|
X2 - John Ottman
Por
Joaquín R. Fernández
Cuando Bryan Singer rodó "X-Men", cuyo estreno en todo el mundo se produjo
en el año dos mil, tenía bien claro que quería a su amigo y habitual
colaborador John Ottman como compositor de tan esperada producción. Sin
embargo, Ottman andaba atareado por aquellas fechas con su debut como
director, "Leyenda Urbana 2", y si a ello añadimos que también trabajó en
la banda sonora y en el montaje de dicha cinta, no hace falta tener una
inteligencia superior para intuir el porqué de que Singer no pudiera
contar con él en su primera gran incursión en Hollywood.
Por suerte para ambos, dicha situación no se repitió en "X-Men 2", por lo
que los dos cineastas pudieron reencontrarse en esta esperada secuela tras
el correcto trabajo de Michael Kamen para su antecedente. La pregunta que
cualquier aficionado a la música de cine se hace tras tan previsible
cambio es evidente: ¿consigue Ottman dotar a la película de una partitura
musical carismática, corrigiendo así el mayor error de la obra de Kamen?
Puede que en parte lo haya hecho, pero desde luego no alcanza la
brillantez que John Williams y Danny Elfman consiguieron en su día con
"Supermán" y "Batman", aunque esto es algo que tampoco se ha logrado en
los últimos años con todos los superhéroes que han estado pululando por
nuestras pantallas.
«Suite From X2» es el primer corte del compacto, una adecuada pieza
orquestal que resume los temas vibrantes y los intimistas del filme,
fundiéndolos así en un único conjunto. La música que define a los
mutantes, cimbreante y en ocasiones apoteósica,
despunta sobre todo en los minutos iniciales y finales de la pista, aunque
en ningún momento se transforma en una inconfundible y vigorosa fanfarria.
Los fragmentos más recogidos de la composición, como «Finding Faith»,
revelan la elegancia del compositor para desarrollar todo tipo de
temáticas, evitando así cualquier tipo de encasillamiento a la hora de
exponer su trabajo.
La acción se mezcla con la intriga en «Mansión Attack», descripción de uno
de los mejores momentos de la película, aquel en el que se produce la
entrada de las tropas de Stryker en las instalaciones de la escuela del
Profesor Xavier. «I'm In» es otra muestra de las habilidades de Ottman
para manejar la orquesta, explotando todas sus posibilidades en una
confusión de sonidos que quizás para algunos resulte demasiado apabullante
y ruidosa (una práctica que, por cierto, viene siendo muy habitual en
algunos compositores, como Danny Elfman y James Newton Howard).
El uso de los coros se torna efectivo en pasajes como «Storm's Perfect
Storm», combinándose resueltamente con el poderío de la orquesta.
«Magneto's Old Tricks» describe la inteligencia de este personaje y todas
las tretas de las que es capaz con tal de satisfacer sus planes.
Nuevamente la voz humana juega un papel importantísimo en el devenir de
esta pieza, otorgándole una magnificencia que difícilmente alcanzaría de
otra forma. Por otra parte, es curioso comprobar la importancia del
personaje de Mística, uno de los pocos a los que Ottman dota de un
acompañamiento musical específico («Sneaky Mystique»), aunque quizás
demasiado exagerado en la utilización de las voces femeninas.
En definitiva, Ottman mejora en algunos aspectos el trabajo de Michael
Kamen para "X-Men", pero tampoco consigue una obra redonda que nos deje
extasiados a causa de su bella conjunción entre música e imagen. Su
partitura es tremendamente eficaz, por supuesto, y ello es algo que se
puede comprobar en numerosas escenas del filme (basta recordar la llegada
del jet que ha de rescatar a Lobezno y compañía de la casa de Bobby),
pero, tras habernos apabullado con su portentosa banda sonora para
"Sospechosos Habituales", uno siempre espera algo más de este autor, un
aliento especial en sus notas que no ha recuperado desde entonces. Es un
disco estimable, sin duda, pero a veces siento ganas de que le asignen a
Williams alguna de las múltiples producciones de superhéroes que aún nos
quedan por ver.
|