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POLIFACÉTICO KOCSIS
Por
Rubén Flórez
Bande
La carrera
internacional de Zoltán Kocsis empezó dándose a conocer como pianista, y
sobre todo el reconocimiento le llegó por sus interpretaciones de su
paisano Bartok, y por Debussy, en el que se convirtió para muchos, en uno
de sus máximos representantes. Por estos dos compositores sigue sintiendo
una gran admiración también como director, que es la faceta que nos ocupa
en este disco que nos llega del sello BMC.
La faceta de director de Kocsis no era muy conocida hasta ahora, salvo por
algún disco de Bartok, y sus giras por diversos países (esta pasada
temporada ha dirigido en España); pero esta característica ya se remonta a
unos años atrás, en 1983 cofunda junto con Ivan Fischer la Orquesta del
Festival de Budapest (con la que tiene grabados Kocsis como pianista los
conciertos para piano de Bartok), y que empieza a dirigir en 1987. Diez
años más tarde, Kocsis es nombrado director musical de la Orquesta
Filarmónica Nacional Húngara, la que dirige en este disco.
El programa elegido es bastante interesante, por curioso. La primera obra
que nos interpretan es la Obertura Festival Op.31 de Ernö
Dohnányi (abuelo del también director Christoph von Dohnányi), estrenada
en 1923, junto con el Psalmus Hungaricus de Kodaly y la Suite
de danzas de Bartok, para conmemorar el 50 aniversario de la
unificación de las ciudades de Buda y Pest. Obra esta interesante, donde
Dohnányi divide a la orquesta en tres, dos orquestas "completas" por un
lado, y otra de vientos por otro, donde se entremezclan temas populares
húngaros, y del folclore del país, junto con pasajes de solemnidad
encomendados a los vientos, y donde se unen todos en un final muy
majestuoso. La interpretación de Kocsis y la orquesta húngara es la de
unos intérpretes que entienden esta música, este lenguaje que es el suyo,
con una decisión, y con cierta trascendencia y rotundidad, que para
empezar un concierto o un disco no están mal.
La segunda obra -obras mejor dicho- es una selección de canciones (o
melodías) de Debussy, pero con una característica, que es otra de las
facetas de Kocsis que no conocíamos, la de compositor: aquí el pianista
húngaro se permite orquestar dichas melodías. Las canciones, un total de
siete, van desde el primer Debussy, impresionado por la prosa de Verlaine
como son Les ingénius, Fantoches (con ciertos ritmos
españoles) y La faune, también se incluyen melodías con textos de
de Banville como: Caprice y Fête galante (donde Debussy
se parafrasea e incluye el ritmo del minueto de su Petite Suite)
y el Rondeau con texto de Alfred de Musset. También se incluye,
la última y curiosa melodía compuesta por Debussy, con letra también suya,
Noël des enfants qui n'ont plus de maisons donde el compositor
francés narra como los niños franceses no volverán a pasar las navidades
en casa por culpa de los "malos" alemanes (corría el año 1918, es lógico).
Pues bien, la orquestación de Kocsis, si no se dijera que es de él, bien
podría en primer término atribuirse al propio Debussy. No realiza una
orquestación particular, propia, sino que se basa en las técnicas
compositivas que empleaba el compositor francés (a algunos, y a Debussy
tampoco, no les gusta el término impresionista): una tímbrica muy cuidada,
sobre todo en los versos de Verlaine, el oscurantismo en la canción del
propio Debussy, los ritmos extranjeros, etc. conforman las características
de esta orquestación, muy interesante pero que, claro, no pasa de la
curiosidad, mejor quedarse con estas melodías en versión original, con
piano, dando esa sensación de intimismo, al menos para el que esto
firma... La parte vocal se la lleva la soprano Júlia Hajnóczy (de la que
no se nos dan datos en el libreto), que con voz potente y sutil (la
dicción del francés no es lo mejor) consigue hacer creíbles estas
melodías, llenas de matices. Lo criticable sería la grabación, ya que ella
en ocasiones da la sensación de que tapa a toda la orquesta en pleno.
La última obra del disco, es la "maltratada" y posiblemente no muy
entendida Sinfonía nº 1 en re menor Op. 13 de Rachmaninov. A mi
particularmente es una obra que no termina de agradarme, no ya por las
supuestas carencias compositivas, o por el academicismo de la obra, sino
más bien, porque la veo carente de cierta unidad, sinfónica en este caso,
y más bien como un estudio u experimento orquestal, si le hubiera dado el
nombre de "Poema sinfónico" quizás fuera más creíble. Lo cierto es que
hasta Rachmaninov renegó de su obra, después del fracaso que le supuso, si
bien esta tiene ciertos pasajes interesantes, como el tema de la
"venganza" del primer movimiento, que después se repite de menor modo en
el Scherzo y vuelve a tomar fuera en el último movimiento, con esa fuerza
y desgarro que le da, y que después en composiciones posteriores no se
volvería a escuchar. Pues bien, la interpretación de Kocsis es
tremendamente insolente, y con cierto aire de bravura, también hay que
tener en cuenta que Rachmaninov contaba 22 años cuando compuso esta obra,
y estas características, si quedan bien para el tema de la venganza, o en
partes del último movimiento, para otras como el Larghetto lo hacen quedar
algo desangelado y sin poesía, y en el Scherzo sin nada de chispa. Versión
a años luz, por ejemplo, de un solemne y ominoso Lorin Maazel con la
Filarmónica de Berlín o la dramática versión de Mariss Jansons con la
Filarmónica de San Petesburgo.
Disco, en fin, lleno de curiosidades... como hay tantos. Correctas, sin
entusiasmar, las versiones de Debussy, y Rachmaninov e interesante
Dohnányi. Muy discutible el sonido y la grabación.
REFERENCIAS:
DOHNÁNYI: Obertura Festival, Op. 21. DEBUSSY/KOCSIS: Siete
melodías.
RACHMANINOV: Sinfonía nº 1 en re menor Op.13.
Júlia Hajnóczy, soprano (en Debussy).
Orquesta Filarmónica Nacional Húngara. Zoltán Kocsis, director
BMC CD 101.
Distribuidor en España: DIVERDI.
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Página web:
www.diverdi.com
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