiciones para el órgano y el
clavicordio.
Henri Desmarest (1661-1741), sería uno los siguientes compositores
inspirados en Venus para crear la ópera “Venus et Adonis” en 1.697, cuya
historia es la siguiente: “Venus (conocida por los griegos como Afrodita),
representaba al deseo sexual siendo una de las fuerzas creadoras del
universo, a la que todos los seres vivos: animales, hombres o dioses
estaban sometidos. Era la Diosa del amor, la belleza y el deseo sexual; al
mismo tiempo podía ser temible, ya que inspiraba pasiones monstruosas a
los que descuidaran su culto o despertaran su antipatía. Poseía un ceñidor
mágico con el que tenía el poder de enamorar a mortales y a inmortales.
Venus tuvo muchas relaciones amorosas, pero nunca quiso desposarse con
nadie. Un día Zeus la entregó a Hefestos como esposa para castigar su
orgullo, pero ella lo repudiaba viéndolo tan feo y rudo. Sus infidelidades
con dioses y hombres fueron numerosas, entre los que figuraba Adonis.
Hefestos, muy enamorado siempre la perdonaba, hasta que un día los lió en
una red mágica, quedando unidos.
Venus y Adonis pasaron muchas horas juntos, como amantes , de cacería...
En una ocasión Venus advirtió a Adonis para que no buscase bestias
salvajes; pero éste no la escuchó y fue atacado por un verraco que lo
mató. Adonis murió en brazos de Venus, quien asperjó el néctar en la
sangre, mezclándolos suavemente. Al cabo de una hora se originó un flor de
tonalidad “sangrienta”, pero de breve duración. Se dice que el soplo del
viento abre las flores, y luego sopla los pétalos ausentes, llamándose
anémona o flor del viento”.
Pasarían cincuenta y cinco años hasta que Jean Joseph Cassanéa de
Mondeville (1.711 – 1.772), se sintiera de nuevo atraído por la fascinante
diosa para componer la ópera “Venus et Adonis” (1.752).
En 1.784, el violinista y compositor italiano Gaetano Pugnani (1.731 –
1.798) escribiría “Adone e Venere”. Entre sus obras musicales destacan las
sonatas de violín y las óperas.
Tendría que transcurrir casi un siglo y medio hasta que un nuevo músico
creó otra ópera en su nombre. Y así, en 1.932, el compositor y director de
orquesta alemán Robert Stolz compuso la ópera “Venus vestida de seda”.
Stolz nació el 25 de Agosto de 1.880 en Graz, en el seno de una familia de
tradición musical: su padre, Jacob Stolz, compositor y su madre Ida Stolz,
una pianista muy conocida; aunque abandonaría rápidamente su carrera de
concertista para dedicarse a la educación de sus hijos. En cuanto a
Therese Stolz, tía del joven Robert, fue amiga cercana de Giuseppe Verdi,
al tiempo que la interprete favorita de sus grandes operas. Entre los
familiares de la familia Stolz, están Anton Bruckner y Johannes Brahms.
Es, por lo tanto, en una atmósfera musical donde fue criado Robert. Su
talento de compositor sería muy tempranamente descubierto por su madre.
A los 7 años, el pequeño Robert dio su primer recital de piano y Johannes
Brahms, presente en la sala, le auguraría un brillante porvenir. Los
padres de Stolz, decidieron entonces confíar la formación de su hijo a
Engelbert Humperdinck, compositor de “Hansel und Gretel” y maestro de la
opera mágica.
Nueve años más tarde, Robert Stolz logró con brillantez su prueba de
Estado de música en el conservatorio de Viena. Su opus nº 1, “Albumblatt”,
está dedicada el 12 de Septiembre de 1895 a su querido y honorado
profesor.
Contratado un año más tarde por la ópera en Graz, trabajaría todo el
repertorio clásico con la orquesta, los solistas y los coros, recibiendo
su primer puesto de director de orquesta en Marburg , cuando contaba con
dieciocho años.
Stolz iría abandonando progresivamente las obras clásicas para dedicarse a
la música vienesa y strausiana. Siendo a partir de 1899, cuando escribió
su primera pieza cantada, “Studentenulke”. En 1902, creó su segunda
opereta, “Schön Lorchen”, mientras era director de orquesta en el teatro
municipal de Salzburgo.
Posteriormente, Robert Stolz se casó con Grete Holm. En 1905,apasionado
por las nuevas técnicas, grabó sobre disco Edison, con la estrella de la
Ópera de Viena, Selma Kurz, algunas arias de la “Flute enchantee” de W.A.
