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¿EN LA TRADICIÓN?
Por
Rubén Flórez
Bande
Pues parece que
sí, que Valery Gergiev va a seguir con su ciclo Shostakovich: hace ya unos
años grababa una irregular 8ª, el año pasado, le tocaba el turno
a la 7ª, este año las 5ª y 9ª (disco que nos
toca comentar) y ya está anunciada la 4ª. Esperemos que consiga
grabarlas todas.
Quizás sea la 5ª la que más versiones tenga (junto con su "joven"
1ª) y las hay, claro está, para todos los gustos: desde el
electrizante Bernstein, al humano Sanderling, a los rusos "de pura cepa"
como Barshai, Kondrashin o Mravinsky, al "políticamente correcto" Haitink,
al sofisticado Jansons... y ahora le llega el turno a Gergiev. Es la suya
una interpretación contenida en algunas partes y ciertamente triunfalista
en otras, en el último movimiento sobre todo. Claro está, también hay
cabida para cierto toque grotesco, más propio de Prokofiev y de un
estatismo elegíaco que es lo que más llama la atención.
Vayamos por partes: La interpretación contenida nos la encontramos en gran
medida en el primer movimiento, no carga las tintas, más bien se dedica a
exponer los temas, saborearlos, pero sin darles esa "electricidad" tan
característica. Triunfalista, como ya he dicho, en el final, mastodóntico,
sin prisas, sin virtuosismo, contundencia rusa, con gran dosis de
decibelios. Lo grotesco nos lo encontramos en el segundo movimiento, con
ritardandos, exagerando las frases del fagot y el oboe, haciendo machacón
el timbal, etc. Y el estatismo elegíaco, más propio de Abbado -pero en
otro repertorio, claro- nos lo encontramos en el Largo, no quiero decir
que sea frío, sino que no carga las tintas, que no cae en ese melodismo
agreste, dramático, herencia (salvando las distancias de Tchaikovsky) y
quizás haya que recordar aquí una frase de Bernstein, que muchos "shostakovianos"
tratan de silenciar, que era aquella que decía: "Shostakovich es el
hijo directo de Tchaikovsky y el sobrino de Mahler", y es en este
movimiento, donde se nota esta "familiaridad"... aunque muchos, como
Gergiev, la traten de obviar.
En resumen, una Quinta Sinfonía, que no llega a la altura de los
grandes: Bernstein, Sanderling, Mravinsky, Previn, Jansons ... pero que en
cierto modo está, otra vez salvando las distancias, en la tradición
"oficial": Rostropovich, Kondrashin...
Mi primer contacto con la 9ª Sinfonía de Shostakovich, fue de
manos de Leonard Bernstein (aquí también) en uno de sus programas de
"Conciertos para jóvenes", donde le dedica un capítulo al compositor ruso,
trátandose del día de su cumpleaños. En él, aparte de anécdotas y datos
biográficos, se desgrana primero, frase a frase todo explicado, y se
interpreta después esta poco frecuente sinfonía. A estas alturas uno ya ha
escuchado esta obra un puñado de veces, y siempre vuelve nostálgico a
aquella interpretación, posiblemente sólo Barshai, aunque quizás algo más
resabiado, llegue a tal altura.
Y la verdad es que Gergiev no ayuda mucho. Es este un "humor" del que el
director ruso carece, se toma la sinfonía con mucha calma (¿pretenderá
hacerla trascendental quizás?), casi soporífera, en el primer movimiento;
muy bueno, eso sí, el trombón intentando "saltar comba". Lo más
interesante de la versión quizás sea el cuarto movimiento, donde la
combinación de una "supuesta" solemnidad, y el fagot -aunque con exceso de
vibrato- parodia muy bien la Novena Sinfonía de Beethoven. El
resto parece, al igual que el primer movimiento, dirigido todo con
desidia.
REFERENCIAS:
SHOSTAKOVICH: Sinfonía Nº5 en re menor, Op. 47 y Sinfonía Nº9
en mi bemol mayor, Op. 70
Orquesta del Teatro Mariinsky.
Director: Valery Gergiev.
PHILIPS 475 065-2
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