Mozart. Ese mismo año, sería nombrado, a la edad de 25 años, primer
director de orquesta en el célebre teatro “An der Wien” dirigiendo, el 30
de Diciembre de 1905, la “premiere” de una obra de un jóven compositor de
35 años, Franz Lehar, la cual se convertirá luego un inmenso éxito
mundial: “La Viuda Alegre”.
Stolz incrementaría a lo largo de los años su producción musical, hasta
que en 1.929 compuso la música de la primera película sonora europea,
“Zwei Herzen im Dreivierteltakt” (”Dos corazones, un vals”), que tiene un
éxito mundial y queda en cartelera en Broadway durante más de 50 semanas a
pesar de ser en versión alemana. A partir de ésta fecha, el compositor se
orienta cada vez más hacia el cine y la música para películas.
Siguió componiendo melodías como “Adieu, mein kleiner Gardeoffizier”
(“Adiós, Adiós”), “Ich liebe nur eine” y “Frag nicht warum ich gehe”
(“Todo terminó”, ”Es mi secreto”). Esta última será interpretada por una
muy reciente estrella del cine: Marlene Dietrich. Será, luego, el tema de
una nueva adaptación francesa de Pierre Delanoë, en 1982, para Nana
Mouskouri con el título “Es mi secreto”.
A pesar de sus logros y triunfos conseguidos posteriormente en USA, Robert
Stolz no podía olvidar su patria. En sus pensamientos siempre estaba
presente Viena, su ciudad natal Graz pero también París. Este estado de
ánimo quedaría reflejado en sus nuevas obras: “Nostalgia”, ”God bless my
homeland”, ”Tears of Vienna”. “Paris rêveries”, “Mes amours” son
composiciones en recuerdo de su estancia en la capital francesa, así como
su opus 714, “Souvenirs of Paris”.
A lo largo de su vida, Stolz recibió varios Oscar por la música de
películas, se casaría cinco veces y su repertorio musical sería
enormemente fructífero. Cuando acabó la Segunda Guerra Mundial, terminó su
exilio y acompañado por su quinta esposa, Einzi, pudo volver a Viena.
Lleno de tristeza, de melancolía pero también de alegría por encontrarse,
después de 8 años de exilio, de nuevo en su patria, compuso una de sus más
bellas melodías, “Wohin ist das alles, wohin?” (“Donde se ha ido todo?“).
Al final del 46, él crea y escribe “Schicksal mit Musik” en el
Appollo-theather.
En el año 1950 efectúa una gira de conciertos. En el programa americano de
los años de exilio (como “A night in Viena”, “Eine Nacht in Wien”),
realiza una genial y verdadera mezcla de música vienesa desde Johann
Strauss hasta Robert Stolz. Con todo ello, se convertiría, una vez más, en
el embajador de la música ante las capitales europeas.
Poco antes de su 83 cumpleaños, Stolz realizó una gira por Israel con “una
noche en Viena” a la cabeza de la Orquesta Filarmónica de Israel. Sin
embargo, Robert Stolz, querido y apreciado por la rectitud de su actitud
durante la guerra, encontró súbitamente dificultades esperadas. Según una
regla tácitamente establecida desde la creación del Estado de Israel, todo
debe ser cantado en inglés o en francés, pero Stolz insistió en que las
melodías vienesas fueran interpretadas en su lengua de origen, el alemán,
con el riesgo de provocar algunos incidentes. No obstante, desde los
primeros acordes de “Im Prater blühn wieder die Baüme”, el juego estaba
ganado. Los espectadores murmuraban las melodías, numerosos de ellos con
los ojos llenos de lágrimas. Los titulares de la prensa internacional
anunciarían: “Robert Stolz edifica el puente de la reconciliación entre
Israel y Alemania. Es el mejor de los diplomáticos”.
Es de señalar entre los numerosos espectáculos, conciertos o
manifestaciones programadas entre 1971-1972. Robert Stolz se convertiría
en ciudadano de honor de Montclair, estado de New Jersey, miembro de honor
de la “Bronx Philarmonic Symphony Society”, de la Orquesta Filarmónica de
Israel... Robert Stolz fallecería el 27 de Junio de 1975, dos meses antes
de su 95 cumpleaños.
Como hemos podido comprobar, la mitología y en este caso la diosa Venus ha
sido y será fuente de inspiración para las más bellas composiciones
musicales.
|